lunes, noviembre 25, 2024

El artista visual Eduardo Terrazas traza líneas hacia el infinito

A sus 87 años, el arquitecto, pintor y diseñador urbano mexicano afirma que desea seguir explorando caminos estéticos

Agencia Excélsior

Mi búsqueda aún no termina. Uno quiere seguir explorando diversos caminos. Saber todo lo que se puede decir con unas líneas; lo que se puede crear con un código de barras, con diversos puntos o nueve círculos”, afirma tajante el artista visual (1936).

A sus 87 años y más de cinco décadas de producción creativa, el arquitecto, pintor y diseñador urbano está convencido de que “el mundo, la realidad y la estructura de una obra de arte tienen muchas posibilidades”, comenta en entrevista con Excélsior.

El tapatío que ha renovado la abstracción y ha introducido la artesanía textil mexicana en el escenario del arte contemporáneo confiesa su fascinación por las líneas que llegan al infinito, las diagonales, las retículas, las figuras geométricas y la descomposición del color.

Destaca que siente la misma libertad y pasión al confeccionar una pintura, una intervención urbana o un plano arquitectónico. “Son diferentes ámbitos. En todos está uno al servicio de la sociedad, eso es lo que me gusta. Yo hago mi obra para que la gente la vea, no la hago para mí. Me satisface crearla y ofrecerla a la sociedad para que sepa que con estambres también se pueden hacer obras bellas. Dar es importante”, agrega.

El egresado de la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM dice que escogió esta profesión porque “también estás al pendiente de las personas. Hice muchos centros culturales, teatros, salas de exhibición, restaurantes. Tienes que cuidar que los espacios tengan buena acústica e iluminación, que otorguen una sensación de bienestar”.

Con más de 20 exposiciones individuales en su haber, desde 1972, don Eduardo no encuentra una definición absoluta de su estilo. “Depende de la obra, cada estructura te da infinitas posibilidades de la realidad. Trato de que mi arte sea convivencial, para que estemos todos unidos y no andar cada uno en su rinconcito”.

Señala que, a nivel de temas, del contenido filosófico que nutre sus obras, le interesa el universo, el cosmos, la convivencia entre los seres humanos o “la fuerza de gravedad que nos mantiene juntos”; y le preocupa el calentamiento global, la industria que contamina, y el hecho de que los gobiernos aún no se toman en serio estas amenazas, a pesar de que las alertas suenan desde hace varias décadas.

No podemos seguir con la industria y las plantas eléctricas que están contaminando. Debemos apostar por una industria orgánica. El consumo no puede definir nuestra vida, sino algo más espiritual”, añade.

El maestro por la Universidad de Cornell, Nueva York, indica que le interesó la cosmovisión y el arte huichol por su faceta espiritual. “Retomé la técnica que utilizan, las tablas, el tejido de lana, y la he modificado un poco, le he quitado y agregado. Cuido mucho la nitidez y la calidad en cada pieza”.

El artista exhibe actualmente una retrospectiva de su obra en el Museo del Palacio de Bellas Artes, Equilibrio múltiple, en la que muestra diez piezas nuevas que se caracterizan por la exploración del color blanco y las tonalidades que puede adquirir, hasta llegar al negro.

La exposición propone una revisión del trabajo realizado por Terrazas desde 1968 hasta la fecha, comenzando por su participación protagónica en el diseño urbano de las Olimpiadas de México, a invitación del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, “una fiesta que organizábamos para 125 países”, recuerda.

En cuatro núcleos temáticos se exhiben además sus series Entornos urbanosTablasPosibilidades de una estructura, su proyecto pictórico más amplio, y Cosmos, integrado por más de 500 obras.

En México, siempre estamos tratando de reconciliar lo local que tenemos, pero también debemos ser modernos y globales. La realidad es un campo de posibilidades. Todo es posible, si se busca con calma”, concluye.

Don Eduardo agrega orgulloso que sigue trabajando y que organiza exposiciones en las galerías que tiene en México, Londres, Nueva York y Copenhague. “A veces viajo para inaugurarlas. Pero lo que más me interesa es seguir creando, innovando, trazar líneas hacia el infinito”.