domingo, noviembre 24, 2024

Palabra de Vasco: Iturriaga y Padilla, dos tricolores peculiares

Antes que Álex Padilla hubo un mexicano en el Athletic de Bilbao, Javier Iturriaga, quien considera que el proceso del arquero debe ser llevado con calma en el Tri

Agencia Excélsior

El efecto del Athletic de Bilbao en el mundo del futbol lo hace particular. Es el único equipo romantizado por el regionalismo vasco, pero existen flexibilidades en sus tradiciones que de vez en cuando hacen surgir ejemplos especiales de su filosofía.

Javier Iturriaga (Ciudad de México, 1983) fue el primero de ellos. Un mexicano que, sin abstraerse, logró entrar en el primer equipo del Athletic en 2006. Ahora, la novedad es el joven arquero Álex Padilla, quien nació en Zarautz, vivió en Chihuahua y regresó al País Vasco. A los 20 años debutó en la portería del Athletic y detrás de él, en la tribuna, estaba Iturriaga.

 

Tenía gran expectación por verlo, pero en realidad soy socio del Athletic junto a mi padre y lo que más aprecio en la vida es ir con él a San Mamés, así que nos tocó ser testigos de su gran actuación, con un paradón que nos hizo defender el empate”, comentó Iturriaga en entrevista.

-¿En qué concepto se tiene a Álex Padilla en Europa?
Debutar en el Athletic como portero, aunque fuera por lesiones de los otros, son palabras mayores. Hay que ver la historia de arqueros que tiene el club: Gregorio Blasco, Ángel Iribar, Dani Aranzubia, Unai Simón, Julen Ágirrezabala, Álex Remiro, Andoni Zubizarreta, Kepa Arrizabalaga… mira qué nombres, entonces ya con eso Padilla genera una confianza bárbara. A partir de aquí lo que le resta es asentarse.

-¿Ha podido charlar con Padilla?
No, y eso que coincidimos en Guadalajara el año pasado cuando el Athletic fue a jugar contra Chivas. Pasé al hotel a saludar a los empleados del club, al técnico Ernesto Valverde, quien me dijo que estaba ahí Álex, pero no tuve la oportunidad porque estaba en hora de descanso. En cuanto regrese de la selección iré a Lezama, a las instalaciones del club para charlar. Es un orgullo que otro jugador con nacionalidad mexicana esté en el Athletic.

-¿Cree que tiene oportunidad en la Selección?
Claro que sí, ojalá que Javier Aguirre lo haga debutar. No hay mucho que esconder, el Vasco es plenamente consciente de la tradición de porteros del Athletic.

-¿Es momento de ponerlo en la titularidad del Tri?
Evidentemente hablar de Memo Ochoa son palabras mayores por sus grandes actuaciones, por jugar en cinco ligas europeas, por los Mundiales. Sinceramente creo que se debe ver a Álex Padilla a largo plazo, no con inmediatez, ni esperar que desde ahora se consolide como titular. El Vasco Aguirre conoce a sus porteros, incluso hay más opciones, Luis Malagón o Julio González, por ende no se debe apresurar con Padilla. Lo que pasa es que la prensa hace que todo esté en ebullición, sin embargo hay que ser más tibios y pensar en que debe quemar etapas para ganar experiencia. No se olvide que tiene un reto importante al jugar en la liga española detrás de Unai Simón y Julen Agirrezabala, entonces le tocará estar más tiempo en el filial, así que hay que tener paciencia.

-¿Qué recuerdo le queda a usted de su carrera con el Athletic de Bilbao?
Una emoción tremenda por lo que supone el Athletic para el País Vasco. Al final jugué poco, era mediocampista de contención y terminó en mi posición Andoni Iraola que hoy es técnico en Inglaterra del Bournemouth en el que está Julián Araujo. Fue un año difícil esa temporada de 2006-07 porque estuvimos en pelea por no descender a pesar de tener una plantilla contrastada.

-¿No le fue complicado por su nacionalidad jugar en el Athletic de Bilbao?
Viví en México hasta los 13 años, pero la filosofía del Athletic cuenta lo siguiente, pueden jugar todos aquellos que hayan nacido en el País Vasco, esta parte española y francesa, pero también los que se hayan formado futbolísticamente ahí, así que lo cumplí. No hay muchos jugadores con ese estándar, por ejemplo Fernando Amorebieta nació en Venezuela y tuvo el mismo proceso.

-¿Cómo se identifica, mexicano, vasco?
Tengo 40 años, 20 de ellos en México, acabo de volver a España después de pasar siete años ahí. Mis tres hijos son mexicanos y mis grandes recuerdos de infancia son maravillosos. Jugué en una especie de filial del Atlante, mi hermano Íñigo estuvo a punto de debutar en el Necaxa de Manuel Lapuente, el campeonísimo de los años 90 y por eso le voy a ese equipo, entonces la mitad de mi corazón está en México, tengo acento como de Cholula, en fin, me hubiera encantado jugar con la Selección, la veo, sufro con ella y la sigo.

-¿Por qué no jugó en la liga mexicana?
Tuve posibilidad de recalar en el Toluca en diciembre de 2006, pero el Athletic no me dejó salir a pesar de que estaba abierto a la posibilidad de viajar, Dos jugadores, Pablo Orbaiz y Carlos Gurpegui estaban fuera, uno por dopaje y otro por lesión y por eso no quisieron desprenderse de mí.

JAVIER ITURRIAGA DISFRUTA DEL ÉXITO MÁS ALLÁ DE LAS CANCHAS

Como suele suceder en las historias familiares, los patrones se repiten. En 1980 la familia Iturriaga Arrillaga, con el padre siendo ingeniero, se instaló en México para vivir. En 2017, una vez que tenía tiempo de haber colgado los botines de futbolista, el hijo Javier Iturriaga se instaló en la Ciudad de México para trabajar como director de área de la empresa Idom, especializada en ingeniería y arquitectura. Ahora ha emprendido la mudanza a Madrid.

Somos una empresa del País Vasco que diseña en el ámbito arquitectónico y de ingeniería. Idom hizo el nuevo estadio en Bilbao, el San Mamés. También las reformas al Monumental de River Plate, por ejemplo quitar la pista de atletismo y hundir el terreno de juego fue nuestra idea. Trabajamos en la remodelación del Camp Nou de Barcelona, en La Cerámica de Villarreal, con el Sevilla en el Sánchez Pizjuan y ahora mismo con La Romareda en Zaragoza que va a ser estadio mundialista”.

Javier Iturriaga es parte de una empresa con cinco mil trabajadores y su expertise está en el ámbito industrial. Recuerda que estuvieron cerca de adjudicarse la remodelación del Estadio Azteca, pero dejó como herencia en su etapa como director de México contratos con clubes para remodelar sus instalaciones.

Me emociona que mi pasado futbolístico y mi presente de ingeniería se crucen. He sido activo en el proceso comercial en México y tendré que regresar consuetudinariamente para atender esos negocios y ver a tantos amigos que tengo allá”.