Por Jorge Ceballos
El proceso de rendición de cuentas por el que atraviesa la entidad desde hace casi cuatro años a muchos está causando un dolor de cabeza. Son los mismos que estaban acostumbrados a la opacidad y que, quisieran se siguiera viviendo en el anarquismo administrativo que se padeció en el pasado régimen gubernamental, convirtiéndose en enemigos de la transparencia y en el manejo pulcro de los recursos públicos.
Lo anterior queda demostrado ante la campaña de denostaciones que a través de redes sociales padece y vive el actual titular de la Auditoria Superior del Estado (ASE), Uriel Estrada Martínez a quien le endilgan una serie de descalificaciones creyendo que con eso provocarán su salida de esa importante instancia.
Los denostadores se Estrada Martínez se están olvidando que, desde el 8 de diciembre de 2018 Chiapas vive una nueva forma de gobernar. En la entidad desde el inicio del gobierno de Rutilio Escandón Cadenas se cruzó el compromiso con los ciudadanos de tener una nueva forma y estilo de administrar cada peso del presupuesto.
Bajo la premisa de vigilancia estricta del manejo de recursos públicos, la ASE se ha convertido en una instancia en la que se fomenta la rendición de cuentas, es allí desde donde se respalda la política de transparencia administrativa implementada por el gobierno chiapaneco.
Las criticas infundadas en contra de Uriel Estrada Martínez, lejos de ocasionarle un daño en su actuación dentro de la función pública lo fortalece, porque en el despacho principal de Palacio de Gobierno le tienen la confianza necesaria para que siga implementando las acciones necesarias para que nadie haga del presupuesto una kermés y que, nadie en Chiapas actúe como dueño de los dineros públicos.
Transparencia a la vista
Uriel Estrada Martínez desde su nombramiento como auditor general, entendió que el compromiso que asumía era alto, por ello, tenía que erradicar los vicios del pasado. Durante el gobierno de Manuel Velasco Coello, varios personajes de muy dudosa reputación encabezaron la ASE, había acusaciones que los anteriores titulares de esa instancia mantenían negocios que les permitieron vivir como jeques árabes.
Las anomalías del pasado en la ASE fueron permitidas por Manuel Velasco Coello e incluso por el Congreso del Estado. Desde esa instancia se maquillaban las cuentas públicas y se escondía toda la podredumbre administrativa que prevaleció durante el sexenio de la desgracia.
Al amparo de la titularidad del ASE hubo personajes como Manuel Pulido y otros que tenían personas cercanas que eran los encargados del acercamiento con los alcaldes y funcionarios a quienes extorsionaban con tal de evitar salir mal en las auditorias que se practicaban.
A la llegada de la actual administración y con el nombramiento de Uriel Estrada Martínez, se transparentó el proceso de las auditorias, los resultados de la fiscalización están a un clic de todos los chiapanecos, porque es de conocimiento público todo lo que se realiza en la ASE.
La transparencia en la entidad es algo mimetizado, porque el gobernador Rutilio Escandón Cadenas desde el inicio de su gestión gubernamental fue claro al señalar que no sería tolerante con ningún acto de corrupción, es decir en la ASE le tomaron la palabra a quien gobierna Chiapas, porque saben que un solo acto deshonesto que se trate de ocultar es motivo de castigo.
A diferencia del sexenio anterior que encabezó Manuel Velasco Coello, en el actual gobierno no se ha permitido que los funcionarios, alcaldes y cualquier servidor público meta la mano al presupuesto, porque el gobernador ha sido un defensor a ultranza de la transparencia, es allí donde estriba la diferencia.
Quienes descalifican a Uriel Estrada Martínez, van a tener que quedarse con las ganas de verlo caer, en primera por contar con la confianza del gobernador a la labor que realiza y en segunda, porque sencillamente Chiapas ha dejado de ser festín de los saqueadores presupuestales, ahora el manejo financiero se vigila con ímpetu y sin más interés que el rendir buenas cuentas.
Buscan cobijo
Ante las pocas esperanzas que a nivel nacional mantiene el PRI, muchos de sus militantes históricos en la entidad están apuntando sus baterías hacia Movimiento Ciudadano. El partido fundado por Dante Delgado Rannauro.
Ha trascendido que uno de esos que buscan dar el salto hacia el llamado movimiento naranja es el exdirigente estatal del PRI, Bayardo Robles Rique, quien a como dé lugar busca hacerse de la dirigencia de ese partido en la entidad, para ello intenta destronar de esa posición a Claudia Trujillo quien en los últimos años ha sido quien ha dado todo por el posicionamiento de esa fuerza política.
Los priistas que buscan abandonar las siglas del PRI le apuestan a la posible candidatura a la presidencia de la República de Luis Donaldo Colosio Riojas. Están buscando venderse como personajes redimidos por el paso de los años, porque han entendido que al menos durante los últimos cuatro años han vivido en el error al estar fuera del presupuesto.
Habrá que esperar si Dante Delgado Rannauro comienza a abrirle la puerta de Movimiento Ciudadano a especímenes de la política local en puestos de dirección, haciendo a un lado a gente que en los últimos años han dado la batalla por posicionarlos en la arena estatal… Hasta la próxima.