jueves, noviembre 21, 2024
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ENTRELÍNEAS | Protagonismo arrebatado

Por Jorge Ceballos

Cuando el pasado lunes 21 de agosto el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el anuncio que Zoé Robledo Aburto se quedaba hasta el fin del sexenio a cumplir con el encargo al frente del IMSS, hubo júbilo y gritos de felicidad en algunos cuartos de guerra. Quienes de inmediato festinaron fueron tanto Eduardo Ramírez Aguilar y su homóloga Sasil de León Villard, esta última comenzó a correr que la candidatura de Chiapas recaerá en una mujer.

Los dos excolaboradores cercanos al exgobernador Manuel Velasco Coello hicieron lo que mejor saben: soltar rumores a través de testaferros, colaboradores y uno que otro “textoservidor” en busca de notoriedad y con la firme intención de causar confusión entre la ciudadanía en el sentido de que las cosas estaban definidas para uno u otro bando.

Desde el primer momento del anuncio presidencial, en ambos equipos comenzaron a relamerse los bigotes haciendo planes de los negocios que se prodigarán porque sienten la candidatura de Morena en la bolsa. Es más, el mismo Eduardo Ramírez Aguilar tuvo la osadía de enviar mensajes a un legislador local en el que señalaba que ya todo “estaba amarrado” para que él sea el candidato, incluso pedía ayuda en las redes del representante popular.

Sasil de León por su parte acrecentaba su presencia mediática en portales y medios de comunicación tradicionales, argumentaba que la decisión de que no participara Zoé Robledo se debía a que por paridad de género la designación recaería en una mujer. Es más, hubo incluso uno que otro despistado que fiel a su incongruencia de inmediato se erigió como el periodista más cercano a la aún coordinadora del PES en el Senado de la República.

En esa tesitura de tratar de crear escenarios favorables, tanto Eduardo Ramírez Aguilar y Sasil de León Villard no quisieron ver la realidad que los persigue: sus nulas oportunidades en Morena Chiapas.

El balde de agua fría les cayó a cada uno de los senadores emanados del Verde Ecologista cuando a mitad de semana, comenzó a resonar el nombre de Manuela Obrador Narváez, la legisladora federal por el primer distrito y prima del presidente Andrés Manuel López Obrador se subía a la contienda por la candidatura.

La primera que reaccionó fue Sasil de León Villard quien en pleno siglo XXI comenzó la recreación de una de las tradiciones más significativas de la Semana Santa, y en pleno verano, inició la visita de las siete casas, solo que ella fue a tocar las puertas de los partidos aliados a Morena.

Comenzó con el PT, en donde la escucharon y acompañaron a una rueda de prensa, para que en persona Amadeo Espinoza le soltara ante sus invitados de los medios de comunicación que le deseaba todo el éxito en su proyecto, pero que ese partido ya tenía un cuadro al que van a proponer rumbo a la gubernatura: Roberto Albores Gleason. Así con un palmo de narices tuvo que irse desencantada y exhibida.

En tanto que Eduardo Ramírez Aguilar dejó todo en manos de sus colaboradores, esos que han demostrado ser buenos para la instauración de la confusión y la guerra sucia.

Estos se encargaron de comenzar a alborotar el gallinero que existe en los municipios asegurando que ya todo está dicho, y que, por fin, luego de 10 años de una excesiva y costosa campaña, por fin Eduardo Ramírez Aguilar será el candidato de Morena.

Triste realidad

Pero el sábado 26 de agosto Zoé Robledo Aburto arribó a Tuxtla Gutiérrez, se reunió con parte del equipo que lo ha acompañado y reiteró que su proyecto no termina por la decisión de quedarse al frente del IMSS hasta el 30 de septiembre de 2024 cuando culmine el actual gobierno federal.

En ese evento Zoé pasó la batuta de su proyecto a dos personas: Manuela Obrador Narváez y Carlos Morales Vázquez.

Y quien le puso el cascabel al gato fue precisamente a quien la mayoría ve un prospecto en busca de la candidatura: Manuela Obrador Narváez quien de manera contundente y directa advirtió que las bases de Morena no permitirán que, políticos que han estado en otros partidos y gobiernos quieran apoderarse de los espacios en el vino tinto.

“No permitiremos que los mismos saqueadores se apoderen de Morena, sería inmoral que después de haber luchado tanto en las calles recorriendo y conociendo el sentimiento de la gente, dejar que venga y se apoderen del partido”.

El mensaje fue claro y los destinatarios son Eduardo Ramírez Aguilar y Sasil de León Villard, a quienes los señalamientos de saqueo y corrupción los persigue a cada rincón de Chiapas,

Soltaron la jauría

Ambos senadores han demostrado que son expertos en el arte de la guerra sucia y los golpes bajos, por ello desde ayer mismo enfocaron sus baterías hacia Manuela Obrador Narváez, sin embargo, se olvidan que atacarla directamente es jalarle los bigotes al tigre, porque al final de cuentas están ordenando una campaña contra una familiar directa de quien ideó y fundó Morena, y eso simplemente les puede generar las peores pesadillas.

En conclusión, la aparición en la escena política de Manuela Obrador se tiene que tomar como lo que es: una piedra en el camino tanto para Eduardo Ramírez Aguilar y Sasil de León. Si a nivel presidencial se aceptó sacrificar al favorito fue con un propósito… Hasta la próxima.