jueves, noviembre 21, 2024
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ENTRELÍNEAS | Tiempo de payasos

El tiempo del circo, maroma y teatro se está acercando. El momento en que los políticos sin importar partidos o colores tengan que pararse de cabeza para ganarse el aprecio de los electores está a la vuelta de la esquina

Por Jorge Ceballos

El tiempo del circo, maroma y teatro se está acercando. El momento en que los políticos sin importar partidos o colores tengan que pararse de cabeza para ganarse el aprecio de los electores está a la vuelta de la esquina. Nuestra clase política lo tiene muy presente, de allí que a través de las redes sociales muchos estén preparándose para convertirse en Rock Star y estar en boca de todos y todas.

Existen casos específicos de personajes a los que simplemente no se les da la empatía con los ciudadanos, esos tendrán que recurrir a las carretadas de dinero con tal de ganar un espacio de poder público. Algunos le están apostando a su poder económico para convertirse primero en candidatos y después a ganar la voluntad de la población.

Para mala fortuna de Chiapas, aún un gran porcentaje de la población está acostumbrada a recibir dádivas en tiempos electorales, aunque después sigan viviendo en el peor de los atrasos; muchos prefieren vender su voluntad a través de la comercialización del voto en lugar de pensar en instaurar gobiernos que le cumplan sus demandas de mejores servicios apegados a la transparencia y rendición de cuentas.

De esos personajes que se preparan para hacer circo maroma y teatro abundan demasiados en el PVEM, partido político que dejó muy malos recuerdos en Chiapas durante los años que uno de sus miembros encabezó la titularidad del Poder Ejecutivo. Durante el mandato de Manuel Velasco Coello, se instauró una maquinaria de nuevos multimillonarios al amparo del poder público.

Para mala fortuna de los chiapanecos el PVEM logró meterse en la médula del movimiento de la Cuarta Transformación, con la viveza que caracteriza a los miembros de ese partido, lograron entablar una alianza legislativa con Morena y PT, lo que les permitió la supervivencia durante estos cuatro años.

Ahora, como si el saqueo tuviera premio por todo el territorio chiapaneco existen personajes de muy mala reputación haciendo recorridos, tratando de venderse ante la población como verdaderas hermanas de la caridad, sin embargo, el estigma de saqueadores no se lo pueden quitar ni yendo de rodillas a rezarle a la virgen.

Exalcaldes, exlegisladores, exfuncionarios y gente muy cercana a Manuel Velasco han emprendido desde hace varios meses una campaña por toda la entidad, pretenden hacerle creer a la población que su regreso a la escena gubernamental es necesario para lograr lo que no pudieron hacer en seis años.

En ese sentido, para desgracia de los chiapanecos casi a diario se puede encontrar publicaciones en redes sociales de personajes como Sergio Molina, Roberto Jordán Aguilar Pavón, Manuel Pulido entre otros que acompañan casi hasta al baño a Jorge Luis Llaven Abarca, a quien le vendieron la idea de que puede aglutinar toda la fuerza y estructura pevemista de cara a una posible candidatura a la gubernatura de Chiapas.

Ese tipo de personajes lejos de ayudar perjudican a cualquiera, porque la gente conoce muy bien su historia, son conocidos sus excesos. Esta clase de políticos lo único que deberían de estar haciendo durante el actual régimen gubernamental es rindiendo cuentas por los saqueos cometidos en los espacios que les ha tocado administrar.

Pero por desgracia a las filas de Morena también se han subido personajes de muy malos recuerdos, un ejemplo más que claro es el de Miguel Prado de los Santos quien por segunda legislatura ocupa una curul en el Congreso de la Unión representando al partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.

En el caso de Morena se padece algo muy peculiar, ese partido es el objeto de ambición de políticos tránsfugas y sin escrúpulos que cambian de partido como de calcetín. Esto se debe a que en la entidad no existe formación política, aquí la clase política lucha por la supervivencia.

Otro caso también especial en estos momentos, lo representa el alcalde de La Trinitaria, Ervin Pérez Alfaro, quien en 2018 ganó la alcaldía por el PRI y a los pocos meses dio el salto a Morena, su ambición de poder fue tal que previo a darse a conocer la lista de candidatos de 2021, estuvo en coqueteos con otras fuerzas políticas, hasta que finalmente Morena lo siglo y logró la reelección.

Ervin Pérez Alfaro con todo y que en algún momento aseguraba que luchaba contra un cacicazgo implementado por Manuel Pulido en La Trinitaria, demostró que el pez por la boca muere, porque simple y sencillamente ahora ya no quiere soltar el poder, por ello mismo buscó y logró ser Consejero Estatal de Morena, un partido que le abrió las puertas a un aprendiz de cacique.

En ese sentido, y con el panorama que vive la entidad, insistimos, los tiempos para ver a los políticos realizando cualquier acto de ridiculez y payasada para ganar simpatías está por llegar, solo falta que alguno se ponga a probar materia fecal para dar a conocer sus nutrientes.

Quienes buscan un espacio en 2024 quieren hacer creer que padecen y sufren en carne propia todos los problemas de los chiapanecos, pero esto no es así, los políticos han saqueado a la entidad, viven como reyezuelos, mientras que los ciudadanos normales, tienen que salir todo el día a luchar para poder llevar el pan de cada día a sus mesas. Mientras los políticos se atienden en los mejores hospitales, los chiapanecos de a pie no tiene acceso a la seguridad social y los servicios de salud que reciben son precarios.

Lo que queda más que claro es que la seriedad para hacer política en Chiapas se ha perdido, más bien un grupo de personajes sin escrúpulos se han encargado de hacerla perder. Al final quienes como siempre pagarán los costos de este tipo de política a la chiapaneca serán los propios ciudadanos, quienes serán los únicos responsables de permitir que vuelva el pasado o que siga habiendo un gobierno responsable… Hasta la próxima.