El fallecido entrenador neerlandés, Leo Beenhakker, marcó una época dirigiendo al América en el futbol mexicano, pero su salida fue sorpresiva
Agencia Excélsior
El América de Leo Beenhakker de la temporada 1994-1995 fue un equipo que marcó época en el futbol mexicano, sin embargo, nadie pudo conocer los alcances reales de esa escuadra, debido a la sorpresiva salida del entrenador neerlandés cuando el conjunto azulcrema parecía enfilado hacia el título con un estilo de juego vistoso y efectivo.
LAS ÁGUILAS DE BEENHAKKER VOLABAN, PERO…
Las Águilas de Beenhakker contaban con una plantilla llena de estrellas, entre las que se encontraban las llamadas ‘abejas africanas’ Francois Omam-Biyik y Kalusha Bwayla, además de los mexicanos Joaquín Del Olmo, Luis Roberto Alves ‘Zague’ y un Cuauhtémoc Blanco que comenzaba a brillar en el conjunto de Coapa.
El América marchaba como líder general de aquella temporada, en la que aún se usaba el sistema de torneo largo, pero, para sorpresa de todo el medio futbolístico mexicano, el estratega de Países Bajos dejaba la dirección técnica azulcrema antes de la recta final del campeonato, lo que se vio reflejado en los siguientes resultados del club.
A pesar de que las Águilas llegaron hasta las semifinales, ya bajo la tutela de Mirko Jozic, fueron eliminadas por el Cruz Azul de Luis Fernando Tena y no se pudo conocer el potencial verdadero de ese equipo en caso de que Leo Beenhakker hubiera permanecido al mando.
BEENHAKER REVELÓ POR QUÉ SALIÓ DEL AMÉRICA
Años más tarde, Leo Beenhakker tuvo una segunda etapa al frente del América, sin embargo, no fue tan vistosa ni exitosa como la primera y posteriormente, sería el mismo director técnico quien reveló el motivo de cortar tan abruptamente su proceso al frente del cuadro azulcrema en la década de los años 90, mencionando diferencias con la directiva de ese momento.
Por el presidente aquel (Diez Barroso) que quería meter mano en el equipo. Joaquín (Del Olmo) tenía conflictos económicos con el presidente, y me dijo que el chico no iba a jugar, pero yo no iba a romper a mi equipo. El lunes siguiente, a las 7:30 de la mañana en mi casa de Cuernavaca, me llama Rubolotta (el entonces vicepresidente del club) y me dice que agarre mis maletas”, declaró Beenhakker en una entrevista con Cuauhtémoc Blanco.