Descubre la historia de la mascota virtual que marcó a toda una generación. ¿Tuviste uno?
Agencia Excélsior
Si creciste en los años 90, probablemente recuerdes con cariño (y un poco de estrés) aquel pequeño dispositivo en forma de huevo que pitaba sin cesar exigiendo atención: el Tamagotchi.
Esta simpática mascota digital, que muchos niños y adolescentes llevaron colgando en mochilas o cinturones, se convirtió en un fenómeno global desde su lanzamiento en 1996. Pero más allá del juego, el Tamagotchi fue un hito tecnológico, cultural y hasta emocional. Esta es su historia.
¿Cuál es el origen del Tamagotchi?
La historia del Tamagotchi comenzó en Japón, en la mente de Aki Maita, una joven ejecutiva de 31 años que trabajaba para la empresa de juguetes Bandai. Maita, que siempre había deseado tener una mascota y no pudo hacerlo de niña, encontró inspiración en un comercial de televisión en el que una madre prohibía a su hijo llevar una tortuga al colegio. Aquella escena fue la chispa que encendió la idea: ¿y si existiera una mascota que cupiera en el bolsillo?
¿Qué significa Tamagotchi en japonés?
Junto a Akihiro Yokoi, responsable de la firma Wiz, desarrollaron el concepto de una criatura digital que requería cuidados reales. El nombre ‘Tamagotchi‘ surge de la combinación de las palabras japonesas “tamago” (huevo) y “tomodachi” (amigo), aunque también hay versiones que lo relacionan con “uocchi” (reloj). Así nació este pequeño aparato que cambiaría para siempre el mundo de los juguetes electrónicos.
Antes de su lanzamiento oficial, Maita decidió probar su creación con un experimento muy peculiar: distribuyó 200 prototipos a adolescentes del barrio de Shibuya en Tokio, a cambio de que respondieran un cuestionario.
El resultado fue un éxito abrumador. Las jóvenes no solo jugaban con la mascota virtual, sino que desarrollaban un lazo emocional con ella. Esto confirmó lo que Maita sospechaba: estaba ante una revolución.
¿Qué es un Tamagotchi y para qué sirve?
El 23 de noviembre de 1996, Bandai lanzó oficialmente el Tamagotchi en Japón. En solo seis meses ya se habían vendido más de cinco millones de unidades. La fiebre se expandió rápidamente al resto del mundo: en mayo de 1997 llegó a Estados Unidos y Europa, donde el fenómeno explotó con la misma intensidad.
El Tamagotchi tenía una interfaz sencilla, con solo tres botones y una pantalla pixelada en blanco y negro. Aun así, requería atención constante: había que alimentarlo, jugar con él, limpiarlo y hasta regañarlo si se portaba mal.
Si no se le cuidaba adecuadamente, el pequeño ser podía enfermar o incluso morir. Esta dinámica convirtió al Tamagotchi en la primera experiencia de muchos niños en lo que significaba cuidar y responsabilizarse por otro ser, aunque fuera digital.
Tamagotchi: un fenómeno cultural
Rápidamente, el Tamagotchi se convirtió en mucho más que un juego. Era un símbolo de modernidad y se podría considerar la primera muestra de la relación creciente entre humanos y máquinas.
Aunque la popularidad del Tamagotchi disminuyó hacia finales de los años 90, Bandai no dejó morir la marca. En 2004 lanzó el Tamagotchi Connection, que incluía comunicación por infrarrojos para que las mascotas pudieran “visitarse” entre sí.
A lo largo de los años se lanzaron más de 47 versiones diferentes, cada una con nuevas funciones, gráficos y personajes. En 2019, impulsado por la nostalgia, el Tamagotchi volvió con fuerza a las tiendas.
Se convirtió en uno de los juguetes más vendidos en Navidad y capturó tanto a los antiguos fans como a nuevas generaciones curiosas por conocer esta mascota retro. En 2023, Bandai lanzó el Tamagotchi Uni, el primer modelo con conexión wifi que permite explorar un universo digital llamado Tamaverso e interactuar con otros usuarios del mundo.
Hasta marzo de 2023, se estima que se han vendido más de 91 millones de unidades en todo el mundo. Casi 30 años después de su creación, Tamagotchi sigue vivo y adaptándose a los tiempos modernos.