La “Marcha por la Paz”, que convocó a cientos de ciudadanos en Culiacán, rápidamente escaló de una movilización pacífica y solidaria a un acto plagado de vandalismo
Agencia Excélsior
La “Marcha por la Paz”, que convocó a cientos de ciudadanos en Culiacán, rápidamente escaló de una movilización pacífica y solidaria a un acto plagado de vandalismo y tintes políticos que desvirtuaron el propósito original.
Durante la marcha Madres de familia afectadas expresaron su dolor, mostraron fotografías de sus hijos desaparecidos y pancartas exigiendo justicia. Sin embargo, su indignación creció al ver cómo el movimiento fue utilizado para agendas políticas
“Nosotros venimos aquí a pedir justicia para nuestros hijos, no para que los políticos usen nuestro dolor como bandera”, expresó entre lágrimas Luisa Gómez, madre de un joven desaparecido
Lanzaron consignas como “¡Queremos paz!” y “¡Fuera Rocha!”, se colaron los “¡Que vuelva el PRI!”, dejando a los asistentes en medio de un debate sobre la apropiación de causas sociales con fines partidistas.
Algunos asistentes comenzaron a realizar pintas en edificios públicos mientras se lanzaban consignas contra el gobernador Rubén Rocha Moya.
“Se perdió el sentido de la marcha. Esto no es lo que queríamos”, señaló un joven manifestante.
“Sabemos que el narco es el verdadero culpable de todo este dolor. Pero no podemos olvidar que los políticos también tienen responsabilidad, porque no hacen nada para detenerlos”, afirmó Rosa Pacheco
La “Marcha por la Paz” dejó un mensaje contundente: el pueblo de Culiacán exige el fin de la violencia, pero también pide respeto a sus luchas y unidad frente a un enemigo de hace muchas décadas: la cultura al narco.
