México es un hub de manufactura mundial y en el bloque de Norteamérica tiene un papel fundamental. Sus múltiples tratados de libre comercio como su posición estratégica y su desarrollo industrial, lo posicionan por encima del promedio en atracción de inversión en América Latina. Sin embargo, para mantener este lugar, su industria debe mantenerse a la vanguardia en la transición digital y adoptar la fabricación inteligente.
El mundo se ha apartado considerablemente de lo que resultaba una vida “normal”. Hace tres años la pandemia lo transformó, afectando todos los sectores, incluyendo el de la tecnología y sus cadenas de suministro. Ante el nuevo contexto, la transformación digital es un soporte fundamental para que la industria haga frente a los retos.
Y este desafío se ha convertido en una oportunidad para la evolución cultural y operativa del sector productivo. Las compañías que han adoptado la digitalización ahora son más ágiles en sus operaciones, la conectividad y el monitoreo remoto. El contexto de hoy lo exige como una necesidad en todos los canales.
El papel de la transformación digital
El mercado mexicano requiere soluciones para sus necesidades actuales. Con el ajuste en procesos y sistemas, las empresas están adoptando tecnologías que ya estaban disponibles. Y ahora, ya aprovechan los grandes beneficios de la fabricación inteligente”, comenta Gustavo Zecharies, vicepresidente para Latinoamérica, en Rockwell Automation.
La digitalización influye en tres aspectos: en el país, la industria y la gente. El desarrollo del mundo impulsa a que países, con condiciones como las de México, tengan el potencial de ser sedes productivas. Del mismo modo, que lideren y rijan ciertas cadenas de suministro a nivel global.
Por sus múltiples tratados de libre comercio, su relación comercial con países como Estados Unidos y su locación estratégica tiene mayores ventajas que el promedio de América Latina. De acuerdo con Gustavo Zecharies, la adopción de la tecnología y la digitalización, le han permitido a México seguirse posicionando y atraer nuevas inversiones. En un entorno donde las compañías locales compiten con las globales, el país incrementa su atractivo como sede productiva.
La digitalización, en términos concretos, hoy permite llevar la producción, si es necesario, de un país a otro en cuestión de minutos y desde un dispositivo móvil. “Como ventaja, las plantas de manufactura pueden utilizar exactamente los mismos parámetros y las mismas condiciones tecnológicas”, comenta el ejecutivo líder de la región.
En este sentido, la digitalización requiere del aprendizaje de nuevas tecnologías, por ello los planes de educación están cambiando. Hay una clara muestra de que en México la gente se prepara para su autodesarrollo, y ese aspecto apoya al país para ser una opción de inversión con alto grado competitivo, explica Eduardo Amaro, director regional para México en Rockwell Automation.
Un mundo sostenible
Otro aspecto fundamental de la transición digital y de la automatización es el cambio climático. Más que nunca, el sector ha orientado sus soluciones industriales hacia una economía circular. Lo anterior incluye procedimientos de reciclaje, reutilización y reparación de equipos, lo cual apoya a las empresas para ser productores limpios.
Dentro de la fabricación inteligente, las soluciones de automatización arrojan información que se usa en ambientes virtuales. De esta forma, se analizan métricas específicas de sostenibilidad en los procesos. Igualmente, se estudian las emisiones y los consumos energéticos; y se establecen soluciones específicas para que los procesos industriales sean más sostenibles”, detalla Eduardo Amaro.
Tenemos como propósito generar un mejor nivel de vida mediante un ecosistema industrial integrado por empresas, distribuidores, integradores y fabricantes en beneficio de la gente”, finalmente, Gustavo Zecharies así explica la visión de Rockwell Automation hacia la transición digital.