La ministra de seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, destacó el éxito que ha tenido en su país la guerra frontal contra la delincuencia
Agencia Excélsior
“Hemos decidido un combate frontal, una guerra sin cuartel contra el crimen organizado, el narcotráfico y los delitos que atentan contra la vida porque un pueblo con miedo es un pueblo que no tiene libertad”, sostiene la ministra de Seguridad de la República de Argentina, Patricia Bullrich.
Participante en el Foro América Libre, inaugurado ayer en un hotel de la Ciudad de México, la funcionaria del gabinete de Javier Milei es crítica con la ruta tomada por México frente al crimen.
Lo hace cuando se le pregunta qué peso ha tenido en su país el uso de la fuerza del Estado contra la delincuencia, toda vez que aquí se desistió de emplearla bajo el lema de “abrazos, no balazos” en el pasado sexenio.
“Pero hubo más balazos que abrazos. Murieron 200 mil personas y se decía que de esta manera iban a bajar los muertos, el resultado fue contrario. Con nosotros no, porque les hacemos la guerra. Porque: o dominan ellos o domina la sociedad”, responde.
“Si dominan ellos, ponen las reglas, se usa la ley narco, matan a quien quieren, a candidatos, les contaron la cabeza a intendentes. Y no es verdad que haya abrazos; hay balazos y muchos más balazos si uno se decide a darles la guerra”, contrasta.
En entrevista con Excélsior, cuenta que la estrategia del gobierno de Argentina adaptó elementos que Nayib Bukele desplegó en El Salvador y es un componente de la construcción de un buen clima para la economía y los negocios.
“Los países que tienen altos índices de inseguridad tienen problemas en la inversión y la Argentina está haciendo un cambio muy profundo en su estructura económica y esto está acompañado por un cambio muy profundo en la forma de atacar al crimen organizado”, detalló.
Afirma que los argentinos aplauden estas medidas que, en 11 meses de gobierno, lograron bajar en 76% los homicidios en una de las ciudades más afectadas por la violencia criminal. “Salimos de un Estado dominado por los narcos a un Estado de derecho”, celebra.
Se le comenta que el modelo argentino y salvadoreño en seguridad es cuestionado como violatorio de derechos humanos.
“Nosotros no violamos ningún derecho humano, los que violan los derechos humanos son los delincuentes, los asesinos son los que toman ciudades y le cortan la cabeza a la gente”, revira.
“Decidimos entrar con toda la fuerza de la ley, y los que dicen que violamos derechos humanos son cómplices”, enfatiza.
Patricia Bullrich sostiene que actúan con la ley y el Código Penal en una mano y en la otra mano con la Constitución. “Lo que hacemos es proteger a la sociedad y a las víctimas, y no a los delincuentes y mucho menos a los narcotraficantes ni a los sicarios”.
Habla de la ley antimafia que está en proceso y que diseñaron con el apoyo de Italia para que todos los miembros de una organización criminal reciban la misma condena más alta que pagarán los dirigentes. “Van a ir todos presos”, explica.
Riesgo en elección judicial
Bullrich califica como un grave error la elección de jueces por voto popular, una medida que, recuerda, la oposición y la Corte lograron frenar en Argentina durante la gestión de Cristina Fernández, en 2012.
“Me parece muy peligrosa la elección popular de los jueces, porque imagínense… Si uno mira esta campaña, la cantidad de candidatos que han sido asesinados, la cantidad de gente, ciudadanos que han sido asesinados, ¿a quién van a elegir? En los estados que están muy tomados por los cárteles, ¿a quiénes van a elegir? A jueces amigos del narcotráfico, popularmente”.
Sostiene que es fundamental que se respete la división de Poderes y los principios republicanos.
La ministra vivió un año aquí, en los años de la dictadura argentina, y se declara en gratitud eterna por ello.
“México es un gran país, un gran pueblo y ojalá que esta nueva Presidenta entienda la importancia de tener controles, pesos y contrapesos, que el poder no puede ser único; los poderes únicos siempre terminan mal, y que repiense esa reforma judicial, porque los jueces elegidos popularmente van a responder no a la ley, su horizonte no va a ser la ley.
“Cada país es soberano en sus decisiones, pero nosotros estamos convencidos de que el camino de la libertad, de un capitalismo sano, es el camino que se basa en la democracia, en la República y en los valores que hacen grande a las naciones. Argentina está recuperando una economía destruida y la libertad de los ciudadanos a partir de la seguridad, estamos contentos y creemos que es un buen camino para imitar”, señala.
Bullrich ha viajado para encontrarse aquí con liderazgos del PAN; asisten perseguidos políticos de Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, así como parlamentarios y representantes partidistas de Colombia, Costa Rica, España, Ucrania y Luxemburgo.
Participa en el foro convocado por la Organización Demócrata Cristiana de América, que preside la panista Mariana Gómez del Campo, y la Fundación Konrad Adenauer.
La ministra Bullrich es conferencista en la mesa Sin seguridad no hay libertad.
Cuenta que los jefes de los grupos delincuenciales fueron incomunicados en cárceles de máxima seguridad, se llenaron de fuerzas federales los espacios donde las policías locales tenían problemas de connivencia con los criminales y se puso en marcha un esquema de inteligencia criminal de la mano de la justicia.
La ministra celebra un cambio total en los comercios sin extorsión, con el regreso del turismo y la vida comunitaria de jóvenes y niños nuevamente en las calles. “Estamos pacificando el territorio. Eso es lo que llamamos libertad”.
Detalla que la estrategia en Argentina ha incluido de manera fundamental extinguir el dominio de las propiedades y del dinero de los grupos criminales y sus cabecillas. “La justicia federal y local trabajan en conjunto en un comando unificado del llamado Plan Bandera (en la ciudad de Rosario)”.