The Silence of Sound, se estrenará en el Palacio de Bellas Artes el próximo 6 de septiembre
Agencia Excélsior
Un viaje desde la imaginación, creado por la directora de orquesta Alondra de la Parra y la actriz de clown Gabriela Muñoz, bajo el título The Silence of Sound, será estrenado en el Palacio de Bellas Artes el próximo 6 de septiembre, a las 17:00 horas, para mostrar la libertad de la música y de la imaginación con piezas de compositores como Claude Debussy, Béla Bartók, Ígor Stravinsky, Jules Massenet y Jean Sibelius, entre otros.
La obra, que retrata atmósferas ligadas a la soledad y la aventura, la locura, la felicidad, el mar y el poder de la música, repetirá función ese mismo día en Bellas Artes, a las 20:00 horas; y después viajará, el 9 y 10 de septiembre, al Conjunto Santander de Artes Escénicas, en Zapopan, Jalisco; el 13 de septiembre, al Centro Cultural Universitario Bicentenario de San Luis Potosí y el 15 de septiembre, al Showcenter de Monterrey.
La pieza incluye una introducción para que el asistente conozca las secciones de la orquesta, explicó De la Parra. “Primero, el personaje se enfrenta a las maderas; luego, a las cuerdas, a las percusiones, a los metales y, en el camino, interactuará con un violín y un chelista” (Yorrick Troman, violinista francés, y Rolando Fernández, chelista mexicano), quienes se transformarán en personajes y figuras de deseo y atracción, comentó la directora artística.
La obra también coloca al personaje (clown) en una evolución temporal, ya que empieza con un juego primigenio y poco a poco se complica con sus errores y le da forma a mensajes concretos como el mar y las estrellas, lo cual le servirá, para relacionarse con su mundo interior, con la experiencia de la sociedad y con el amor.
Esta narrativa va acompañada por el movimiento de Gabriela Muñoz quien, al hacer su trabajo de mímica y de actuación, acompaña a la música, abundó.
En este punto, traté de pasarle a Gabriela toda la sensación de la partitura porque no se trataba de darle la partitura, sino de explicarle cómo se siente el universo de la partitura en el cuerpo. Así que me parece que The silence of sound es una manera de presentar un arte escénico, que no es clown, no es dirección de orquestas, no es sinfónico, no es ópera ni ballet”, sino un nuevo concepto escénico, añadió De la Parra.
Por su parte, Gabriela Muñoz dijo que este montaje, con proyecciones de video creadas exprofeso, “es una fusión y una invitación a sentir la música a través del personaje que guía al espectador a redescubrir la libertad. Nos cuenta un poco su evolución, que podría ser el espejo o la sombra del director de orquesta, de un pintor o hasta de un médico, pero que al final la pieza habla del ser humano”.
Mientras tanto, De la Parra consideró que el personaje escénico también podría ser el subconsciente de cualquier persona o el niño interior del director de orquesta, cuando cierra los ojos y se convierte en un outsider. “Ahí hay muchos paralelos entre el director de orquesta y el payaso, de que somos los outsiders, ya que al ser el líder hay una sensación de desconexión con el grupo, pues, aunque estés dentro del grupo nunca eres parte de él, como sucede con el clown”.
Y agregó: “También es el (personaje) que hace los trucos y el que se atreve a decir lo que nadie quiere; es un paralelo entre la vida real y la fantasía de una directora de orquesta y la vida fantástica del clown, donde no existen límites”.
Sin embargo, pidió que no se coloque una etiqueta al espectáculo. “Me encantaría vivir sin etiqueta y que nadie pudiera decir qué es, y que simple y llanamente lo disfrutáramos como tal. Yo he tenido que lidiar con tantas etiquetas toda mi vida. Soy mujer, soy directora de orquesta, soy líder… ¿Quién sabe? A veces sí y a veces no”.
Finalmente, De la Parra comentó que el espectáculo es patrocinado por el Grupo Bal, de Alejandro Baillères. “Es importante el tema del patrocinador que es único. Creo que en general en el mundo, no sólo en México, no estamos acostumbrados a que la iniciativa privada sea quien presente y produzca las artes escénicas. Generalmente es el gobierno con cierta ayuda de la iniciativa privada y, sin duda, ése es un modelo que seguirá, pero en el futuro se debe vincular a la iniciativa privada con este tipo de proyectos”.