Hasta la semana epidemiológica 32 de 2024 se tenía un registro de 351 casos, cifra superior a la informada en la misma semana del año pasado, cuando se reportaron 277
Agencia Excélsior
Una de las agendas desatendidas históricamente en el ámbito de la medicina preventiva y el campo de la salud mental es la de la prevención del suicidio; en efecto, tanto la identificación de síntomas como la generación de diagnósticos y tratamientos, así como de procedimientos de acompañamiento apropiados, siguen siendo uno de los grandes pendientes del Sector Salud en nuestro país.
NÚMEROS DE MIEDO
Las cifras que se reportan en la Secretaría de Salud siempre son muy lejanas respecto de la cantidad de personas que realmente se suicidan en el país; de hecho, el reporte que se lleva a cabo semanalmente a través del sistema de vigilancia epidemiológica en el país muestra un descenso en 2024, en el número de personas atendidas por lesiones autoinfligidas, así como aquellas que representan intentos de suicidio.
En el primer grupo, el reporte hasta la semana epidemiológica 32 de 2024 se tenía un registro de 351 casos, cifra superior a la reportada para la misma semana de 2023, cuando se reportaron 277 personas atendidas por esta razón. En el caso de las lesiones provocadas por la propia persona, con la intención de quitarse la vida, para el periodo señalado en 2024 el número de casos es de 3 mil 285, cifra inferior a la de 2023, cuando se llegó a 4 mil 269 personas atendidas por intentos de suicidio.
LOS ESTADOS CON MÁS CASOS REPORTADOS
La Secretaría de Salud reportó para la semana epidemiológica 32, la atención de mil 400 mujeres que manifestaron ideaciones suicidas, frente a 631 hombres en la misma situación. Esto da una cifra de 2 mil 31 personas en esta circunstancia, cifra mayor a la de la misma semana de 2023, cuando se tuvo un registro de mil 38 personas atendidas. Asimismo, entre las personas que se lesionaron intencionalmente con el fin de quitarse la vida, se tiene un registro de 2 mil 329 mujeres y de 956 hombres, los cuales suman los 3 mil 285 casos mencionados arriba.
En este escenario, la entidad que en 2024 ha registrado mayor número de casos de intentos de suicidio es Jalisco, con 376, así como 75 casos de personas con ideas suicidas; en segundo lugar está la Ciudad de México, con 262 casos de intentos de suicidio, y 206 de ideación suicida; en tercer sitio está el Estado de México, con 220 intentos y 261 casos de ideación suicida; en cuarto sitio se ubica el estado de Yucatán, con 187 casos de intentos de suicidio y 103 de ideaciones suicidas, mientras que en Veracruz se tiene un registro de 184 casos de intentos de suicidio y 76 casos de ideaciones suicidas.
LA PARADOJA DE LOS REGISTROS
Los datos de la Secretaría de Salud muestran al menos dos paradojas: la primera es que el número de defunciones anuales por suicidio son mucho mayores a los casos identificados por las instituciones de salud; y la segunda: mientras que la mayoría de las personas atendidas son mujeres, quienes se suicidan mayoritariamente son los hombres, y también mayoritariamente son jóvenes.
En efecto, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, entre los años 2014 y 2023, tristemente se han quitado la vida 51 mil 199 personas; de ellas, 41 mil 445 son varones (80.9% del total), y 9 mil 726 son mujeres. El año 2023 marcó la cifra récord en la historia epidemiológica del país con 8 mil 837 casos, una cifra 39% superior a la registrada 10 años atrás, en 2014.
QUIEN AVISA ALERTA
La mayoría de las personas que se suicidan o que intentan suicidarse dan señales claras, o en ocasiones lo manifiestan abierta y explícitamente. También en muchos casos se suele pasar por alto o subestimar tales declaraciones, aduciendo que se trata de “llamar la atención” o de “exageraciones” de quien así lo hace. La realidad es otra y en ello las familias, las escuelas, los círculos de amistades e incluso espacios de práctica religiosa o de espiritualidad, podrían desarrollar mayores capacidades para la atención de estas personas; y simultáneamente, reconocer que se trata de personas que requieren de atención clínica y psicológica, para lo cual también urgen más recursos y capacidades tanto en el sector público como privado en el ámbito de la salud.
LOS ENGAÑOS DE LA “VERDAD”
Se suele decir, de manera ligera, “que los datos no mienten”; y esto sería cierto si los datos reflejasen exactamente la realidad; pero no siempre es así. En el caso de las estadísticas sobre suicidios, existe una muy alta subestimación en el número de personas que intentan quitarse la vida todos los años. Esto se debe a una serie de construcciones simbólicas y culturales que llevan a que los hombres, siendo la población que en mayor medida se quita la vida, no hablen del tema; o a que se asuma la lógica de que, “echándole ganas” o “dando ánimos”, las personas habrán de superar la depresión o angustia en que viven. Se requiere de mucho mayor calidad en los servicios de salud en la materia, pues se trata de una pandemia global que ya está como la enfermedad número uno en el planeta, como incapacitante laboral. Y en términos de vidas humanas, los costos son, sin duda, incalculables