Líderes religiosos y expertos aseguraron que en ningún momento se trata de algún tipo de subordinación, sino de una petición diplomática, política e histórica para establecer las bases de una nueva relación entre ambos países
Agencia Excélsior
La solicitud del gobierno de México al rey de España, Felipe VI, para que pida perdón por los abusos y atrocidades cometidas durante la invasión a nuestro territorio a lo largo de 300 años “no debe sorprender a nadie”, pues se trata de una petición diplomática, política e histórica.
Además, pretende establecer las bases de una nueva relación entre las dos naciones, “muy distinta” a la que prevalecía en los gobiernos que antecedieron a la cuarta transformación de México.
Sin embargo, si la monarquía española mantiene su decisión de no reconocer los expolios y vejaciones cometidos contra los indígenas en México, se demostrará que “todavía se creen los grandes conquistadores”, aunque en realidad son una “monarquía retrógrada”.
Es lamentable que la Corona española carezca de esa sensibilidad histórica, lo que dice mucho de ellos como clase política, en la cual hasta la fecha prevalece mentalidad de conquistadores (…) la corona española en lugar de abonar a la armonía mundial está quedando como retrógrada y anquilosada, sumergida en el colonialismo. Si fuera acorde con los principios cristianos, antepondrían el perdón, incluso en caso de duda”, declaró en entrevista a Grupo Imagen Multimedia, Arturo Farela Gutiérrez, presidente de la Confraternidad de Iglesias Cristianas y Evangélicas.
Al igual que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, el pastor evangélico coincide en que “ofrecer el perdón enaltece y establece las bases para la no repetición”.
A pesar de la nula respuesta oficial al pedimento de México en este sentido, Farela Gutiérrez consideró que la Corona española “está a tiempo de ofrecer disculpas y pedir perdón por todos los daños que hizo al pueblo de México”.
Al hacerlo, se enviaría un mensaje de paz y de querer acabar con el racismo, clasismo y rencores que pueda haber entre pueblos y estratos sociales.
Los historiadores dan testimonio de que fue una barbarie la que cometieron los españoles no solamente contra el pueblo mexicano, sino contra otros países y es exigible que los españoles en un acto de humildad y de humanidad pidan perdón por las miles de muertes que hubo injustamente de personas de todas las edades niños, jóvenes, mujeres, ancianos y hombres en ese periodo”, destacó.
Perdón a las madres buscadoras y no por lo que hicieron los antepasados”
En contraposición, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, Francisco Javier Acero Pérez sostuvo “que el perdón no se exige ni se coacciona”, sino que debe surgir espontáneamente y, dado que la petición hecha al rey de España es meramente ideológica, “no se puede pedir perdón” por lo que hicieron nuestros antepasados, ya que cada persona es responsable de sus decisiones.
Incluso, estimó que el tema del perdón fue zanjado y es “asunto olvidado” desde el momento en que se firmó el tratado de paz entre el gobierno de México y el español en 1836.
En el artículo segundo viene que olvidamos todo y empezamos un proceso de amistad; o sea, ya estamos hablando del siglo XIX y luego también en el 2010, en Oaxaca, el rey emérito Juan Carlos, empieza a decir vamos a unirnos, vamos a escuchar (…) Pedir perdón ¿a lo que hicieron mis abuelos? Cada uno es responsable de los hechos y pedir perdón como ya he dicho históricamente, esto ya está olvidado” abundó el representante católico.
Al evaluar que sería mejor “pedir perdón a las madres buscadoras o a los jóvenes sin empleo”, el obispo aseguró que el rey no puede responder por sí solo una solicitud como la que le planteó desde el 2019 el entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y que fue retomada recientemente por la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo debido a que al ser una monarquía parlamentaria diversas instituciones son las que autorizan al rey a tomar cierto tipo de decisiones.
Como defensor del mestizaje, aseguró que España envió “lo mejor de las órdenes religiosas” que existían en aquella época por lo que habría que hacer un estudio “de cuántas lenguas han desaparecido en el tiempo del virreinato y cuántas lenguas han desaparecido en el tiempo de la democracia”.
También consideró “imposible” que Hernán Cortés “con la poca gente que venía de España” siguiéndole haya podido hacer frente a un imperio azteca, sobre todo cuando “aquí había una guerra civil”.
Es cierto que Cortés se ayuda de gente de aquí de México, de pueblos originarios, que están en contra de lo que están haciendo los aztecas, las humillaciones que hacían a otros pueblos; es decir, aquí había un enfrentamiento y Cortés lo que hace, ya lo sabemos todos (…) y pedir perdón, como ya lo he dicho históricamente, esto ya está olvidado o ¿qué pasa?, ¿que los gobiernos anteriores no son válidos los tratados anteriores a los de ahora?” cuestionó.
-¿Por qué cree que México insiste en el perdón?
-Quizá, hay otros temas más importantes y por eso se rebajan y porque hay una cierta cultura dentro de la ideología de ciertos partidos políticos que quieren ver estas diferencias y estas partes de la historia de una manera un poco sesgada, desde mi punto de vista.
No importa que la monarquía no pida perdón, el pueblo español quiere a México”
Desde la visión histórica, Álvaro Rodríguez Luévano, responsable de la subdirección de contenidos culturales e históricos del Archivo General de la Nación (AGN) la solicitud del gobierno de nuestro país a la monarquía española no ha sido entendida por sus destinatarios a más de cinco años de su emisión.
El posdoctorado por la Escuela Nacional de Antropología e Historia expuso que lo demandado por México no pretende subordinación de ningún tipo.
Es una es una petición diplomática, es una petición política y es una petición histórica; el expresidente Andrés Manuel López Obrador hizo una solicitud legítima de hermandad, le estaba llamando a la monarquía española y al pueblo español a hermanarse en un perdón simbólico, no estaba pidiendo otra cosa, estaba pidiendo el reconocimiento de todas las atrocidades del pasado, que sin duda se dieron y que están registradas en antiguos libros, en antiguos relatos, en antiguas crónicas que el mismo Hernán Cortés tuvo que informar al rey”.
Recordó que “hasta el Estado Vaticano se ha tenido que poner las pilas” para darse cuenta de que también ha incurrido en “este concilio de expolio, de maltrato y de dominio religioso ideológico”.
Por situaciones como esas, indicó, es que diversos gobiernos en el mundo han trabajado en el diseño de dispositivos diplomáticos que incidan en tener relaciones diplomáticas más activas y menos “tóxicas” que reconocen que estamos en otra época.
El llamado se trata de sentarse y reconocer que tienes enfrente países potencialmente, socialmente, económicamente, culturalmente fuertísimo y creo que eso no sé si está leído desde Europa, yo creo que las otras monarquías y los otros gobiernos ya lo hicieron, ya se dieron cuenta en dónde están parados y que estamos en otra época; ya no estamos en la época en donde estos robos se hacían entre barcos y nadie decía nada, estamos en otro momento del tablero, geopolítico y creo que la petición que hace México, los historiadores no las sentimos fuera de los órdenes diplomáticos, creo que es algo que se estaba haciendo en el mundo”.
-La monarquía española ¿algún día pedirá perdón?
– No hay que preocuparnos ya ni siquiera por el perdón, creo que el reconocimiento ya lo tenemos por el pueblo español, el pueblo español es un pueblo que se reconoce como un espejo enterrado frente a nuestro pueblo, que tiene mucho español y que también tiene mucho de indígena. Además, el pueblo español, creo, que ya tiene una relación lejana con su monarquía y siento que como ahora van a visitar Versalles, vamos a ir a visitar los castillos en España. Son familias que cada día son más pequeñas y cuyo poder incluso hasta de palabra, va a ser cada vez más tenue y más débil. La voz cantante es la gente, es quien pone a su gobernante al mando de las administraciones. Entonces, creo que el problema no lo tenemos nosotros, el problema lo tiene Europa.
Ya son dos presidentes de México que solicitan a la monarquía española pedir perdón por los abusos y atrocidades cometidas a los pueblos originarios durante la invasión.
El planteamiento fue formulado por primera vez en 2019 por el entonces presidente López Obrador, quien no recibió respuesta formal alguna y en consecuencia, Claudia Sheinbaum decidió no invitar al rey Felipe VI el primero de octubre de 2024 a su toma de posesión como titular del Ejecutivo en virtud del desaire y agravio que cometió el monarca.