sábado, septiembre 28, 2024
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ENTRELÍNEAS | Autofagia política

Quizá ahora como nunca quedó demostrado que, los partidos políticos son vistos únicamente como instrumentos y trampolín para acceder al poder

Por Jorge Ceballos

Quizá ahora como nunca quedó demostrado que, los partidos políticos son vistos únicamente como instrumentos y trampolín para acceder al poder. Son pocos o nulos los institutos en que valga más la ideología y congruencia por encima de los intereses grupales.

Ejemplos de lo anterior, abundan en nuestro querido Chiapas. Lo acabamos de ver, vivir y sentir en el proceso electoral al ver como muchos saltimbanquis de la política local cambiaban de color partidista en un tris de dedos, todo disfrazado de una imberbe democracia “aldeana”.

Sin duda, la falta de ideales y la apertura de puertas a personajes que no comulgan con la ideología de partidos se presenta como una constante en Chiapas. En ese sentido, los principales generadores de la política del “chango” son los mismos dirigentes partidistas y el poder público de la entidad.

Hace 12 días los mexicanos acudimos a las urnas para renovar los poderes de la unión. Tanto a nivel federal como local los ciudadanos fuimos testigos de la autofagia que presentó la clase política.

Innumerables políticos que en el pasado militaban en lo que a algunos les ha dado por llamar “la derecha” mexicana dieron el salto a un partido que se fundó y nació con ideales de izquierda -Morena- y que, con el paso de los últimos seis años, se vio inundado de lo más rancio de la política.

Esto ocurre mientras en el púlpito presidencial -las mañaneras- se critica acremente a conservadores y neoliberales, cuando en la práctica el partido que fundó un hombre surgido de la lucha social se inundó justamente de personajes que únicamente tenían como principal objetivo la consecución o permanencia en el poder.

Analice caro lector (a) si lo anterior no es cierto: mientras que Andrés Manuel López Obrador durante sus más 30 años de actividad política y seis como titular del Poder Ejecutivo federal emprendió una lucha verbal y frontal contra “corruptos, saqueadores, fraudulentos y vende patrias”, el partido que fundó y lo llevó al poder formalizó una coalición electoral con el PVEM convertido en la cueva de Ali Babá y sus 40 ladrones. Precisamente esa unión permitió que muchos personajes aludidos en su momento por el mandatario federal ahora formen parte del llamado movimiento de la 4T, con lo que logran su purificación política y el olvido por los flagelos cometidos.

Ahora, si trasladamos el escenario de coalición a Chiapas, nos daremos cuenta de que al movimiento “cuatroteista” se colaron gente descrita en el 2018 por el propio López Obrador como: “puercos, cochinos y marranos”.

Y si cree que el autor de Entrelíneas exagera, solo basta darle un vistazo a la lista de quienes ganaron un puesto de elección popular representando a Morena, PT y PVEM. Allí se darán cuenta que nuestros políticos le apostaron al olvido colectivo y a la necesidad del pueblo.

Pero, la simbiosis política no solo se vivió en los partidos que conformaron la coalición “Sigamos Haciendo Historia en Chiapas”. En el PRI, PAN, PRD y MC, de igual forma abanderaron a personajes sin el menos ápice de ideología partidista.

La actitud camaleónica o conservadora de la clase política local se debió principalmente a la poca confianza que en los partidos existe para candidatos surgidos de sus bases. Al interior de entes partidistas siguen creyendo que tener apellidos rimbombantes y ser de abolengo político les auguran victorias. En pocas palabras vale más ser “pillo” conocido sobre cualquier congruencia.

Adiós a la franquicia

En la jornada electoral del 2 de junio los chiapanecos dieron muestras de querer erradicar del mapa político a partidos que han servido como franquicia familiar para acceder al poder. La muestra clara fue el PES, “chiquipartido” que no logró el 3 por ciento que exige la ley para conservar el registro.

Ante ese panorama el arma política de la familia De León Villard desaparecerá del escenario electoral, sin embargo, habrá que esperar para conocer el tiempo que tardarán en que ese clan tardará en tratar de crear un nuevo partido para no perderse una rebanada del pastel en que se convirtió la función pública para todos ellos.

Aquí surge una interrogante: ¿desde el Poder Ejecutivo local que encabezará Eduardo Ramírez les darán las facilidades para que los hermanos De León Villard formen un nuevo partido? Hay heridas y frentes abierto que llevarían a pensar que no será así por más sonrisas y abrazos que crucen con quien gobernará a partir del 8 de diciembre… Hasta lapróxima,

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