Desde 2013 la familia Gómez Bahena ha enfrentado la desaparición y asesinato de dos de sus integrantes y entre 2015 y 2018, la ausencia de otras dos
Agencia Excélsior
Una cadena de desapariciones marcó trágicamente a la familia Gómez Bahena. En 2013 dos de sus integrantes fueron desaparecidos y asesinados. En 2015, otra mujer de la familia también desapareció. Desde 2018, una joven —hija de la mujer que desapareció en 2015— igual está en calidad de desaparecida.
Excélsior tiene copia de los documentos y los testimonios que prueban la situación que han vivido los Gómez Bahena, familia de artesanos plateros de Taxco, Guerrero.
Familiares de estas cuatro víctimas presumen que detrás de su tragedia está la delincuencia organizada, principalmente Guerreros Unidos, que tienen bajo su control a Taxco. Y lanzan su llamado de ayuda para encontrar a sus familiares, ya que las organizaciones civiles no hacen caso a su situación.
La tragedia para esta familia empezó en marzo de 2013. Catalina Gómez Bahena, entonces de 38 años, y su hermano, Arturo Jovany, de 24, desaparecieron durante 23 días. Lo último que se supo de ellos fue que estuvieron en un sitio donde un grupo delincuencial llegó a buscar a unas personas. Junto con las personas a las que buscaban los delincuentes, cargaron a cuatro entre ellos a Catalina y a Arturo Jovany.
La noche del 4 de marzo de 2013 Arturo Jovany estaba en su casa. Ahí recibió una llamada telefónica de alguna persona que lo invitó a reunirse en un sitio donde supuestamente estaba su hermana Catalina, para tomar unas cervezas, según testimonio de su esposa. Catalina había salido de la misma casa horas antes. Todo parecía normal.
Azucena Gómez Bahena —que despareció en 2015— fue quien se encargó de hacer las investigaciones sobre qué había pasado con sus hermanos. Indagó que integrantes de la delincuencia organizada iban por ciertas personas que estaban conviviendo en el mismo lugar que sus hermanos.
Con la negativa de las autoridades a iniciar una denuncia por desaparición y las amenazas de personas desconocidas a la familia para que no reportaran la desaparición, además de que no siguieran investigando, días después Catalina, Arturo Jovany y otras personas más de Taxco fueron encontradas muertas y los cuerpos semienterrados.
Los restos fueron localizados el 27 de marzo de 2013 en Santa Teresa Las Tunas, municipio de Iguala, Guerrero. Los cadáveres tenían huellas visibles de tortura. El forense informó que por el estado de putrefacción habían sido asesinados pocas horas después de su desaparición el 4 de marzo de 2013. Arturo Jovany recibió, además, un tiro en la cabeza, según el acta de defunción.
Catalina dejó huérfanos a Alexis Alfonso y Oliver Axel Villada Gómez, y Arturo Jovany, que había regresado de Chicago donde estuvo trabajando, a Dana Camila y Alison Geobana Gómez Ayala.
LA LLAMADA A AZUCENA
Después de haber investigado la desaparición y asesinato de sus hermanos Catalina y Arturo Jovany, el 27 de agosto de 2015, Azucena Gómez Bahena, de 38 años, desapareció. Los datos de su desaparición están en una averiguación previa hecha ante la Procuraduría General de la República (PGR).
Emma Gómez Bahena, hermana de Azucena, declaró ante el Ministerio Público Federal que su sobrina, Reyna Isabel Martínez Bahena, le llamó por teléfono el 27 de agosto a eso de las 5 de la tarde. Le dijo que su mamá, Azucena Gómez Bahena, no había regresado a su casa desde el día anterior.
Le contó que antes de salir de su casa, Azucena recibió una llamada telefónica aproximadamente a las 7 de la noche de una persona de nombre Mario Zagal, quien en el año 2014 era policía municipal de Taxco; se sabe que actualmente Zagal es sicario para el grupo delictivo los Guerreros Unidos en Taxco, Guerrero.
Según la denuncia de la hermana de Azucena, Reyna Isabel le comentó que su mamá había recibido amenazas de Zagal y de otras personas que siempre andaban con él, los primos Iker Gama, alias El Pelón, y otro al que le apodan El Pichu.
El 30 de agosto de 2015, la denunciante, según la averiguación previa, fue a la casa familiar donde vivía Azucena. En persona, su sobrina, Reyna Isabel le comentó que el mismo día 27 que ellas habían hablado por teléfono, tuvo contacto también con su padrino, un hombre llamado Fortino.
Éste, a su vez, se comunicó con una persona llamada Harris, un vendedor de drogas en Taxco. Este narcotraficante le dijo a Fortino, que Reyna Isabel sabía con qué persona Azucena se había citado el día de la desaparición.
En la búsqueda de pistas para dar con Azucena, Reyna Isabel buscó a su madrina de nombre Nancy, quien le dijo que en el Facebook había una persona que se hacía llamar Jair Viveros Rivera, quien publicó la credencial para votar de Azucena. Jair Viveros le dijo por inbox: “Me la encontré en San Francisco Cuadra el día viernes a mediodía, y que si decidían ir a recogerla él vivía en el barrio de Landa”. Al medir el peligro que representaba una eventual cita, nadie estuvo en el lugar.
Al momento de la desaparición de Azucena, dejó dos hijas, Reyna Isabel y Prisca Jatziri.
LA BAJARON POR LA FUERZA
El 1 de mayo de 2018 Reyna Isabel Martínez Bahena, hija de Azucena Gómez Bahena, desaparecida en 2015, también desapareció. Reyna Isabel había recibido el 26 de abril de 2018 el estatus de “víctima indirecta de delito” por parte de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, por la desaparición de su mamá.
Reyna Isabel Martínez Bahena, acababa de cumplir 18 años. Desde los 15 estuvo buscando a su mamá desaparecida.
En la denuncia de hechos, realizada por Emma Gómez Bahena ante la fiscalía del estado de Guerrero, se menciona que el día 1 de mayo de 2018, como al mediodía su sobrina salió del Hospital General Adolfo Prieto, en Taxco después de haber permanecido ahí dos días cuidando a Jorge Gómez Bahena, tío de la joven desaparecida.
Relató Emma Gómez Bahena que al filo del mediodía del 1 de mayó al hospital llegó su madre, la señora Martha Elena Bahena Córdova, para hacerse cargo del cuidado de su hijo Jorge.
La abuela de Reyna Isabel fue el último familiar que estuvo con la joven. Reina Isabel le dijo a su abuela: “mami, me voy a ir a vivir con mi tía Mago”. La señora Martha Elena le contestó, “Hija, pues si ya lo tienes pensado, ándale, pues, vete con ella”. La joven le contestó, “Sólo voy a subir a casa a bañarme y a cambiarme”. Inmediatamente salió del hospital.
En las indagatorias para intentar dar con la joven, se supo que Reyna Isabel fue bajada por la fuerza de un transporte público por unos hombres.
Horas después de ese hecho violento, según la carpeta de investigación, Reyna Isabel llamó al teléfono fijo de su abuela. La joven le dijo a su abuela que le llamaba desde Acapulco; que estaba con su novio, y que el sábado siguiente —el día de la llamada fue un martes— iría a Taxco para que lo conociera.
El miércoles 2 de mayo de 2018 Reyna Isabel llamó a su hermana Prisca Jatziri a su teléfono celular. En términos reales le dijo lo mismo que a su abuela, el día anterior.
A las 2 de la tarde de ese 2 de mayo, llegó a la casa familiar Emma Gómez Bahena. Ahí se enteró de las llamadas y ella la buscó desde su teléfono celular. Reyna Isabel contestó la llamada. Repitió lo mismo. La tía, sin embargo, le dijo que le comunicara con su supuesto novio.
Una voz de hombre se oyó del otro lado del teléfono. Cuando le pidió su nombre éste se negó. Y dijo que el sábado que estuviera en Taxco le daría más datos. Ésa fue la última vez que la familia habló con Reyna Isabel. Ya no se le pudo localizar ni por teléfono, WhatsApp ni en redes sociales.
BUSCAN RESPUESTAS
Integrantes de la familia Gómez Bahena, que han buscado sin encontrar una respuesta de por qué asesinaron y desaparecieron a cuatro de sus familiares, tienen la hipótesis de que hay un hilo conductor ligado a la delincuencia organizada.
Señalan que los casos de Azucena y Reyna Isabel están ligados. Y los asesinatos de Catalina y Arturo Jovany no necesariamente están relacionados con los otros, pero hubo participación de la delincuencia organizada.
Después del asesinato de Catalina y Arturo Jovany, dijeron, sus vecinos los trataban como si tuvieran lepra. Decían cosas como que Catalina era novia de alguno de los delincuentes.
Presumen que Guerreros Unidos, el grupo que desapareció a los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014, están detrás.
Dijeron que antes del caso Ayotzinapa, el policía Zagal incitaba a los guías de turistas a unirse a su grupo para ser halcones; también obligó a muchos de ellos a vender drogas. Eso quiso hacer con Azucena.
Cuando sucedió lo de Ayotzinapa, dijeron los Gómez Bahena, “pensamos que se iban a tranquilizar las cosas, pero no, Zagal hizo y deshizo. Él supuestamente se llevó a Azucena, no saben si para trabajar, si la mató, o si la agarró como su mujer”.