miércoles, abril 2, 2025

Clubes de lectura en México: Opciones para convivir y hacer amigos gracias a los libros

Agencia Excélsior

Los clubes de lectura son reuniones que varían en la periodicidad dependiendo de las ocupaciones de sus integrantes, quienes comparten el interés por la lectura y se reúnen para discutir sobre un libro previamente acordado.

Estos espacios fomentan el respeto, la tolerancia y la participación, permitiendo que cada integrante exprese sus opiniones y experiencias en torno a la obra leída.

El principal objetivo de un club de lectura es el intercambio de ideas y la construcción de una comunidad en torno a los libros.

Más allá de leer en solitario, en estos espacios se enriquece la interpretación de los textos a través de la diversidad de perspectivas de sus miembros.

En México, un país que suele ser juzgado como de pocos lectores, los clubes fungen como un claro ejemplo de que existe un creciente interés por socializar a partir de obras literarias.

México Lector, un caso de éxito en la promoción de la lectura

Tal es el caso del éxito que ha tenido una iniciativa como la de «México Lector», impulsada por personas interesadas en la divulgación y la promoción de la lectura como Gerardo Mendoza, que decidió comenzar en casa con este proyecto en 2018.

«Surgió como de dos partes principales, un amigo que tengo en Ciudad de México que pues los dos nos gustaba leer, pero los libros eran muy distintos, entonces era complicado tener recomendaciones entre nosotros porque obviamente no íbamos a leer lo que leía el otro, pues no coincidíamos mucho en gustos, así que pensamos ¿qué tal si hacemos un club de lectura, en la casa, unas cinco personas, en un grupito de WhatsApp y comenzamos a votar y elegir un libro por mes?», menciona.

Lo que surgió como un pequeño grupo, tomó forma en poco tiempo como una comunidad que se fue expandiendo y que los ha llevado incluso a pasar fronteras, como la organización de talleres y grupos de lectura en Nueva York y a que los escritores y escritoras convivan con los participantes de México Lector.

«A lo largo de estos más de 6 años, hemos llegado a más ciudades de México, hemos conocido personas con gustos similares en lectura, con gustos que no conocíamos, hemos leído diferentes autores, han venido ellos también con nosotros a los espacios que tenemos, como al podcast por ejemplo, y pues la verdad que los libros se han disfrutado de una manera distinta».

Gerardo Mendoza comenta la experiencia de haber realizado talleres para la comunidad hispanohablante de un lugar tan emblemático en la Gran Manzana como el Bronx.  

«México lector el año pasado llegó a la ciudad de Nueva York, al Bronx, con una comunidad de personas que hablan español, que estaban buscando tener opciones de libros, volver a revivir el gusto por la lectura.»

Ante los buenos resultados de esta iniciativa, considera que poco a poco se va desmontando la idea de que México es un país con pocos lectores o con muy vago interés por los libros.

«Tenemos la impresión de que México es un país que no lee, pero pues año con año vamos reafirmando que cada vez vamos conociendo más amigos lectores y vamos cambiando un poco esta percepción, para tener estos espacios donde podamos compartir el gusto por la lectura».

Es positivo que haya cada vez más interesados en unirse a las sesiones de lectura y que consulten toda la información de las sesiones de lectura de este proyecto en redes sociales, por lo que el cofundador de México Lector indica que todo funciona de acuerdo a la ciudad donde busquen tener un club.

«Regularmente nos preguntan, ¿cómo puedo unirme a México lector? y lo primero que les respondemos es de qué ciudad son. Esto es muy importante porque pues tenemos presencia en más de 20 ciudades. Entonces el primer camino es si hay reuniones en tu ciudad, pues te ponemos en contacto con el colaborador correspondiente para que te cuente dónde van a ser la reunión. Las reuniones siempre son el primer sábado del mes alrededor de las 4 de la tarde en todas las ciudades.»

«Escogemos cafés que sean representativos de la ciudad, vamos haciendo reuniones en fechas especiales, por ejemplo, para comer pan de muerto o para partir la rosca de Reyes. Entonces, eso le da diversión a los lugares donde nos reunimos. Entonces, lo primero es que si hay México Lector en tu ciudad, te damos el contacto de un colaborador para que te diga dónde va a ser la la reunión del siguiente mes.»

Clubes del Fondo de Cultura Económica, pilares de la promoción de la lectura en México

Los clubes de lectura del Fondo de Cultura Económica (FCE) son espacios diseñados para el encuentro y la discusión de obras literarias.

Esta iniciativa fomenta el hábito de la lectura y permite a los participantes compartir ideas, opiniones y recomendaciones sobre distintos géneros y autores.

Además, ofrecen una oportunidad para descubrir nuevas obras y enriquecer la experiencia lectora.

Estos clubes se organizan mediante acuerdos entre el FCE, instituciones educativas, autoridades y la sociedad civil.

Su formación es voluntaria y busca promover el disfrute estético de la literatura en un ambiente de intercambio y aprendizaje.

Para participar, es posible consultar la agenda cultural de las librerías del FCE, donde se anuncian las sesiones de lectura.

Los asistentes pueden compartir sus experiencias, debatir sobre los libros seleccionados y sugerir nuevas lecturas.

Estos espacios están abiertos a todas las personas interesadas en ampliar su horizonte literario y fortalecer el diálogo en torno a la literatura.

En conjunto, los clubes de lectura del FCE representan una iniciativa clave para la promoción cultural, permitiendo que más personas accedan a la riqueza de la literatura y la compartan en comunidad.

Unirse a un club de lectura ofrece numerosos beneficios: acceso a un espacio seguro para compartir ideas, la posibilidad de ampliar el horizonte literario y mejorar habilidades como la comprensión lectora y el vocabulario.

Además, la lectura en grupo ayuda a mantener activa la memoria y prevenir el envejecimiento neuronal, por lo que sobran las razones para buscar formar uno o integrarse a convivir con la literatura de pretexto.