Los rebeldes tomaron varias ciudades clave, entre ellas Alepo, en una afrenta contra el presidente Al Asad; aunque el conflicto data de 2011, la región afectada no acusaba violencia así desde hace cinco años
Agencia Excélsior/DAMASCO.
Fuerzas yihadistas y de milicias aliadas entraron este viernes en Alepo, la segunda ciudad de Siria, tras una ofensiva relámpago contra las fuerzas del régimen de Bashar al Asad, respaldado por Irán y Rusia. También tomaron la ciudad estratégica de Saraqib, en el noroeste de Siria, indicó el Observatorio sirio de derechos Humanos (OSDH).
La captura de Saraqib, situada en la provincia de Idlib, es importante para los yihadistas y aliados, pues los ayudará a “impedir al régimen avanzar hacia Alepo”, segunda ciudad de Siria donde los yihadistas entraron el viernes, agregó.
La ofensiva provocó los combates más violentos desde 2020 en el noroeste del país, con un balance provisorio de 277 muertos, indicó el OSDH, una oenegé radicada en Reino Unido, pero con una amplia red de contactos en el terreno.
Las fuerzas del régimen, que habían perdido el control de gran parte del país tras el estallido de la guerra civil en 2011, fueron recuperando terreno con el apoyo de la aviación rusa y en 2016 reconquistaron la parte oriental de la región Alepo.
Por primera vez desde hace cerca de cinco años, escuchamos cohetes y artillería todo el tiempo y a veces aviones”, contó un habitante de la ciudad, Sarmad, de 51 años.
Tenemos miedo de que se repita el escenario de la guerra y que nos veamos obligados a huir”, añadió.
Según un corresponsal de AFP del lado rebelde, los combatientes afirman recibir órdenes de una coordinación común de operaciones. En dos días, los yihadistas y sus aliados tomaron más de 50 localidades del norte, de acuerdo con el OSDH.
Según la agencia oficial siria Sana, los rebeldes bombardearon la ciudad universitaria de Alepo y mataron a cuatro civiles.
La ofensiva comenzó el miércoles, el mismo día en que entró en vigor un frágil alto el fuego en el vecino Líbano entre Israel y el grupo islamista Hezbolá, tras dos meses de guerra abierta.
Es extraño ver a las fuerzas del régimen recibir tales golpes a pesar del apoyo aéreo ruso (…) ¿Las fuerzas del régimen dependían de Hezbolá, que actualmente está ocupado en Líbano?”, se preguntó Rami Abdel Rahman.
El grupo HTS, antigua rama siria de la red Al Qaeda, controla el último bastión rebelde del país, en el noroeste, incluyendo gran parte de Idlib y algunas zonas de las provincias vecinas de Alepo, Hama y Latakia.
El jefe del autoproclamado “gobierno” de Idlib, Mohamad al Bashir, justificó el jueves la ofensiva al afirmar que el régimen de Asad había “comenzado a bombardear zonas civiles, provocando el éxodo de decenas de miles de ellos”.