miércoles, abril 2, 2025

Destrucción de bosque de niebla en Veracruz amenaza biodiversidad y suministro de agua

Pese a la batalla de defensores ambientales, los asentamientos están arrasando con las más de 5 mil hectáreas del ecosistema, catalogado como Área Natural Protegida

Agencia Excélsior

De la gran extensión de bosque de niebla que anteriormente había en el estado de Veracruz, ya sólo quedan siete núcleos o archipiélagos en la región de la capital, Xalapa, debido, principalmente, a la urbanización. A nivel nacional, sólo queda 1% y poco a poco se pierde.

A pesar de que el Instituto de Ecología mantenía una férrea defensa para evitar la invasión de esta franja, en los últimos años perdió la batalla y en parte de ella se observa la devastación con invasión de viviendas que no sólo son asentamientos irregulares.

La extensión del Área Natural Protegida del bosque mesófilo registrada consta de 5 mil 580 hectáreas repartidas en los municipios de Xalapa, Banderilla, Coatepec y Tlalnelhuayocan, pero está siendo “aniquilada”.

En 2017, el Instituto de Ecología logró la preservación de 420 hectáreas decretadas como zona natural protegida con la propuesta de que estos bosques rodeados de pastizales, cafetales o ciudades que han quedado como islas en medio del paisaje se dejaran como “archipiélago” y ya fue decretada la reserva del bosque de Xalapa.

Una publicación reciente de la UNAM refiere que la deforestación y el cambio climático amenazan los bosques de niebla. Cita a la revista especializada Science, que señala en un artículo del investigador Santiago Ramírez Barahona que “la deforestación y el calentamiento global están transformando estos ecosistemas a una velocidad alarmante”.

Esto significa que podríamos perder gran parte de la biodiversidad de los bosques de niebla en las próximas décadas”, detalla.

Armando Contreras, director del Instituto de Ecología, aseguró que el proceso social es muy complejo y los intereses económicos sobre los valores ambientales están primando.

Esto es una cerrazón sin sentido de no reconocer que podemos vivir más cercanos a la naturaleza con menos elementos de dispendio, con una actitud de reciclado de los materiales, de reutilización de aquello que fue creado para facilitarnos la vida, de alargar el uso de esos materiales que en el tiempo de nuestros abuelos decían: nada se tira, nada se desperdicia, todo está presente”, explicó.

El propio rancho Guadalupe, propiedad del instituto y que es parte del complejo del Inecol, fue objeto de una invasión de una colonia irregular denominada El Guayabo, de Xalapa. Decenas de asentamientos irregulares poblaron una gran extensión de terreno.

Anteriormente, los investigadores y autoridades ambientales combatieron el problema y frenaron esta práctica con amparos que impidieron que se siguiera poblando, pero, de un tiempo a la fecha, en la cúspide de los cerros donde están dichos asentamientos, hay amplias estructuras, viviendas de otro tipo para las que aparentemente sí hubo permisos.

Los seres humanos no tenemos una garantía de perdurar, lo mismo que un tlacuache que de pronto sale de su sitio y se encuentra con algún depredador o en algún accidente. La vida es riesgo y así debemos vivir, no hay nada que nos asegure el mañana. Tenemos que ser capaces de disfrutar de la vida mientras exista y dejarnos ir frente a los acontecimientos que la propia naturaleza nos marca”.

Nadie ha podido ofrecer información respecto de estas residencias, al justificar que fue en pasados periodos de administración que probablemente se otorgaron las anuencias de construcción.

El crecimiento desordenado de la mancha urbana y el desconocimiento, en algunos casos, provocó que grandes extensiones de terreno ubicadas dentro de esta reserva natural fueron usadas por invasores para crear nuevas colonias, otras regaladas como pago de favores políticos, supuesta donaciones a empresas nacionales o extranjeras, con el pretexto de la creación de nuevas fuentes de empleo, trazos de avenida y fraccionamientos.

Y es que hacia la montaña, en la región donde actualmente hay siembra de papa, proyectos de desarrollos inmobiliarios son lo que viene, revelaron vecinos de la región de Cinco Palos.

SE PIERDEN MÁS QUE HECTÁREAS

Rafael Bravo, quien preside la organización Regalemos un Paraizoo, explicó que la franja que poco a poco se pierde del bosque de niebla se ha dado por cambios en el estilo de vida de los habitantes y en sus siembras.

Bravo señaló que la llegada de la siembra de papa ha desaparecido cientos de hectáreas arboladas y también ha provocado una pérdida de especies, de tal manera que se rompe con una cadena.

Puntualizó que uno de los grupos más atacados por la pérdida de bosque y por el uso de agroquímicos en siembras en zonas húmedas son los anfibios que dependen 100% del agua y son susceptibles a los contaminantes.

Justamente los anfibios es uno de los grupos más afectados, incluso me atrevo a decir que más ignorados en este aspecto porque son ejemplares que difícilmente se ven; sin embargo, lo que son salamandras, sapos y ranas están siendo muy afectados directamente por los agroquímicos, a través de la contaminación y de la pérdida de fuentes de agua”, explicó el director de Inecol.

A estas especies se suman otro tipo de ejemplares que pueden estar vinculados directamente con la tierra o con el agua y, al ser animales que aprovechan los distintos cuerpos de agua, tanto mamíferos como aves, también se ven afectados.

La deforestación en la franja del bosque mesófilo por los plantíos en las zonas altas ha deteriorado el ecosistema. Esta falta de bosque también lleva al desplazamiento de especies porque con la falta de árboles viene la escasez de agua. Una afectación, dijo, silenciosa, porque a falta de agua aumenta las temperaturas y viene la deshidratación que provoca mortandad o desplazamiento.

Especies como la zorra gris es una de las que se ve más amenazada, al igual que los cacomixtles y todo tipo de reptiles, lagartijas y serpientes como las falsas coralillo.

También han reportado pérdida de aves, oropéndolas, pájaros carpinteros y las aves migratorias que cruzan y que ya no encuentran dónde anidarse.

La fauna del bosque mesófilo de montaña, con ese tipo de prácticas que la pérdida del ecosistema atrapó con la tala, ya sea la cuestión de las viviendas o los cultivos, pues es uno de los principales motivos por el que las rutas de las aves cambian. largos y no tienen en donde descansar, se deshidratan, tienen menos oportunidad de alimento y mueren”, detalló.

LA PREOCUPACIÓN ES EL AGUA

En medio del debate sobre la deforestación, el cambio de siembra y el uso de químicos, está la mayor preocupación que es la pérdida de humedad del ecosistema que es el que surte de agua a una gran parte del territorio alrededor del bosque de niebla. Coatepec y Xalapa son beneficiarios de las cuencas montañosas y de seguir perdiendo hectáreas de bosque también hay un gran desabasto de líquido.

La explotación de arenales, que son los principales filtros naturales y retenedores de agua en los manantiales y la pérdida de árboles, así como la filtración de lixiviados por el uso de agroquímicos van poniendo en riesgo 40% del total de agua que surte a la capital del estado, expuso el biólogo Eduardo Aranda, quien forma parte del Movimiento en Defensa del río Pixquiac.

Si no cuidamos nosotros esta cuenca, nadie lo hará, mucho menos el bosque de niebla”, expuso.

También hay bosques de niebla en Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo y la parte norte de Puebla, además de algunos en Guerrero, Nayarit y Jalisco.