En su nueva novela, Laura Mas recrea a Olimpia, la madre de Alejandro Magno, como una mujer que superó los roles de género de su época
Agencia Excélsior
Alejandro III de Macedonia (356-323 a.C.), más conocido como Alejandro Magno, fue rey de Macedonia, hegemón o guía de Grecia, faraón de Egipto y Gran Rey de Media y Persia, hasta su muerte.
Pero este conquistador legendario, hijo y sucesor de Filipo II de Macedonia, cuya formación intelectual fue encomendada al gran filósofo Aristóteles, no logró solo la fama y la gloria. Su madre, Olimpia de Epiro (375-316 a.C.), desafió a todo el reino para allanarle el camino.
De esta premisa parte la escritora española Laura Mas (1989) para dar vida a su segunda novela, Olimpia (Espasa), en la que recrea la vida de esta mujer que “traspasó los roles de género de su época y dio un enorme paso adelante”.
Considerada como una hechicera y una arpía manipuladora, rechazo inspirado en su devoción por las serpientes y su condición de extranjera, Olimpia “fue incomprendida por su sociedad y maltratada y denostada por la historia”, afirma la autora en entrevista con Excélsior.
Era una mujer ambiciosa, inteligente, inconforme, de carácter fuerte, que rendía culto a las serpientes y decía sí al erotismo y al deseo. Fue fascinante reconstruir las diversas facetas del personaje”, señala la también comunicóloga.
Ella fue la verdadera responsable de que Alejandro Magno reinara en Macedonia. Dio a luz a uno de los grandes conquistadores de la historia y lo formó. Esto era casi inexistente en el siglo IV antes de nuestra era, porque las mujeres estaban totalmente silenciadas y su vida se limitaba al ámbito del hogar. Ella logró meterse a la política y a la lucha por el poder”, explica.
Ilustración: Horacio Sierra
La princesa Mírtale, que después cambiaría su nombre por el de Olimpia, como parte de la iniciación a un culto mistérico, era descendiente del famoso Aquiles; por lo que, basada en las profecías de los oráculos, siempre creyó que Alejandro era hijo de Zeus, rey de los dioses y supervisor del universo.
En la antigua Grecia existía el politeísmo. Tenían deidades para todo. Quise ser muy respetuosa de todo este universo mágico que realmente existió. Por eso la retrato como una verdadera creyente y devota”, agrega vía telefónica desde España.
Algo increíble era su gusto por las serpientes domesticadas. Las tenía en su lecho. Dormía entre ellas. Su convivencia con estos animales estaba llena de sutileza y ambigüedad, creando momentos realmente eróticos. Este fue un elemento que me dio buen juego en la novela”, añade.
Como un personaje misterioso y complejo construyó Mas a Olimpia. “Era una mujer que no se rendía fácilmente, pero también era frágil y estaba obsesionada por su hijo. Lo cuidaba, lo aconsejaba, lo vigilaba. Por eso sufrió enormemente cuando se separaron durante 11 años y nunca volvió a verlo con vida”, señala.
La egresada de la Universidad Autónoma de Barcelona admite que su obra literaria refleja un exacerbado interés por rescatar a las mujeres olvidadas de la historia y su legado, como también sucedió con su primera novela, La maestra de Sócrates.
Hay mucho camino por recorrer aún. Pero siento que a cada investigación, no sólo hecha por mujeres, también por hombres, se alcanza un poco la justicia histórica”, indica.
La narradora no sólo recrea a Olimpia como madre, sino también como la esposa que no era bien tratada, que sufría de abuso en su relación. “Pronto se distanció de Filipo II. Él terminó desconfiando de las serpientes. Aunque tuvieron dos hijos, la segunda fue Cleopatra de Macedonia, ella se exilió voluntariamente a Epiro y él se volvió a casar”, detalla.
Narrada en primera persona, esta novela es resultado de una amplia investigación de la Grecia antigua, de su religión, sus costumbres, sus guerras, su vida cotidiana. “Es un universo con el que me familiaricé desde mi primera novela y no descarto regresar sobre otro personaje”.
Por lo pronto, Mas ha incursionado en la poesía desde hace algunos años y su próximo libro será un poemario, adelanta. “Me siento con energía y sensibilidad para abordar diversos géneros literarios. Espero que les guste a mis lectores”.