martes, noviembre 26, 2024

Presentan libro de Delmari Keith Romero

La escritora Delmari Keith Romero presentó su libro ‘Helio Oiticica: Parangolé’, un estudio crítico sobre el artista brasileño Helio Oiticica.

Agencia Excélsior

En el marco del Año Dual México-Brasil 2024, la escritora Delmari Keith Romero presentó su libro Helio Oiticica: Parangolé, acompañada de expertos en el arte como Rita Eder, Santiago Espinosa de los Montero y Héctor Tajonar, quienes destacaron las aportaciones del artista brasileño Helio Oiticica (1937-1980) y de la expresión artística conocida como parangolé que se originó a mediados de los años 60.

Durante la presentación, realizada la noche del jueves en el Club de Industriales de la Ciudad de México, la autora detalló que este libro, publicado por la editorial Mousse Publishing, le llevó cuatro años de investigación y que puede ser definido como un «estudio crítico sobre un momento de la producción artística de Oiticica, que es el parangolé, que abarca de 1964 al 1979».

El parangolé, comentó durante la presentación, “es un término del argot portugués que significa situación animada, confusión y agitación entre personas”, es una expresión colectiva, multisensorial y multidisciplinaria donde es posible reunir danza, poesía, teatro y contorsión, que mezcla capas, banderas, yutes y telas coloridas e incluye textos poéticos y políticos de denuncia.

“Se trata de pinturas habitadas y de prendas diseñadas para hacer portadas, mientras se baila colectivamente la samba; en una apropiación de la favela y del carnaval, una experiencia de éxtasis colectivo”, explicó.

Oiticica cambió radicalmente la forma de hacer y entender el arte no sólo porque a través de sus manifestaciones reunió todas las tendencias contemporáneas en un discurso conceptual y performático, sino porque, además, el parangolé es una obra que se insertó en el momento histórico en que denunció el golpe militar del general Castelo Branco, en 1964, bailando samba y portando capas de colores y telas de yute con inscripciones de denuncia.

“Porque el parangolé es una propuesta poética, política y visionaria, es una manifestación de cánones distintos a los eurocéntricos. Ahí encontramos este cruce de miradas entre lo oculto y lo vernáculo, es una estrategia de renovación artística articulada a un proyecto de gran innovación y vitalidad estética”, destacó.

Finalmente, aseguró que “el parangolé es un acto conceptual que tuvo lugar en un tiempo liminal, bajo el argumento del antropólogo Víctor Turner, que cuestiona el orden establecido de la sociedad en un tiempo liminal, es decir, en un quiebre de tiempo que, durante ciertos ritos de iniciación o fiestas públicas, en donde los miembros marginales de la sociedad adoptan una apariencia amenazante para cuestionar el orden social establecido”.

En su oportunidad, la crítica de arte Rita Eder, recordó que el artista brasileño Helio Oiticica abrevó de una tradición llamada el concretismo, lo cual quiere decir que él estudió cómo trabajar el espacio y la forma (artística) dentro de las formas geométricas.

“Él fue un artista neoconcreto, luego un artista de objetos, de formas y esculturas, pero poco fue dejando todo eso y trasladó su energía en salir de esto, porque después de la Segunda Guerra Mundial hubo un movimiento que, en América Latina, tuvo otras características y eso provocó un descontento con lo que el arte puede lograr ya que tiene que ser un objeto de museo, un objeto sólo de colección, por qué no puede estar en la vida y por qué no puede cambiar la vida”.

Posteriormente, el curador y crítico de arte Santiago Espinosa de los Montero destacó que el libro de Delmari Keith Romero incluye nuevas visiones y aproximaciones diferentes que no habían hecho otros autores a la expresión artística conocida como parangolé.

Destacó que al voltear a ver la obra de Oiticica, ésta no ha envejecido mal. “Y no sólo no ha envejecido mal, sino que muchos creadores visuales contemporáneos han seguido su línea y su trayectoria en algún punto de sus trabajos contemporáneos”.

Sin embargo, lo interesante de esto es que se convierte en un punto de partida de una nueva especie de performance, aseguró, en donde una acción artística no se puede asir, robar ni comprar, es decir, “no es una pieza coleccionable, sino que ésta sólo existe mientras dura, mientras la estamos viendo desarrollarse en ese momento”.