Ante las amenazas y redadas las personas que no tienen papeles no quieren salir ni ir a trabajar, narra Carlos Macías, quien fue arrestado en su propia casa, en diciembre
Agencia Excélsior/TIJUANA.
“Nos están cazando, los están agarrando en iglesias, están poniendo retenes, ahorita está muy difícil, los que no tienen papeles están muy asustados de salir, de ir a trabajar”, expresó Carlos Macías, un mexicano de 28 años, originario de Durango, quien fue deportado de Estados Unidos a tan solo 48 horas de la llegada de Donald Trump al poder.
Macías, pintor de oficio, vivió durante siete años en Denver, Colorado, hasta que, bajo la administración de Joe Biden, fue arrestado en su propia casa. Tras su detención, fue trasladado junto con un grupo de aproximadamente 80 deportados a la garita El Chaparral, en Tijuana, Baja California, donde llegó recientemente, tras su repatriación.
El joven migrante compartió el miedo y la incertidumbre que enfrentan muchos de los deportados, especialmente aquellos sin documentos.
“Nos tienen amarrados como si fuéramos de lo peor”, dijo, refiriéndose al trato que reciben durante el proceso de repatriación, incluyendo los traslados y las restricciones en su movilidad.
Carlos también subrayó la disparidad en el trato hacia los migrantes, recordando que hay quienes han cometido delitos y otros que, como él, han vivido en EU por años sin haber sido cuestionados.
“Hay personas que cometen crímenes, hay personas que tienen años viviendo allá, esas personas deberían de tener una oportunidad”, señaló, como muestra de la frustración de quienes ven sus vidas alteradas por las políticas migratorias.
En Tijuana, Macías se encuentra albergado en la Casa del Migrante, donde permaneció después de su llegada.
En su relato, también mencionó cómo la deportación lo ha afectado personalmente.
“Me detuvieron el 6 de diciembre, triste por mi mamá, mi familia, por mis hermanos”, confesó. Además, reveló que su condición de salud, al padecer diabetes, lo obligó a salir del refugio para comprar medicina.
El caso de Carlos Macías refleja las tensiones que se viven en la frontera, donde los migrantes se enfrentan a un clima de temor y violencia ante el endurecimiento de las políticas migratorias, especialmente con el regreso de Trump al poder.
Activistas de la región, como Pedro Ríos, director del Comité de Amigos de San Diego, advirtieron sobre las consecuencias de estos cambios.
“Viene (Trump) más preparado que la primera vez; estudiaron cómo, legalmente, hacer cambios para que puedan avanzar sus ideas”, declaró Ríos, quien anticipa más sufrimiento y resistencia por parte de los migrantes y las organizaciones defensoras de sus derechos frente a las nuevas acciones del presidente estadunidense.
Aunque aún no se han dado deportaciones masivas, el flujo constante de repatriados ha generado la apertura de nuevos espacios de atención en Tijuana.
Este viernes, un albergue específico para deportados abrirá sus puertas para ofrecer asistencia a los que llegan desde diversos puntos de EU.