México se enfrenta a desafíos para que las niñas opten por carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, algo que requiere apoyos y mentorías, afirman especialistas
Agencia Excélsior
La batalla contra la crisis ambiental y climática no está exenta de los estereotipos de género, al asociar, “erróneamente”, las ciencias y tecnología con roles masculinos, aseguraron especialistas.
Por eso es indispensable la incorporación de mujeres a carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por su siglas en inglés), ya que son ellas quienes encabezan esta lucha, coincidieron mujeres especializadas consultadas por Excélsior.
Para que niñas y jóvenes en México opten por carreras STEM, que requieren de 10 a 12 años, son necesarios más apoyos, como becas, además de impulsar mentorías por parte de las científicas para motivarlas, indicaron.
De acuerdo con datos de 2021, sólo 13.5% de las mujeres profesionistas egresó de carreras STEM, esta brecha de género limita la diversidad e innovación necesarias para abordar eficazmente la crisis climática y, en particular, para la transición energética, destacó Isabel Studer, presidenta de la organización Sostenibilidad Global.
Reconoció que en el país hay iniciativas, como el programa Niñas STEM pueden —promovido por la SEP—, que buscan despertar el interés de niñas y adolescentes para reconocer y utilizar sus habilidades en ciencia y tecnología, sin embargo, deben actualizarse y replicarse, “porque México no podrá atender los impactos climáticos o innovar sin la transición energética”.
Además, para que las mujeres desempeñen un papel activo en la economía verde y sean agentes de cambio ambiental, se requiere más educación y capacitación especializada, refirió la especialista en transición energética y embajadora del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles Capítulo México.
Para María Emilia Beyer, directora de Universum y divulgadora de la ciencia, abrir la conversación para que niñas y jóvenes aquilaten la megadiversidad es fundamental, porque hablar de la crisis climática sin valorar lo que se perdería, es un error: “si yo comprendo lo que tengo, lo valoro y lo quiero, entonces me va a importar más hacer actividades STEM para proteger aquello que considero valioso”.
Es requisito también entusiasmar e invitar a las niñas y adolescentes a tener experiencias ex profeso, “que las científicas nos volvamos sus mentoras, sus ayudantas en la vida para que puedan cristalizar el sueño y esto se logra con recursos y eso le toca a otras instancias y a otros agentes sociales”, apuntó la bióloga de formación.
Cuando se habla de cómo apoyar para que las niñas lleguen a las carreras de STEM, resaltó, está faltando subir a la conversación el dinero que necesitan; además, se requiere al menos una maestría, pero si no se tiene un doctorado o hasta posdoctorado, no se llega muy lejos, las de STEM son carreras muy especializadas y se va a necesitar un apoyo para 10 o 12 años de estudios.
No quiero ser pesimista, pero sí realista, una niña que quiera ser científica le van a hacer falta muchos apoyos y de mucho tipos que a un niño, porque a lo mejor los papás no se van a meter a opinar acerca de su carrera, pero si una niña dice que quiere estudiar matemáticas, obviamente van a decirle que no puede, que opte por otra profesión que se echa de volada o que aprenda a hacer uñas y se vaya a trabajar al saloncito de la esquina y se deje de necedades de que va a ser ingeniera hidrodinámica o aeroespacial”, sentenció Beyer.
EDUCACIÓN Y JUEGO
Hacerle frente a la crisis climática a través de carreras STEM, tiene enormes posibilidades, por eso “las bases de la educación básica deben estar bien cimentadas, contar con programas de alfabetización claros y contundentes en matemáticas, el conocimiento de la lengua, en lo socioemocional, etcétera, que es lo que va a permitir seguir estudiando a lo largo de la vida”, señaló Silvia A. Ojeda Espejel, directora del Instituto Natura México.
Las niñas y las mujeres poseen una sensibilidad más natural, por lo cual pueden entender la importancia de los recursos naturales y su conservación, porque a diferencia de los hombres, al gestar “tenemos una perspectiva diferente de la vida”.
Ejemplificó que los pueblos indígenas y sus mujeres tienen muy claro el tema de los ciclos naturales, en este aspecto “Brasil ha sido, para mí, un referente sobre la importancia de saber esperar los insumos que ofrece la Madre Tierra”.
Y para tener una sociedad mucho más justa, más próspera y más equitativa, “las mujeres pueden participar activamente en la economía verde, porque lo traemos, sólo hay que despertarlo y ver que nuestro país es tan rico, tan diverso y tan lleno de ejemplos que por eso es posible”, anotó Ojeda Espejel, también especialista en educación.
Para alentar y apoyar a más niñas y adolescentes a seguir carreras STEM para reducir la brecha de género es imperioso un cambio estructural en cómo “nos concebimos en los roles de género y cómo lo estamos transmitiendo a las infancias, qué tipo de juguetes les estamos regalando a las niñas versus qué tipo de juguetes les damos a los niños, además, cómo están promovidos los juguetes STEM versus otro tipo de juguetes que se refieren más a labores de cuidado, y está muy bien que haya niñas que quieran y tengan muñecas”, indicó Ana Sofía Tamborrel, gerente de Justicia y Política Climática de Iniciativa Climática de México (ICM).
Por lo cual, agregó, promover que niñas y niños puedan ver ejemplos de mujeres en sectores STEM y se vean proyectados como profesionistas en esas áreas es clave.
Reducir la brecha de género en los sectores relacionados con carreras STEM y que las mujeres participen activamente en la economía verde, explicó, debe abordarse como una problemática estructural del mercado laboral, es decir, deben respetarse los horarios de trabajo y derechos laborales y no acostumbrarse a trabajos a deshoras y jornadas interminables, porque eso complica tanto a mujeres, como a hombres, poder participar en las labores de cuidado, así como en el mercado laboral remunerado.
El respeto a los derechos laborales son fundamentales para que más mujeres participen en el mercado laboral en general y en las áreas de STEM”.
Tamborrel expuso que si bien las mujeres ya son catalizadoras del cambio ambiental y la resiliencia desde distintos frentes y con distintos niveles de visibilidad, aún falta amplificar más las voces de las mujeres “que estamos tratando de incrementar la resiliencia de nuestras familias, de nuestras comunidades, de nuestros países y nuestras ciudades, entonces hace falta dar más poder a las mujeres”.