martes, noviembre 26, 2024

‘Somos la primera generación con electricidad en nuestras casas’

El programa Luces de Esperanza ha beneficiado a más de 7,700 personas con energía solar en viviendas y espacios comunitarios

Agencia Excélsior

El día a día del campesino Victoriano Reyes dio un giro a comienzos de año, cuando se instalaron paneles solares en su humilde vivienda en la comunidad rural de Nizarindani, en el municipio oaxaqueño de San Blas Atempa.

“Somos la primera generación en tener luz en nuestras casas. Para los fifís son cuatro focos, para nosotros es un cambio de vida”, resume este hombre acostumbrado a una vida de sacrificios y que durante años trabajó en distintas obras por el sureste del país para poder alimentar a su esposa y dos hijos.

Hace un tiempo, Victoriano regresó a la localidad que lo vio crecer y en el que centenares de viviendas se esparcen entre caminos de tierra y extensos campos para cosechar desde cocos a maíz, muchas de ellas todavía sin acceso al servicio eléctrico nacional.

“Ora et labora”, reza una estatua de san Isidro Labrador que tiene en su terreno, y que refleja el talante de estas comunidades de San Blas Atempa, conocidas históricamente por su valentía y unión, y en la que la mayoría de las personas habla zapoteco.

Su vecino, David Hernández, celebra también la llegada de los sistemas solares -conformados por paneles y una batería- gracias al programa Luces de Esperanza de Iberdrola México. Con la casa iluminada y varios electrodomésticos conectados, ahora se sienten mucho más seguros e incluso pasan más tiempo en familia, sin depender de las horas de sol como antaño.

“Los chamacos ya no quieren irse a dormir”, bromea este joven campesino y ganadero mientras uno de sus hijos monta a caballo, una pequeña cuida un loro recién nacido y su esposa hace totopos en un horno de barro.

ILUMINANDO FAMILIAS Y OPORTUNIDADES

Las rutinas de siempre se entremezclan ahora con nuevas actividades y momentos de esparcimiento gracias a la instalación de sistemas fotovoltaicos a través del programa Luces de Esperanza, que brinda energía solar a comunidades rurales sin acceso al servicio eléctrico convencional y que, del 2019 a la fecha, ha beneficiado a más de 7,700 personas de los estados de Oaxaca, Puebla y San Luis Potosí.

En su cuarta fase en el estado de Oaxaca, Iberdrola México destinó 7 millones de pesos para la instalación de paneles solares en 99 viviendas y una escuela, impactando positivamente en 415 personas de 11 comunidades rurales de tres municipios oaxaqueños: San Blas Atempa, San Juan Guichicovi y San Francisco Ixhuatán.

“Con esta iniciativa buscamos que todas las personas tengan las mismas oportunidades de desarrollo, brindando un servicio tan esencial como es la electricidad. Este proyecto refleja nuestro compromiso con las comunidades”, destaca Paola Martínez, directora de Comunicación y Responsabilidad Social de Iberdrola México, durante el evento de encendido.

Este programa, que cuenta con Iluméxico como aliado técnico y el acompañamiento de gobiernos estatales y municipales, aporta un ahorro para familias acostumbradas a gastar parte de sus recursos en velas y pilas y les permite destinar más tiempo a actividades productivas.

“El programa Luces de Esperanza ha beneficiado a muchas familias que no cuentan con energía eléctrica en sus hogares, siendo este un servicio básico para el bienestar de las personas. Sigamos trabajando por el desarrollo de la Heroica Villa de San Blas Atempa, y del país”, señala Adalberto Velázquez, presidente de este municipio del Istmo de Tehuantepec.

CAMBIANDO VIDAS

Tras toda una vida sin luz en su vivienda de madera y paja, Faustino Espinosa hoy pasa las noches rodeado de sus amigos o viendo la televisión. Para este campesino de 67 años, que enviudó hace tiempo, tener hoy luz en casa significa sentirse acompañado de muchas maneras, según explica en zapoteco.

De acuerdo con cifras oficiales del Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México el 1 % de la población carece de servicio eléctrico en sus viviendas. Este porcentaje representa a más de 1.2 millones de personas sin luz, ya sea porque residen en comunidades rurales remotas alejadas de la red convencional o en zonas urbanas donde las familias no pueden pagar el costo del servicio.

Con la llegada de la electricidad, se eliminan desigualdades para la población de estas comunidades rurales que, a menudo, se han sentido olvidadas: “Hasta quiero abrirme TikTok”, concluye entre risas Victoriano Reyes, sabedor de que, bajo la luz de los focos, a sus hijos se les abre un nuevo mundo de oportunidades.

A sus 67 años, el campesino Faustino Espinosa tiene ahora una televisión en casa que le hace compañía en las noches.

“Ahora podemos recargar el celular en casa, escuchar música y pasar las noches en familia”, dice David Hernández, de 30 años, quien vive con su esposa y tres hijos en la comunidad rural de Shabaconde.

El evento de encendido de la 4ª fase de Luces de Esperanza en Oaxaca contó con la presencia de autoridades municipales y representantes de Iberdrola México.