sábado, noviembre 23, 2024

Sueño de una ópera en el inframundo; estreno operístico

La compositora llevará El último sueño de Frida y Diego a la escena estadunidense, con estrellas mexicanas

Agencia Excélsior

Casi 15 años le tomó a la compositora estadunidense Gabriela Lena Frank concluir y llevar a escena la ópera El último sueño de Frida y Diego, inspirada en la Catrina y en los artistas Diego Rivera y Frida Kahlo.

La pieza, con libreto de Nilo Cruz, tendrá su estreno mundial el 29 de octubre en la Ópera de San Diego, con la participación de estrellas mexicanas como la soprano María Katzarava (Catrina), la mezzo Guadalupe Paz (Frida) y el barítono Alfredo Daza (Diego).

La pianista y compositora Gabriela Lena Frank (Berkeley, 1972), ganadora de un Grammy Latino (2009) y del prestigioso Premio Heinz, habla con Excélsior sobre el origen de la obra, que podría ubicarse durante la tarde del Día de Muertos de 1957, poco antes de que el muralista mexicano, quien añora encontrarse con Frida, fallezca.

La ópera inicia en el cementerio, donde un grupo de campesinos celebra el Día de Muertos, inmersos en el color del cempasúchil, explica Lena Frank.

Sin embargo, recuerda que la primera idea vino de la infancia, cuando contempló, por primera vez, un libro que su mamá —artista de origen peruano que realizaba vitrales— llevó a Estados Unidos en su pequeña biblioteca de arte.

“Mi mamá me explicaba que Frida era bajita y artista, como nosotras; que era latina y de culturas mezcladas, como yo, porque mi papá es ruso-lituano y el de Frida era de Alemania.

“Además, de que ambas teníamos una discapacidad, porque soy parcialmente sorda y con el tiempo hice de Frida un miembro de mi familia, así que su vida y sus pinturas han sido parte de mi vida y de mis sueños durante los últimos 50 años”, confiesa Lena Frank.

Hacia 2007, la Ópera de Arizona le encargó una pieza inspirada en Frida Kahlo. Ella aceptó y se propuso hacer música y libreto, pero su agente le sugirió buscar un libretista.

La búsqueda la acercó al dramaturgo y director de teatro Nilo Cruz, ganador del Pulitzer 2003. Pronto, los agentes de ambos creadores se reunieron, llegaron a un acuerdo e inició la creación.

“Le enseñé mi música a Nilo, porque tenía algo sobre el Día de Muertos y me dijo que los personajes fueran Frida, Diego y la Catrina en el Día de los Muertos.

“La idea nunca fue crear una obra biográfica, sino hacer algo más sobre la cultura de México, un panorama de imaginación, de vida, muerte y de la relación entre ambos”, explica, aunque el proyecto se alargó más de lo esperado. En este punto, Lena Frank habla sobre la orquestación.

“Me interesó pintar el sonido de la vida, de la muerte y del arte. Son tres mundos para los que necesité sonidos vibrantes y llenos de sorpresa. Por ejemplo, un dúo con pícolo y con clarinete que evocaran el sonido del inframundo.

Definida por The Washington Post como una de las 35 compositoras más importantes de la historia, Lena Frank recuerda que antes ya había escrito piezas sobre el tema de la vida y la muerte.

“Además, la obra también tiene mucha marimba, que es muy importante para mí, desde lo tradicional hasta otras donde es frotada por el arco de un violín para evocar sonidos precolombinos”, abunda.

¿Tiene relación o influencia de algún compositor mexicano?, se le pregunta a Lena Frank. “¡Con Gabriela Ortiz!, quien al fin recibe la atención que merece en el terreno de la música. Puedo decir que su filosofía y su habilidad con la orquesta son una inspiración para mí”.

¿Podría hablar de sus vínculos con Béla Bartók, Benjamin Britten y Chou Wenchung? “Son mis padres musicales por diferentes razones.

Por ejemplo, pienso que la responsabilidad de los artistas es crear el mundo del futuro y Bartók fue mi primer ejemplo.

“A Chou lo conocí en persona y descubrí que también le importaba mezclar el pasado con el presente y el futuro.

Él me dijo que le gustaba mi música y que era como una bendición papal”.

¿Cuál es su búsqueda en la música? “Busco un sonido sin fronteras y ojalá que viva lo suficiente para verlo.

“Soy una mestiza y he sentido en carne propia lo difícil que es vivir en la caja de clasificaciones en EU”, concluye.

El último sueño de Frida y Diego se estrenará en el Teatro Cívico de San Diego y completará funciones el 2, 4 y 6 de noviembre, con Lorena Maza (escena), Jorge Ballina (escenografía), Eloise Kazan (vestuario) y Roberto Kalb en la dirección orquestal.

Itinerario con sabor a intolerancia

El verano de 2016, antes de que Donald Trump fuera elegido presidente de EU, marcó un hito para Lena Frank. Aquella tarde tomó su camioneta y viajó a Nuevo México para asistir a un festival donde era la invitada especial.

A medio camino se detuvo en una tienda de conveniencia, pero al volver a su van fue agredida.

“Llevaba las cosas en la mano y de pronto alguien me empujó por la espalda, caí al piso y al voltear vi a un hombre que reía sin parar. Él abrió su chamarra, me mostró su pistola y sentí mucho terror. Me levanté y, mientras él reía con orgullo, caminé aterrorizada. Aquel día sentí la fuerza de la discriminación y mi mundo cambió”, relata.

Ella retomó el camino y asistió al festival con la mente en blanco, pero entonces decidió crear una escuela de música donde los participantes se sintieran seguros y libres de discriminación”.

¿Y ahora se siente segura?, se le pregunta a Lena Frank. “No, pero ahora estoy haciendo algo, y creo que la escuela y esta ópera son mi responsabilidad y mi aportación”, asevera la creadora de piezas como Leyendas: un paseo andino y La Llorona.