Insistió en que la creación de dos Estados es la solución al conflicto con Palestina
Agencia Excélsior/TEL AVIV.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó ayer a Israel, que lo acogió como a un viejo amigo en la primera etapa de un viaje de alto perfil dominado por los esfuerzos para acercarse a Arabia Saudita y persuadir a los aliados de Washington en el Golfo para que bombeen más petróleo.
Al aterrizar en el aeropuerto Ben Gurion, Biden chocó los puños con el primer ministro israelí, Yair
Lapid, y con el presidente, Isaac Herzog, y en un discurso describió la conexión entre ambas naciones como “profunda”.
No hace falta ser judío para ser sionista”, añadió Biden, expresando su respaldo a la ideología que sustenta la fundación de Israel en tierras con antiguas raíces judías y que es profundamente resentida por muchos palestinos.
Biden también reiteró el deseo de Estados Unidos de que se lleven a cabo negociaciones, estancadas desde 2014, para crear un Estado palestino en el territorio ocupado por Israel, y calificó esta solución de dos Estados como “la mejor esperanza” para ambos pueblos.
Israel ha sorteado con cuidado las disputas con EU sobre la diplomacia nuclear iraní y las negociaciones sobre la creación de un Estado palestino, que llevan mucho tiempo estancadas.
Su relación con Israel siempre ha sido personal”, dijo Lapid, calificando a Biden como “uno de los mejores amigos que Israel ha conocido”.
Biden pasará dos días en Jerusalén antes de reunirse con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, mañana en el territorio ocupado de Cisjordania. Luego volará a Yeda, Arabia Saudita —algo inédito para un mandatario estadunidense—, con el fin de mantener conversaciones con responsables saudíes y asistir a una cumbre de aliados del golfo Pérsico.