jueves, noviembre 28, 2024

Universidad de Querétaro regresará a clases el 3 de noviembre; acaba paro

El Consejo Universitario de la UAQ celebró sesión extraordinaria en la que aprobó por unanimidad la firma del convenio que, derivado del pliego petitorio estudiantil, da término al paro.

Agencia Excélsior

Tras un mes en paro, alumnos accedieron a entregar este sábado las instalaciones de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y retornar a las aulas el próximo 3 de noviembre.

Esto, luego de las mesas de diálogo y trabajo realizadas los días 24, 25, 26 y 27 de octubre del año en curso entre Rectoría, el Comité de Redacción y los estudiantes paristas quienes demandaban mejoras en los protocolos de atención a casos de acoso y violencia de género al interior de la institución universitaria.

Tras los acuerdos entre ambas partes, el Consejo Universitario de UAQ celebró sesión extraordinaria en la que aprobó por unanimidad la firma del convenio que, derivado del pliego petitorio estudiantil, da término al paro.

Durante su mensaje, la rectora de Teresa García Gasca señaló que este movimiento refrenda el papel transformador de la Universidad para lograr una sociedad más justa, igualitaria y próspera.

Entre los acuerdos que tomaron alumnos y autoridades universitarias para destrabar el paro se requirió que no exista represalias contra ninguno de los alumnos que participó en el paso; también la creación de una Secretaría de Género para atender, prevenir y combatir la violencia o acoso.

Otro punto fue la creación de una comisión especial paritaria integrada por docentes y estudiantes, para que, en coordinación con la Unidad de Atención de Violencia de Género (UAVIG) “revisen las carpetas vigentes, así como aquellas que fueron cerradas para asegurar su correcta resolución”.

Será la noche de este sábado, alrededor de las 20:00 horas, que los alumnos realicen la entrega formal de las instalaciones a las autoridades universitarias.

La crisis de la UAQ inicio tras darse a conocer el caso de una alumna acosada por uno de sus compañeros y en la que las autoridades universitarias resolvieron sólo cambiar de turno a su agresor, quien continuó con el acoso contra la víctima, incluso portando un arma de fuego.