viernes, abril 18, 2025

La antesala de una posible guerra comercial entre México y Estados Unidos

Cecilia Montaño, Socia de Comercio Exterior de Deloitte y Eduardo Castorena Comercio, Exterior y Aduanas de Deloitte, hablan sobre problemáticas comerciales del país.

Agencia Excélsior

Desde la llegada de la nueva administración presidencial en Estados Unidos en febrero de este año, ha habido una serie de modificaciones en la política arancelaria del país. La administración actual estadounidense ha adoptado un enfoque más estratégico y selectivo en la aplicación de aranceles, con un énfasis en proteger la seguridad nacional y fortalecer el equilibrio de la balanza comercial con sus diferentes socios comerciales en el mundo.

En el contexto del Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá (también conocido como T-MEC), el nuevo gobierno ha enfatizado la importancia de cumplir con las reglas de origen y otros requisitos del tratado para garantizar un comercio justo y equilibrado. Esto podría significar un mayor escrutinio y la implementación de medidas adicionales para asegurar que los bienes importados cumplan con los estándares establecidos.

Las modificaciones también han incluido la eliminación o reducción de ciertos aranceles para productos críticos y estratégicos, con el objetivo de facilitar el acceso a insumos necesarios para la industria nacional. Al mismo tiempo, se han impuesto aranceles adicionales a productos que se considera que no cumplen con las reglas del T-MEC o que representan una amenaza para la seguridad económica.

El Gobierno de Estados Unidos anunció el pasado jueves 06 de marzo la implementación de nuevos aranceles a las importaciones provenientes de Canadá y México. Este ajuste en los aranceles reconoce la compleja estructura de la cadena de suministro automotriz que favorece la producción en territorio estadounidense. Este anuncio tiene implicaciones significativas para los exportadores de México y Canadá, especialmente en el contexto del T-MEC.

Los nuevos aranceles definidos son los siguientes:

  • 25% a bienes que no cumplan con las reglas del T-MEC, es decir, en nuestro caso bienes que no califiquen como mexicanos.
  • 10% a productos energéticos fuera de la preferencia del T-MEC.
  • 0% a bienes que califican como originarios para efectos del T-MEC.

Una de las principales justificaciones para la implementación de estos aranceles es la protección de la industria automotriz estadounidense, que genera una gran cantidad de empleos y cuya cadena de suministro puede verse afectada por interrupciones significativas y el objetivo del primer mandatario de Estados Unidos de hacer que regrese la fuerza manufacturera que floreció en este país en el pasado. Se argumenta que estos aranceles son necesarios para que la seguridad nacional no se vea comprometida por socios comerciales cercanos, es decir, que no se tenga dependencia en sectores claves de lo que se compra fuera de Estados Unidos.

El objetivo de estos aranceles es promover la igualdad de condiciones para los fabricantes estadounidenses y acercar las cadenas de suministro, fortaleciendo así la economía y al tiempo de proteger la seguridad nacional.

En este mismo orden de ideas, el pasado 12 de marzo, entraron en vigor en Estados Unidos, los aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio. Esta medida, de acuerdo con lo comunicado por el Gobierno de Estados Unidos, busca fortalecer la industria siderúrgica, y se enmarca en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que permite imponer aranceles por razones de seguridad nacional.

Por otro lado, el pasado 2 de abril, mediante una conferencia por parte de Estados Unidos, se dieron a conocer aranceles recíprocos a varios países del mundo, de los cuales no se impusieron aranceles a México ni a Canadá (parte del T-MEC).

Si bien sabemos que se llevará a cabo una revisión al T-MEC en 2026, al día de hoy pareciera que permite continuar con un beneficio a diferencia de los demás países.

Por lo anterior, es importante que se tome ventaja del beneficio del T-MEC que hasta ahora se encuentra, para que los bienes califiquen como originarios del T-MEC y puedan beneficiarse de un arancel del 0%, por lo tanto, es fundamental contar con un análisis de origen y un soporte documental adecuado. Este proceso es esencial para demostrar que los bienes cumplen con las reglas de origen establecidas en el tratado.

El análisis de origen implica una revisión detallada de los componentes y el proceso de producción de los bienes. Esto incluye la identificación de los materiales utilizados, el país de origen de dichos materiales y el valor añadido durante el proceso de producción. Este análisis es crucial para determinar si un bien cumple con los criterios de origen del T-MEC, que pueden incluir requisitos de contenido regional, procesos de transformación específicos y otros criterios detallados en el Tratado.

El soporte documental es igualmente importante, el cual demuestre la trazabilidad de la compra de cada uno de los insumos, que forman parte del producto terminado, en un periodo previo a la emisión del Certificado de Origen, así como todo el soporte documental asociado a la compra de dichos insumos, tales como las facturas, órdenes de compra, contratos, pruebas de pago, estados de cuenta, entre otra documentación relacionada con la compra-venta de los insumos.

De acuerdo con el T-MEC, proporcionar información incorrecta en este documento puede resultar en sanciones que van desde multas significativas hasta enfrentar cargos penales con posibles penas de prisión. Una certificación falsa pone en riesgo la reputación de la empresa, afectando su credibilidad en el comercio exterior..

En un entorno global donde la transparencia y el cumplimiento normativo son clave para la competitividad, asumir este tipo de riesgos puede significar el cierre de oportunidades comerciales y la pérdida de confianza de socios estratégicos.

La implementación de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos a productos de México y Canadá subraya la importancia de cumplir con las reglas de origen del T-MEC. Para que los bienes califiquen como originarios y se beneficien de un arancel preferencial, es esencial realizar un análisis de origen exhaustivo y mantener un soporte documental adecuado.

Estos requisitos permiten a Compañías mexicanas competir a nivel global, asimismo fortalecen la cooperación comercial en la región y garantizan la seguridad nacional. Las empresas deben estar preparadas para adaptarse a estos cambios y asegurar el cumplimiento normativo para evitar sanciones y aranceles adicionales.

Por otro lado, la permanencia de los aranceles impuestos por Estados Unidos a la industria automotriz mexicana podría tener consecuencias devastadoras para la economía nacional, afectando las exportaciones, el empleo y la inversión. Es crucial que ambos países busquen soluciones negociadas para evitar una escalada en las tensiones comerciales que perjudique a sus economías interdependientes. En caso de que se impongan medidas de represalia por parte de México, esto podría detonar una guerra comercial que perjudicaría a ambas naciones.