Jaime López | Tuxtla Gutiérrez
La marcha en defensa del INE, que se realizó este domingo, registró una pobre convocatoria en Chiapas, sin embargo, entre los pocos asistentes pudo verse a políticos acostumbrados a robar, que fueron parte de la corrupción en la entidad y que en esta ocasión salieron con la bandera «El INE no se toca», lo que es vergonzoso toda vez que ellos también prostituyeron los procesos electorales del pasado.
El poder de convocatoria para esta marcha en Chiapas se notó con apenas 300 personas que salieron a las calles en un estado que supera los dos millones de la lista nominal de votantes y más de cinco millones de habitantes.
En esta pequeña movilización pudo verse por ejemplo a algunos exfuncionarios estatales que se han encargado de aniquilar instituciones de Gobierno, así como uno que otro personaje que ha terminado y saqueado partidos políticos, donde se sabe que han vendido candidaturas.
Asimismo, hubo personajes con escasa calidad moral, dirigentes espurios de partidos políticos, delincuentes, señalados y acusados incluso de abuso sexual, mismos que ahora tienen intereses personales de seguir manteniendo cacicazgos en la entidad.
Por otro lado, se vio a uno que otro despistado funcionario federal, familiares de auténticos depredadores del erario y que durante años saquearon el partido amarillo. Ahí, cabe la pregunta: con qué cara podrían creerles.
Entrevistados al respecto, ciudadanos señalaron la incongruencia de estas acciones y que estas personas ahora se manifiesten contra algo que ellos han venido haciendo.
Mientras en las redes circulaban selfies y hasta trasmisiones en vivo de ex empleados del antiguo régimen, esos mismos que dejaron obras inconclusas y que a través de los años, como viles chapulines han brincado de partido a partido y de color en color.
Hubo los otros, los que quisieron envolverse en la bandera de la libertad de expresión, bajo el argumento de ser «periodistas», para mezclarse con lo peor de la política chiapaneca, ahí estuvieron, continuando de cómplices del cáncer social.
Entre algunos políticos más de la vieja escuela, acostumbrados a vivir de la corrupción y que hoy no se les puede llamar de otro modo que traidores de la patria, traidores del pueblo de Chiapas y de México.