El gobierno peruano amplió en 50 por ciento el aforo diario a esta ciudadela inca
Agencia Excélsior/LIMA
Perú flexibilizó las restricciones de ingreso de turistas a la ciudadela inca Machu Picchu y amplió en casi 50 por ciento el aforo diario hasta sumar 5 mil 600 personas, en un intento de incentivar el turismo, muy afectado aún por la pandemia, informó ayer el gobierno peruano.
El nuevo aforo aprobado por las autoridades “es de 4 mil 500 visitas y en fechas muy puntuales podrá incrementarse hasta llegar a 5 mil 600 personas, a partir del 1 de enero del 2024”, señalaron en un comunicado los ministerios de Cultura, de Turismo y del Ambiente.
A la ciudadela inca, joya de la corona del turismo peruano, llegan a diario en la actualidad entre 3 mi 600 y 3 mil 800 turistas locales y extranjeros.
Según el gobierno, “el aforo dinámico” aprobado considera las acciones de conservación y prevención que ha venido implementando el Estado peruano” con base en sus compromisos con organismos internacionales.
El turismo es clave para la economía peruana y una importante fuente de empleo, que antes de la pandemia, en 2020, atraía a unos 4.5 millones de visitantes por año. Se estima que este año Machu Picchu cerrará con apenas 2.2 millones de turistas nacionales e internacionales.
Machu Picchu es Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1981.
En septiembre pasado Perú cerró temporalmente tres sectores de la ciudadela inca por el desgaste de sus elementos líticos debido al alto número de transeúntes, indicó entonces el Ministerio de Cultura.
El complejo arqueológico, ubicado a 130 kilómetros de Cusco, a 2 mil 438 metros de altura, fue construido en el siglo XV por orden del inca Pachacútec (1438-1470), y es considerado una obra maestra.
Tras la construcción de Machu Picchu, en las alturas de las montañas de los Andes, sobre el valle del río Urubamba, el sitio fue abandonado.
Este complejo arqueológico es famoso por sus paredes de piedra seca que combinan enormes bloques sin el uso de un mortero, los edificios que se relacionan con las alineaciones astronómicas y sus vistas panorámicas. El uso exacto que tuvo sigue siendo un misterio
Esta “ ciudad perdida de los incas”, fue encontrada en 1911 por el explorador estadunidense Hiram Bingham.