Los familiares del llamado “narco de narcos” fundaron el Cártel de Caborca, para luchar por la plaza con Los Salazar y Los Durangos, que representan a ‘Los Chapitos’ del Cártel del Pacífico o de Sinaloa.
Agencia Excélsior
Con apenas 16 años de edad, un joven Rafael Caro Quintero salió de su natal La Noria, en Badiraguato, Sinaloa, para migrar a Caborca, uno de los municipio con mayor extensión territorial del País, que abarca desde la costa del Mar de Cortés hasta la frontera entre Sonora y Arizona, situación geográfica privilegiada que lo ha convertido en una región donde los familiares del llamado “narco de narcos” fundaron el Cártel de Caborca, para luchar por la plaza con Los Salazar y Los Durangos, que representan a ‘Los Chapitos’ del Cártel del Pacífico o de Sinaloa.
El Cártel de Caborca es representado en Sonora por su brazo armado “La Plaza”, que lidera José Gil alias “El Pelochino”, quien se alió con el cártel de Juárez para luchar en los límites de Chihuahua y Sonora contra Los Salazar, situación que en los últimos años ha generado violencia por ejecuciones constantes y desapariciones forzadas, en una lucha por el control territorial para la producción de droga sintética, el trasiego hacia los Estados Unidos y la siembra de mariguana y/o amapola; pero también para otras actividades criminales rentables como el “huachicol” y tráfico de personas indocumentadas.
Estas batallas por el control territorial se ha recrudeció en los últimos años, con el choque constante de los gatilleros de La Plaza y Los Páez o Paleteros, otra cédula criminal que fundó Rodrigo Páez Quintero, -también sobrino de Rafael-, quienes luchan en contra de Los Salazar, los Durangos y los Cazadores que representan al cártel de Sinaloa, principalmente a ‘Los Chapitos’, pero también hay operaciones de los hijos del Mayo Zambada, quienes guardan un perfil más bajo y, aparentemente, menos violento.
Sin embargo, los últimos meses, el Cártel de Caborca, y principalmente su brazo armado de La Plaza se ha visto mermado por la acción y operativos donde participan las autoridades de los tres niveles de gobierno en Sonora, luego que el pasado 25 de noviembre, al intentar asesinar al excomandante de la policía en Guaymas, el almirante de la Secretaría de Marina, Andrés Alberto Cano Ahuir, los gatilleros de este grupo criminal asesinaron por error a Marisol Cuadras, activista feminista hija de un efectivo de Semar, quien encabezaba una protesta pacífica al exterior del Palacio Municipal del puerto.
Desde aquella fecha, la Mesa Estatal de Seguridad ha logrado detener a prácticamente todos los responsables del crimen de la joven feminista y también arrestar a objetivos generadores de violencia ligados a La Plaza, que operaban principalmente en el puerto de Guaymas y también en la frontera con el Cártel de Caborca.
Desde su adolescencia a la mayoría de edad, los años que Rafael Caro Quintero estuvo en Caborca, se dedicó a la ganadería, fue transportista e incursionó en la agricultura, cuentan quienes los conocieron que apenas se convirtió en adulto cuando conoció a Pedro Avilés Pérez, conocido narcotraficante mexicano que lo introdujo al cultivo de la mariguana, planta que lo apasionaba, por lo que logró perfeccionar su cosecha al lograr una variedad mexicana sin semilla, elevando la capacidad de producción y alcance del cannabis, por lo que el llamado “narco de narcos”, siempre se declaró “motero”.