En los últimos seis años ha retrocedido 30% en términos reales
Agencia Excélsior
En un país en el que 81.3% de los asalariados no tiene prestaciones para guarderías y licencias para cuidados maternos y paternos, el gasto público orientado a esta materia se ha reducido en una tercera parte en los últimos seis años.
Datos de la Secretaría de Hacienda muestran que el gobierno federal ejercerá este año 27 mil 170 pesos en programas de las secretarías de Bienestar, Educación, IMSS e ISSSTE orientados al cuidado de niños, cifra que es 30.5% inferior en términos reales a lo que el país gastaba en 2017, que eran 39 mil 115 millones de pesos a precios actuales.
El dato se calcula a partir de un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), que detectó los programas presupuestarios orientados a los cuidados en el país, y mostró que el sector público sólo destina el 0.4% del presupuesto total, equivalente a 0.1% del PIB, a esta materia.
LOS FACTORES
El CIEP afirmó que parte de la reducción del gasto público hacia cuidados obedece a la eliminación de varios programas que tenían estos fines, como las Estancias Infantiles, que, si bien fue reemplazado por un apoyo a madres trabajadoras, el presupuesto de este último es inferior al del primer programa.
Y también afectó la eliminación de programas como Escuelas de Tiempo Completo y Fortalecimiento de la Educación Temprana y Desarrollo Infantil de la SEP.
En su estudio Gasto público para un Sistema Nacional de Cuidados, el CIEP identificó 12 programas vinculados al trabajo de cuidados, de acuerdo con una metodología que identifica funciones y subfunciones del gasto, y que selecciona aquellos programas que incluyen entre sus objetivos proporcionar cuidado a la niñez, adultos mayores y personas con discapacidad.
El inventario del CIEP es para guiar el debate y los programas que actualmente existen y que podrían formar parte del Sistema Nacional de Cuidados, que está pendiente de ser aprobado en el Congreso de la Unión.
Este pretende garantizar el cuidado en sus dimensiones económica, social, política, cultural y biopsicosocial, así como políticas y servicios públicos con base en diseño universal, ajustes razonables, accesibilidad, pertinencia, suficiencia y calidad”, citó el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
