Con obra de Demián Flores y Eduardo Roca, abrió la muestra temporal La fiesta del beisbol montada en la sala Segundo Inning; permanecerá hasta esta fecha
Agencia Excélsior
Cerca de 100 obras y objetos intervenidos por artistas como Demián Flores, Eduardo Roca Salazar Choco, Amador Montes, Cristina Kahlo, Sabino Guisu y Francisco Toledo se exhiben desde ayer en el Museo Diablos, ubicado a un costado del Estadio Alfredo Harp Helú, como parte de la exposición temporal La fiesta del beisbol, montada en la sala Segundo Inning, que permanecerá abierta hasta mayo de 2024.
La parte central de la muestra se concentra en el núcleo No existen los quizás en el beisbol, con 40 piezas de Demián Flores y algunas elaboradas en colaboración con el cubano Choco, que incluyen grabados, acrílicos, gouaches y acuarelas, las cuales reflejan su pasión por el rey de los deportes.
Aquí podemos ver que prácticamente todos los artistas aman y les apasiona el beisbol tanto como a nosotros. Entonces, queríamos que la muestra justo reflejara ese amor que todos sentimos y que nos une, a nivel museo, aficionados y trabajadores”, explicó durante un recorrido de prensa Xiadani Morales, coordinadora de museografía del recinto.
La muestra también incluye un conjunto de bates que provienen de la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú, así como una serie de pelotas con héroes patrios y dos presidentes oaxaqueños: Porfirio Díaz y Benito Juárez, las máscaras de Alejandro Vera y el Slam del Arte que proviene del Museo de Filatelia de Oaxaca (MUFI).
ESPEJO DE LA REALIDAD
Previo a la apertura, Demián Flores comentó que su colaboración con el estadio no es circunstancial, sino consecuencia de una labor de muchos años, que inició a su regreso de Francia, en el año 2000, cuando hizo una serie de pinturas sobre el tema del beisbol.
Entonces llegué a Oaxaca y se las enseñé al maestro (Francisco) Toledo, y por la relación que él tenía con Alfredo Harp surgió el lazo para que viera estas pinturas.
Entonces, en 2002, intentamos una cosa muy loca en ese momento, que fue el inicio de un museo abajo de las gradas del Estadio Eduardo Vasconcelos, en Oaxaca, para lo cual construimos un museo donde se albergaron, por primera vez, algunas de estas piezas que vemos entre pinturas, pelotas y bates. Ése fue el primer acercamiento”, junto con una jornada literaria que derivó en un libro con poesía de Alberto Blanco, Francisco Hernández y frases de Pedro Mago Septién.
En aquel momento, aseguró Demián Flores, “pensaba en que el formato de museo ya no llegaba a un público mayor, y me pareció que con ese tipo de actividades se podría ampliar. Además, eso era la continuidad de algo que hice por aquellos años (con el tema) de la lucha libre, en el Museo de la Ciudad de México, donde pusimos un ring”.
En suma, detalló Flores, la muestra incluye piezas de aquel primer ejercicio, resguardadas en la Fundación Harp, junto con otra serie de bates intervenidos que fueron cobijados por la Academia de Beisbol de Oaxaca, junto con piezas de reciente creación con el cubano Choco, en el Taller Ochoa.
¿Cuál es su relación con el beisbol?, se le preguntó al artista juchiteco. “Me gusta el beisbol porque es un deporte que practiqué y que practico aún, así que tiene una relación directa con mi contexto en Juchitán.
Y, en segundo lugar, es lo que a nivel de metáfora te puede dar el beisbol respecto de la vida cotidiana. Creo que en este deporte se resumen muchas cosas que tienen que ver con nuestra vida, con nuestras realidades, y así puede uno crear analogías con la vida cotidiana”, apuntó.
Flores también destacó la relevancia de que la sala Segundo Inning —donde antes se expuso obra de Francisco Toledo— sea una sala temporal que permite la rotación de artistas.
¿Existe algún paralelismo entre el disfrute del beisbol y su obra? “El arte es un espejo de lo que uno es, y lo que yo soy, además de hablar de que mi trabajo intenta ser una reflexión sobre la identidad, la memoria y el territorio, implica también lo que uno vive… Entonces, obvio que eso tiene que ver con lo que vivo, con una casaca, con los movimientos del pitcher, y con eso que te puede dar el ver al pitcher en la soledad de la loma, que también tiene que ver con nuestra vida”.
Finalmente, Demián Flores evoca su relación con Toledo, recuerda su pasado como pelotero y relata que en su infancia fue primera base, que jugó en un pequeño equipo en Juchitán, llamado Charos, y que actualmente es seguidor de Los Dodgers de Los Ángeles y de los Diablos Rojos.