domingo, noviembre 24, 2024

Monet y los genios de la luz, en el Munal

Reúnen 12 obras maestras, tres del impresionista francés y nueve de los artistas mexicanos que siguieron este movimiento

Agencia Excélsior

De impresiones de luz, manchas de color, paisajes difuminados y elementos desdibujados, movimiento conocido como el impresionismo, “que fue denostado, criticado y rechazado en sus orígenes”, nació el arte moderno.

El pintor francés Claude Monet (1840-1926) fue uno de los creadores de este movimiento que marcó a artistas de todo el mundo, entre ellos a mexicanos como Joaquín Clausell, Mateo Herrera y Armando García Núñez.

Ahora, en una especie de “banquete de luz y color”, tres obras del famoso pintor galo “dialogan” con nueve piezas de maestros mexicanos en la exposición Monet. Luces del impresionismo, que se exhibirá en el Museo Nacional de Arte (Munal) a partir de hoy y hasta el 27 de agosto.

Los óleos sobre tela de Monet son Paisaje en Port-Villez (1883), Valle Buona, cerca de Bordighera (1884) y Nenúfares (1908), “una de las primeras piezas de esta famosa serie, de las nodales”, comentó ayer el curador Hector Palhares durante un recorrido para medios de comunicación.

Es una exposición íntima que reúne 12 obras maestras. De las tres de Monet, dos provienen del Museo de Arte de Dallas y llegan por primera vez a México; y Paisaje en Port-Villez pertenece a la colección del Museo Soumaya que, por primera vez, sale de su sede para exhibirse en otro museo”, explicó el también director del recinto.

El nombre de Monet tiene todo un peso en el imaginario colectivo. Es un artista que, junto con grandes maestros como Pizarro y Degas, será el pionero en el movimiento que se convierte en uno de los más queridos en la historia del arte: el impresionismo.

Hoy en día, a través de numerosas colecciones públicas y privadas en todo el mundo, el impresionismo es el que siempre atrae a más público, el que crea mayor expectativa y el que sigue configurando una parte nodal de nuestra cultura contemporánea”, afirmó.

Para el especialista, “pensar en el impresionismo es pensar en paisajes rurales, en estanques, en lagos, en bosques; pero también en paisajes urbanos que retrataron el París de la Belle Époque.

Estos grandes maestros incursionaron en la pintura al aire libre, en salir del taller, de la academia, en tomar directamente los motivos bajo la luz palpitante del sol, por eso el título de la muestra”, agregó.

Destacó que la colección del Museo de Arte de Dallas tiene siete piezas de Monet y que las dos que se exhiben en el Munal son las estrellas de ese acervo.

Nenúfares fue presentada ante el gobierno francés después de que Monet exhibió en el Salón de los Rechazados, después de que encontró su lugar en medio de todo un gusto estético que iba a transformar a la sociedad por completo.

Esa fue la pieza maestra que hizo que el gobierno le pidiera los grandes formatos que hoy forman parte de la Orangerie, unas 250 versiones pintadas a lo largo de 40 años. Nenúfares es una de las primeras piezas”, narró.

El promotor reconoció que el reto fue “seleccionar las piezas medulares de nuestra colección, como Las fuentes brotantes de Tlalpan, de Clausell; o de integrar obras de José María Velasco, que no es impresionista, pero lo hemos leído como el paisajista, el académico, el constructor de la identidad nacional, y también es el maestro de la luz. En él vemos una percepción realista y un dibujo puntual, y cómo la luz construye su paisaje”, concluyó.

Muestras de gabinete

Tras cuatro años de ser curador del Munal, Héctor Palhares se estrena como director con Monet. Luces del impresionismo; sin embargo, al final del recorrido, aseguró que “en este momento no puedo platicar sobre los proyectos porque estamos en veda electoral; no puedo platicar ahorita como director, hay que ser respetuosos con eso”.

Uno de los pocos comentarios que dijo sobre la línea que seguirá en lo que resta de la actual administración es que “apostaremos por exposiciones más pequeñas, más íntimas. “Esas muestras multitudinarias de 300 piezas se vuelven abrumadoras y, a veces, se nos escapan las piezas y nos vamos a la grandilocuencia.

Es una línea de museología que viene de la dirección anterior. Ponderar exposiciones de gabinete. Pensemos en la inmediatez, la vorágine de las redes sociales, de comunicaciones expeditas, de un tuit; en ese sentido vive nuestra sociedad hipermoderna. Así que cuanto más ceñido, más acotado, mejor”, indicó.