Al asalto del Morena
Por Jorge Ceballos
Una vez que inició el 2023, arrancó de manera más que insultante la promoción personalizada de decenas de personajes que el próximo año buscan obtener un cargo de elección popular que les permita seguir pegados a la ubre presupuestal pública.
La celebración del Día de Reyes y la Carrera del Parachico, fueron en esta ocasión el escenario perfecto para que políticos de todos los partidos e ideologías, se dieran un baño de pueblo y aprovecharan el boom de las redes sociales para que la ciudadanía los identifique como un integrante más del pueblo, tratando de despejar esa imagen que se tiene de los políticos de que son parte de una casta divina que solo se dedican a dilapidar los recursos a su alcance y, además, olvidarse de las necesidades de los ciudadanos a quienes ni voltean a ver una vez enquistados en el poder.
Pero, vayamos por partes. Entre nuestros políticos está más que comprobado que el más chimuelo masca vidrio, de eso los mismos ciudadanos pueden y dan cuenta, al hacer un análisis sobre las gestiones que hayan podido realizar durante los años anteriores con personajes que en la actualidad aparecen hasta en la sopa por el activismo que muestran en las redes sociales, son gente que no le dan agua ni al gallo de pasión, sin embargo, resulta que en los primeros días de este 2023, les ha dado por recorrer colonias, pueblos y comunidades de Chiapas para llevar regalos por el Día de Reyes o bien acuden a la partida de la tradicional rosca, ahora a unos meses de las definiciones de candidaturas se muestran magnánimos y cercanos a la gente.
Lo grave y además, permitido por la misma ciudadanía es que reciben a esta clase de políticos con vivas, fanfarrias y loas, sin darse cuenta que los regalos, roscas y todo lo que llevan proviene del dinero público a su alcance.
Es inaudito que los chiapanecos sigan creyendo en promesas de esa clase de políticos que están calados que lo único que buscan es el beneficio personal y de sus cercanos. Aparecer en imágenes a través de redes sociales llevando regalos por el Día de Reyes o partiendo roscas el 6 de enero en nada beneficia a la ciudadanía, porque la gente sigue viviendo sin servicios públicos de calidad, continúan conviviendo entre calles sin pavimentar y que parecen zonas de guerra.
Resulta grave que durante varias décadas el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó estas actitudes que servían como clientelismo electoral y cooptación de votantes, sin embargo, en la actualidad militantes de Morena y aliados, y uno que otro neomoreno han recurrido a las dádivas y al uso del dinero para mostrar músculo.
Resulta insultante que personajes como Sasil de León Villard, Sergio Alejandro Aguilar Rivera entre otros, estén recurriendo a estas prácticas de intercambio de dádivas para mostrar músculo político que de inmediato es presumido a través de redes sociales personales y de sus cercanos.
Triste realidad
Por más que nuestra democracia pueda avanzar y que se presuma una libertad de los ciudadanos al momento de elegir a sus gobernantes, no cabe duda que en Chiapas la clase política sigue apostándole al voto del hambre, esto por simple ambición de poder.
Los ciudadanos aún no se quieren dar cuenta que, para la clase política tradicional, esa acostumbrada al poder transexenal, los ciudadanos siguen siendo vistos como números y como objeto de deseo de compra, todo esto porque a los políticos chiapanecos solo les interesa cumplir sus caprichos de cargos públicos.
De allí que tanto el Día de Reyes como la Carrera del Parachico haya servido a aquellos que aspiran a una posición de poder para que los ciudadanos los vean a través de las redes sociales, porque amor y compromiso por el prójimo simplemente no tienen, lo único que les interesa son los negocios al amparo del poder público.
En la misma tesitura se encuentran en los municipios, en los que hay una guerra desatada por las candidaturas a las presidencias municipales.
El pasado y las posibles pústulas de corrupción pasan a segundo término cuando de buscar un cargo público se trata, y más si eso ocurre en una entidad como Chiapas, en la que la ciudadanía parece olvidarse de los oprobios cometidos por los políticos locales.
Es más, es tanto el descaro de la mayoría de los políticos chiapanecos que, a través de mecenas y escribanos de momento, se construyen imágenes de seres impolutos e incorruptibles, aunque en el fondo únicamente los mueva la ambición.
Son precisamente esta clase de políticos los que desde hace un tiempo han venido mostrándose públicamente en busca de estar vigentes a la hora de repartir las candidaturas.
Ejemplos por demás claros de gente ambiciosa que se mueve para ver logran el siguiente año abundan, basta ver la lista de quienes intentan ser candidatos a gobernador: Eduardo Ramírez Aguilar, Sasil de León Villard, Ismael Brito Mazariegos, todos y cada uno de ellos simplemente por respeto a Chiapas no deberían ni siquiera ser tomados en cuenta.
A excepción de Ismael Brito Mazariegos, el resto de estos políticos trabajaron de la mano y bajo las órdenes de Manuel Velasco Coello, cuya administración estatal está catalogada como de las peores que ha tenido Chiapas.
Por negociaciones inimaginables todos ocupan posiciones de primer nivel y lo peor, ahora se sienten con el derecho de poder gobernar la entidad.
El objeto de la ambición de este grupo de políticos no es otro que tomar por asalto la candidatura de Morena a la gubernatura.
Para lograr su objetivo la mayoría de estos políticos están haciendo uso de recursos de dudosa procedencia, están jugando rudo, utilizan todas las mañas a su alcance.
Era y Sasil han recurrido a situaciones que rayan en la ilegalidad. Los tres excolaboradores de Manuel Velasco han recurrido a la pinta de bardas y espectaculares con sus nombres y apellidos, ante la actitud reumática del IEPC.
Estos tres personajes han recurrido al librito de la vieja política mexicana: han contratado un grupo de sesudos comunicadores que escriben maravillas en torno a ellos, tratando de hacer olvidar su pecaminoso pasado político.
¿Por qué Morena?
Es más que obvio que estos políticos buscan agenciarse los colores del partido gobernante, por el respaldo ciudadano del que goza Morena en la entidad.
Era y Sasil no pueden presumir ideología de izquierda, sus mismas acciones están alejadas del morenismo.
Es por eso que, la dirigencia nacional y la estatal a cargo de Carlos Molina Velasco deberían estar muy al pendiente las negras intenciones de estos personajes.
Pero, de igual forma los militantes de Morena deben estar atentos para que cada acción que vaya en contra de los estatutos de ese partido sean denunciados ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia para que desde ese ente partidista se investiguen las acciones ilegales en que se esté grupo de políticos están incurriendo y llegado el momento, no se les permita la participación por parte de Morena.