sábado, octubre 5, 2024

Niños migran a EU para enraizar sus sueños

Datos de la Acnur destacan que, en 2022, 77 mil pequeños cruzaron la frontera norte; el año pasado la cifra creció a 100 mil 870; 20% transita sin compañía de adultos

Agencia Excélsior

Cientos de niños esperan con ansias terminar el ciclo escolar para descansar y algunos de ellos hasta vacacionar; sin embargo, el panorama para los menores en movilidad es distinto, pues sólo sueñan con llegar a su destino, por lo que en este periodo vacacional sólo les quedará seguir caminando durante horas buscando refugio, simplemente, para subsistir.

Cada vez son más los menores que abandonan su país en busca del sueño americano —el 20% de ellos sin compañía—; según estimaciones de la Acnur, al menos en 2023 el flujo incrementó 31%, lo que ha generado que muchos menores se queden en México sin acceso a la educación, por el contrario, tienen que trabajar, principalmente, en actividades delictivas.

Hay un tema muy fuerte de trabajo infantil, otras violencias a las que se enfrentan. La violencia en México desgraciadamente nos ha pegado a todos, incluyendo a niños en situación de movilidad”, mencionó Cecilia Feria, directora general de la Zona Centro de la Organización World Visión México.

De acuerdo con datos del gobierno federal, en 2022, 77 mil menores cruzaron la frontera norte, quienes se han enfrentado a distintos retos y carencias, afectando su desarrollo y su salud mental.

Para 2023, la cifra incrementó a 100 mil 870; es decir, hubo un incremento de 31% respecto de un año anterior.

Los niños migrantes enfrentan muchos retos, como el del acceso a agua limpia para beber, acceso en temas de educación y acceso en temas de ser niñas y niños día a día: no tienen dónde jugar, no tiene,n a dónde ir a la escuela y eso complica mucho la situación del ejercicio de sus derechos”, dijo Cecilia Feria.

La violencia, la pobreza y el acceso limitado a servicios sociales y a una educación de calidad afectan la vida de niños y adolescentes de Latinoamérica, en particular de México y algunos países de Centroamérica. Esto los obliga a tomar la difícil decisión de dejar su país de origen, buscando llegar principalmente a EU para reunirse con sus familiares y tener una mejor calidad de vida.

De 2015 a 2020, un millón 762 mil niños y adolescentes tuvieron que migrar de sus países y llegar a México, la mayoría de ellos rumbo al vecino país del norte.

Primero viví en Ecuador, de ahí salimos a Colombia y de ahí cruzamos la selva del Darién y de allá venimos  en bus, y en México viví tres meses, en Juchitán, y ahora aquí en CDMX, y me agrada estar aquí porque me gustan mucho las tlayudas”, narró Javier, de 13 años, en entrevista con Excélsior y con autorización de sus padres.

Originario de Venezuela, Javier expuso que “duramos tres días caminando, descansamos en la noche y a las cuatro de la mañana nos levantamos para recoger, comer y seguir caminando”. Añadió que extraña a su familia, principalmente a su abuela, así como su comida y a sus amigos.

Mientras que Sebastián, de 11 años, originario de Colombia, contó que al salir de su país dejó una parte de él que le hace falta cada día de su vida: “Me siento muy triste, extraño mucho a mi familia”.

Pero no sólo para Sebastián ha sido difícil, también para su mamá, Gisella, quien lo acompaña en este proceso y que hace todo esto para ofrecer una mejor calidad de vida a su pequeño, por lo que esperan poder llegar a Estados Unidos, después de cuatro meses de espera en México.

El proceso ha sido duro, más con Migración, porque lo devuelven a uno, uno tiene que correr, esconderse, dormir en la calle, es algo que uno no quiere hacer, pero lo hacemos por un mejor futuro. A veces sí es difícil, pero al menos a mí, él me ha dado la fuerza, él es mi motor para seguir adelante”, expuso Gisella.

Mientras que Wickerman, de 9 años, salió de Colombia hace 6 meses, y cuenta los días para llegar a Estados Unidos para poder descansar y jugar: “Me siento muy mal porque he caminado mucho, me he montado en autobuses, llegado a varios lugares y es muy extraño y duro todo esto”, lamentó.

Por su parte, Abdul, de 12 años, se ha enfrentado a varias batallas en su viacrucis pero, asegura, la motivación de llegar es ver a su papá, hace que todo valga la pena, aunque extraña a su país.

Para mí fue muy difícil, porque estaba acostumbrado a estar en mi país, en mi barrio, compartir tiempo con mis amigos y todo eso, pero quiero llegar pronto para ver a mi papá y poder abrazarlo”, dijo.

Todos esos pequeños migrantes, al igual que los adultos, se enfrenta a una larga y travesía por un sueño:

Abdul: “Yo quiero ser doctor”.

Javier: “Quiero estudiar y aprender, pero mi sueño, principalmente, es ser beisbolista”.

Sebastián: “Yo quiero que mi familia sepa que la amo mucho y que le voy a cumplir el sueño a mi abuela y le voy a comprar una casa en Colombia”.

Wickerman: “Mi sueño es llegar a EU y ser futbolista”.

Ante esta triste situación, las organizaciones recomiendan ser humanitarios y ayudar siempre a las personas en proceso de movilidad, ya que merecen tener los mismos derechos que los demás.

Todos podemos ayudar, todos podemos sumarnos a cualquier problemática, en este caso niños, no hay una nacionalidad o distinción, todos merecen los mismos derechos”, puntualizó Cecilia Feria.

 

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