La fotógrafa Cristina Kahlo, sobrina nieta de la pintora, exige que se la entienda como una artista y se impida lucrar con su imagen
Agencia Excélsior
“Hay que entender a Frida Kahlo (1907-1954) como una artista, no como un producto comercial”, exige la fotógrafa Cristina Kahlo (1960), sobrina nieta de la famosa pintora mexicana.
“Si Frida viera en qué objetos ha sido puesta, le daría un coraje espantoso. Eso es no entender quién era ella, no entender nuestra mexicanidad, el sentido de lo que promulgaba a través de su obra”, agrega.
La también curadora desaprueba la batalla legal que rodea a sus primas Mara Romeo Pinedo y Mara de Anda Romeo, quienes primero perdieron una demanda contra el empresario venezolano Carlos Dorado, al que le vendieron la sociedad Frida Kahlo Corporation, S.A. de C.V., con sede en Panamá; y, el pasado 29 de mayo, su exrepresentante Alfonso Durán anunció que las demandó también por 3.5 millones de dólares, ahora contra la sociedad Familia Kahlo, S.A. de C.V., que ellas encabezan.
“Todo ha estado mal desde el principio, cuando mis primas crearon ilegalmente la marca Frida Kahlo, porque la hicieron diciendo que mi padre había fallecido y no había tenido hijos. Y tuvo tres: yo y mis hermanos Guillermo y Mariana Kahlo.
Cristina detalla que, de las seis hijas que tuvo el fotógrafo Guillermo Kahlo, padre de Frida, dos del primer matrimonio, sólo Cristina, hermana de la pintora, tuvo hijos: Isolda, madre de Mara Romeo Pinedo, y su padre Antonio, que murió joven, pero dejó tres hijos.
“Al vender la marca a un empresario extranjero, lo que hicieron fue quitarle el nombre de Frida no sólo a la familia, sino a México, porque su obra es patrimonio nacional. Y después se ha hecho una confusión; porque ellas crean la marca, después la venden y luego las demandan. Ha sido una carrera de demandas que parece infinita.
“Lejos de cuidar su imagen, la han puesto en los productos más inverosímiles, más horrendos, tequila, muñecas. Estos conflictos no benefician para nada el legado de Kahlo. Ella es reconocida como artista y a ellos sólo les interesa la mercadotecnia de los productos”, lamenta.
Añade que “la han convertido en motivo de controversia, cuando lo que nosotros queremos es admirarla como pintora, que se difunda su trabajo, no sólo su vida desde la parte anecdótica. Aquí hay mucho por hacer”.
Cristina Kahlo considera que, ante este conflicto, a las autoridades culturales mexicanas les ha faltado actuar con mayor energía, ya que desde 1984 toda la obra de Frida Kahlo es, por decreto presidencial, Monumento Artístico de la Nación. “Se dejó pasar el tiempo y ahora ya es una confusión total”.
Dice que ella y sus hermanos decidieron mantenerse al margen de esta disputa. “Guillermo y yo somos fotógrafos y Mariana es restauradora. Creo que tenemos mucho que aportar. La gente que se cuelga de la falda de Frida es porque no tiene nada qué aportar. Sólo están buscando vivir de eso”, concluye.
