martes, julio 2, 2024
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ENTRELÍNEAS | Legisladores inoperantes

Por Jorge Ceballos

Estamos a casi unos días de que se cumpla el primer año de ejercicio constitucional de los actuales legisladores federales, en ese periodo de tiempo son pocos o quizá nulos los resultados que se han sentido de la presencia de un grupo de chiapanecos en el Congreso de la Unión. Casi 365 días después de haber llegado a ocupar una curul nuestros “flamantes” representantes populares simplemente han pasado de noche.

Hasta el momento, son pocas las acciones legislativas que se conocen de quienes representan a los chiapanecos en San Lázaro. De los representantes populares actuales, sin importar colores o ideologías políticas, lo más que se ha conocido es el sinnúmero de fotografías que constantemente publican a través de redes sociales, en otros casos, lo que sabemos de ese grupo de personajes es que andan en campañas adelantadas pensando en lo que les pueda deparar el destino después de 2024 año en el que no quieren dejar de vivir del presupuesto.

En torno al trabajo legislativo que realizan a favor de Chiapas y sus habitantes prácticamente no existe nada. Hombres y mujeres que ganaron una posición política en las urnas se han olvidado de la esencia que debe tener cualquier legislador. Son pocos los puntos de acuerdos e iniciativas de ley que los legisladores chiapanecos han presentado para beneficio del Estado.

Nuestros representantes populares de todos los partidos están desaprovechando una oportunidad histórica para gestionar y legislar a favor de la ciudadanía.

De los legisladores morenistas Manuela Obrador Narváez, Patricia Armendáriz, Ismael Brito Mazariegos, Adriana Bustamante, Leonor Coutiño Gutiérrez, José Luis Elorza Flores, Manuel Narcia Coutiño, Adela Ramos Juárez, Sonia Rincón Chanona, Alfredo Vázquez, Joaquín Zebadúa Alva, simplemente sus representados no saben nada, porque su trabajo legislativo ha sido nulo, en mucho de los casos únicamente han servido como corifeos de enfrentamientos contra los diputados opositores.

Por parte de los representantes populares del PVEM encabezados por Valeria Santiago Barrientos, Juan Pablo Montes de Oca, Luis Armando Melgar Bravo y Roberto Rubio Montejo, son más conocidos sus recorridos por la entidad en acercamiento con la ciudadanía, pero sin tener claridad en torno a las iniciativas presentadas.

En el caso de Luis Armando Melgar Bravo, pudiera decirse en descargo que al ser presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, tiene una labor mayoritaria que tiene que ver con todas las entidades del país.

Por el lado del PT, hasta el momento de Amadeo Espinoza Ramos no se conoce a que dedica la mayoría del tiempo como legislador federal, porque simplemente no hay una política de difusión que informe en torno a las acciones que realiza, lo más que se informa son las actividades partidistas que ha realizado.

En el mismo grupo legislativo del PT, aparece Jorge Luis Llaven Abarca a quien en este primer año no se la ha conocido alguna iniciativa de ley o punto de acuerdo presentado en la máxima tribuna. Lo más que se sabe de su accionar como legislador es que actúa como líder de facto del PVEM en Chiapas, además de los constantes recorridos con miras a lograr una candidatura en la siguiente elección, así como rodearse de personajes que en el pasado fueron parte del saque más grande que sufrió la entidad.

Bajo esa premisa, los chiapanecos pueden presumir que actualmente sus legisladores están pasando de noche por una posición que debería de velar por los intereses de los ciudadanos, sin embargo, la mayoría ha estado en un letargo que únicamente perjudica a quienes prometieron representar.

Lo peor de todo esto es que, a menos de una semana de cumplirse el primer año de ejercicio, ninguno de los legisladores federales ha dado visos de querer informar a la población a la que representan sobre su trabajo, se puede entender porque simplemente el trabajo ha sido nulo y solo se han dedicado a pensar en lo que les depara el destino luego de que culmine el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Quizá resulta grave que los mismos ciudadanos no sepan cual es la labor de los diputados federales, porque desafortunadamente nuestros conciudadanos piensan que estos son los que tienen la facultad de construir calles y obras, siendo pocos los que conocen que la labor de los legisladores es la de crear leyes que sean en beneficio de la población, y precisamente de la ignorancia de nuestro pueblo quienes nos representan se aprovechan para prometer cuestiones que están alejadas de sus manos.

 

¿Hasta cuándo?

Las calles de Tuxtla Gutiérrez nuevamente se tiñeron de rojo y se vieron enlutadas por el procederé irresponsable de un conductor del servicio público, el lunes una unidad del servicio público les arrebató la vida a dos personas y lesionó a nueve más al quedarse sin frenos.

Todo esto ocurre ante las pésimas condiciones en que se encuentran la mayoría de las unidades que prestan el servicio de transporte en la capital del Estado. En Tuxtla Gutiérrez circulan ataúdes rodantes y personas sin la menor capacitación por parte de la instancia que debe regular este servicio.

Ante esta situación se vuelve necesario que la Secretaría de Movilidad a cargo de Aquiles Espinosa eche a andar un programa de modernización y capacitación a quienes prestan el servicio público en la capital. Los accidentes en que se ven inmersos los conductores de transporte público son constantes, lo peor de todo esto, es que la mayoría de quienes tienen la responsabilidad operan al amparo de la protección de agentes que por algunas “cuotas” les permiten toda clase de tropelías.

Hace unos meses cuando el servicio de Uber intentó iniciar operaciones en Tuxtla Gutiérrez si hubo alguien que se opuso a ello fue precisamente Aquiles Espinosa, no se puso a pensar y a ver las condiciones en que muchos de los taxis circulan en las calles. Se mostró como enemigo de la modernidad y aliado del anarquismo.

Esto viene a colación porque desafortunadamente la dependencia a cargo de Aquiles Espinosa permite la operatividad de unidades chatarras. No es posible que los ciudadanos tengan que transportarse en unidades remendadas.

La modernidad del transporte público debe ser una realidad en Tuxtla Gutiérrez, porque si no se han dado cuenta, nuestra capital requiere de un servicio de primera. Ya basta que aquellos chiapanecos que no cuentan con automóvil propio corran el riesgo de no llegar con bien a sus destinos. Lo peor del caso es que, hasta ahora ni el concesionario y mucho menos ninguna autoridad ha podido ayudar a los deudos y lesionados… Hasta la próxima.

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