El escritor y el ilustrador recrean en Adiós, Glinka la temporalidad de la vida y el significado de la pérdida
Agencia Excélsior
Ayudar a morir a un ser querido es un acto de amor profundo, en lugar de verlo pervivir con sufrimiento, sin esperanzas y sin una idea futura de que la vida sigue”, dice a Excélsior el escritor y médico Arnoldo Kraus, autor de Adiós, Glinka, su libro más reciente, ilustrado por Alejandro Magallanes, en el que cuenta la historia de una perrita que, tras una vida llena de alegría y amor, llega al final de su existencia ante la incomprensión de Gabriela y Ana Luisa, dos pequeñas que crecieron a su lado y ahora enfrentan su partida.
No sé si en el libro viene escrita la palabra pérdida, pero es esencial. Es el significado de esas ausencias que todo el tiempo tenemos y, en este caso, este volumen ilustrado nos aproxima a la partida de un integrante de la familia y a ese retrato de dos niñas que se niegan a dejarlo ir”, comenta el autor de Una receta para no morir y Dolor de uno, dolor de todos.
El relato, creado para pequeños lectores, profundiza en la negación de la vida como algo finito; aunque, a lo largo de sus páginas ilustradas, se inicia un proceso de duelo donde los padres explican con inteligencia el envejecimiento de Glinka y ayudan a comprender su lugar en la geografía familiar.
La perrita fue parte de esa geografía de forma integral, bella y amorosa; pero todo llega a su fin y, como se cuenta en el libro, entre los cuatro (las dos hijas y los padres) cavan la tumba, todos lloran, le dedican algunas palabras y ponen un letrero en donde le dan el apellido de la familia, colocan su fecha de nacimiento y del final. Y eso va haciendo, pienso yo, que las chiquitas vayan comprendiendo que uno nace, pero también muere”, apunta el integrante del Seminario de Cultura Mexicana y del Colegio de Bioética.
De acuerdo con Kraus, los adultos deben saber que los niños tienen la capacidad de entender más de lo que los adultos imaginan. “Ocultar la verdad es algo que no debería suceder; aunque eso ocurre mucho, incluso en medicina, porque llegan muchos pacientes (a su consultorio) que me piden no decir a sus enfermos que tienen cáncer; pero siempre les respondo que, por favor, me permitan hacerlo, para que planeen lo que seguirán haciendo. Todas esas negaciones existen en la sociedad occidental, más que en la oriental; pero creo que hay que romper esos tabúes y dar a los niños los instrumentos para comprender los significados del haber nacido como una antesala de tener que morir”, asegura.
¿Por qué decidió emplear el tiempo como un factor de peso en este relato? “Sí, hacia el final del libro una de las niñas pregunta si el tiempo termina, idea que ahora me gusta más porque es muy filosófica. Lo cierto es que éste termina y no termina, porque con la muerte puede acabar una forma del tiempo, pero otras formas no terminan así.
Por ejemplo, en otro de mis libros (Recordar a los difuntos, que publicó Sexto Piso y que reeditará, en 2024, Debolsillo de Penguin Random House) explico que la palabra difunto quiere decir ‘el que cumplió’; entonces, una persona que muere o un perro que muere, con todo lo que te dejó, pues ha cumplido y, de alguna manera, ha hecho tu vida de otra manera; quizá porque ese difunto te hizo mejor persona y, según mi experiencia, amar, convivir y ser parte de la vida de un perro sí te hace mejor persona”, apunta.
Por último, Kraus habla de la eutanasia en seres vivos, de la falta de legislación para proteger a perros y gatos y admite que la elaboración de Adiós, Glinka (Sexto Piso) no fue sencilla, ya que ha escrito poca literatura infantil, aunque siempre tuvo clara la idea de fondo: intentar comprender el fenómeno de la muerte como un fenómeno necesario y normal, como algo que sucede y que hay que aceptar.
Este cuento –que dialoga espléndidamente con las ilustraciones de Magallanes– está dirigido a los niños; pero siempre hago la advertencia de que me gustaría que sea leído por padres o abuelos a niños de 10 a 12 años, quienes han tenido la pérdida de algún ser querido, en particular de los perros. Porque, cuando hablo de un perro, digo que es un ser muy importante en el terreno de la palabra lealtad y fidelidad; porque, para quienes queremos a los perros, es difícil encontrar la lealtad que tiene hacia un ser humano”, dice.
Arnoldo Kraus es también académico de la Facultad de Medicina de la UNAM. Escribe habitualmente en El País, El Universal y Nexos. Entre sus libros más recientes se encuentran La morada infinita. Entender la vida. Pensar la muerte (2019), Apología de la morada, en colaboración con Vicente Rojo (2021).
Y adelanta que en 2024 publicará La vida. Un repaso.