Tres hermanos viven en distintos países debido a las adversidades económicas y escasez que pro-vocó el gobierno de Maduro
Agencia Excélsior
La dictadura de más de 20 años en Venezuela no sólo ha dejado pobreza, violencia o presos políticos, también más de 7.7 millones de venezolanos desplazados, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Eréndira, Edmundo y Ernesto son parte de los millones de personas que la dictadura chavista desplazó.
Son hermanos y desde hace más de siete años no se abrazan ni conviven. Dejaron sus hogares en Barquisimeto por la inseguridad, economía y falta de oportunidades.
Unos están en Estados Unidos, otros están en Noruega, en Chile, en Perú, estamos todos regados”, comentó Eréndira Ángeles Silva.
Para su hermano Edmundo Ángeles Silva, también ha sido difícil pues recuerda que a sus 53 años jamás se habían separado. “Migrar no es fácil porque intentas llevarte tus recuerdos de toda una vida en una maleta”, compartió.
Mientras que para Ernesto Ángeles Silva la separación no fue por gusto.
No nos separamos obviamente porque lo queríamos así. No nos consideramos migrantes como tal, se podría decir que somos desplazados”, dijo.
De ser una familia unida, pasaron a compartir momentos a través de videollamadas, la única forma de convivencia que les dejó el chavismo. Ella radica en Málaga, España; Edmundo, el mayor, en Colombia y Ernesto, en Curazao.
Las reuniones y los cumpleaños son por Zoom, en horarios distintos. Hay mucha nostalgia, los cumpleaños, lamentablemente los fallecimientos de los familiares, el no poder acompañar, eso pega mucho”, explicó Eréndira.
Recuerdan la vida que dejaron atrás. Pero también están los duros momentos que vivieron los últimos años.
La Venezuela que yo dejé atrás en esa época ya estaba despedazada. Podría decir que de 2010 a 2015 y 2018 fue una debacle. Yo llegué a hacer cola o fila, como dicen allá, casi ocho o siete horas por adquirir dos paquetes de harina Pan”, recordó Ernesto.
La gente ahora anda callada, mientras menos hables mejor”, explicó ella al recordar que antes de la dictadura la gente era feliz y sonreía.
Al paso de los años los tres hermanos dudan en regresar a su país de origen. Y a pesar de creer que no verán en vida un cambio, no pierden la esperanza de algún día ver una Venezuela libre.
Por ejemplo, Eréndira contó que no regresaría.
Ya hay una población que nació con Chávez y tiene esa mentalidad. Lo que antes existía de Venezuela o lo que antes era, ya en este momento no lo hay”, compartió.
Dudo mucho. Y hablándolo con mis hermanos, dudo mucho que nosotros en realidad podamos ver ese cambio, esa Venezuela que antes era”, finalizó con voz desesperanzadora Ernesto.