Por Jorge Ceballos
Hay personas enquistadas en los organigramas gubernamentales que no han entendido que México cambió a partir del primero de diciembre de 2018. Personajes a los que el poder los ha transformado y se han convertido en todo aquello que tanto dañó a nuestro país y, sobre todo, lo que tanto se combatió hasta antes del triunfo electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A principios de la semana a través de redes sociales circuló un vídeo en el que elementos de la Policía Municipal de Tapachula torturaban a un migrante de origen haitiano con toques eléctricos en plena calle, el material dado a conocer muestra la salvaje forma de sometimiento de quienes deberían de garantizar la seguridad en aquel municipio.
Obviamente que el material grabado ante la mirada atónita un sinnúmero de tapachultecos causa molestia porque demuestra la falta de tacto y sobre todo, una flagrante violación a la Constitución Política de nuestro país en su artículo 22 en su primer párrafo, el cual prohíbe la tortura en cualquiera de sus formas.
El vídeo dado a conocer demuestra que la alcaldesa Rosa Irene Urbina Castañeda no ha tenido el más mínimo interés por implementar acciones en su cuerpo policial que favorezcan al respeto a los derechos humanos.
De acuerdo con el contexto del vídeo, la tortura a plena luz del día y en alguna de las calles de la perla del Soconusco, se originó ante el presunto robo que habría cometido el migrante torturado.
Sin importar el presunto acto delictivo cometido por el migrante, los policías debieron haber respetado los derechos humanos consagrados en la Constitución, al no hacerlo ponen en un verdadero predicamento al ayuntamiento de Urbina Castañeda, porque lo desnuda y muestra como un gobierno carente de sensibilidad y respeto a derechos fundamentales.
El vídeo aparentemente fue grabado el pasado mes de octubre, sin embargo, eso no le resta ninguna importancia, porque estamos ante un cuerpo policía troglodita, poco preparado y violador de derechos humanos.
Queremos suponer que para enviar un mensaje claro y preciso a la población que la alcaldesa de Tapachula ya habrá tomado acciones precisas al respecto, sin embargo, por lo visto no ha ocurrido nada, porque hasta el momento Rosa Irene Urbina Castañeda no ha anunciado cambios al interior de Seguridad Pública municipal y mucho menos la separación del cargo de los uniformados evidenciados en un acto por demás reprobable.
Condena a la tortura
En más de una ocasión el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho en sus conferencias matutinas que la tortura en México es cosa del pasado, sin embargo, al parecer Rosa Irene Urbina Castañeda y sus huestes no han escuchado dichas arengas, porque de entenderlo, simplemente la situación en ese municipio debería ser otra.
En este tipo de situaciones no basta que Rosa Irene Urbina diga que se han iniciado los procedimientos administrativos correspondientes, desde el momento mismo de enterarse de la triste y lamentable actuación de los policías bajo su mando, debió poner a disposición de las autoridades procuradoras de justicia a esos elementos, porque por duro y difícil que suene esos uniformados han cometido un delito.
Urbina Castañeda no puede decir que es una persona que desconoce las leyes, es abogada de profesión, pero, sobre todo, es fundadora de Morena y conoce a la perfección las causas que se persiguen en esta revolución sin violencia.
Con este tipo de situaciones la imagen de la alcaldesa queda maltrecha, porque simple y sencillamente sus subordinados demuestran que están imponiendo un estado de terror en Tapachula, situación que simplemente no debería de ocurrir.
No basta que a Rosa Irene sus corifeos y aplaudidores le endulcen el oído haciéndole creer que va que vuela para otra posición política, primero debe poner orden y paz en Tapachula, para luego pensar que su figura ha crecido.
Con esto tipo de actitudes lo único que crece es el descredito hacia una mujer que llegó respaldada por miles de votos, pero que en el camino se ha ido perdiendo al engolosinarse con el poder y olvidarse de lo más esencial que es el respeto a la dignidad y a los derechos humanos.
Violentadora
Luego de analizar el salvajismo con que actúan los policías al someter al migrante, de verdad que no queda más que enojo porque, en el material se ve que quien da toques eléctricos al detenido es una mujer policía.
En estos tiempos que tanto hablamos de frenar la violencia contra las mujeres, resulta más que incongruente que ahora una servidora pública se dé el lujo de encabezar un acto de tortura y sobre todo ser exhibida.
¿Qué espera la Comisión Estatal de Derechos Humanos a cargo de Juan José Zepeda Bermúdez para realizar alguna recomendación? ¿De plano estamos ante un organismo que actúa como elefante blanco y que está sometido ante el poder de Rosa Irene Urbina Castañeda?
Es este el momento exacto para que los legisladores tapachultecos alcen la voz y exhorten a la alcaldesa a que no haya más acciones violatorias de la Constitución, deben recordar que es más importante la ciudadanía que el compañerismo partidista… Hasta la próxima.
