El historiador realiza en su autobiografía intelectual, Spinoza en el Parque México, un viaje por los libros escritos desde la inconformidad que lo marcaron
Agencia Excélsior
“Lo que me duele de México es la presencia de la muerte. Es un país volcánico y de ríos subterráneos, que de pronto atestigua la erupción de la violencia. Está viviendo un momento de violencia que no tiene más precedente que el de la Revolución mexicana y quizá más grave”, afirma el historiador Enrique Krauze (1947).
“También me duele la muerte producto de la irresponsabilidad en la gestión de los servicios de salud, en la desatención a las instituciones, la destrucción institucional de los servicios de salud.
“¿Cuántos mexicanos murieron por esa destrucción o porque no se les predicó a tiempo el uso del cubrebocas? No lo sabemos ahora, pero lo sabremos y nos va a doler muchísimo”, comenta en entrevista con Excélsior el también editor y ensayista.
Así reflexiona el doctor en Historia por El Colegio de México sobre “su patria mexicana”; así piensa al país cuyos intelectuales, artistas y presidentes han inspirado sus más de 30 libros; una nación, una cultura y una realidad social que están presentes incluso en su primera autobiografía intelectual, Spinoza en el Parque México (Tusquets), en la que narra su vida a partir de los libros que ha leído y las ideas que lo han marcado.
“Los libros y las lecturas han sido el centro de mi vida. A un intelectual lo definen mucho más los libros que ha leído, que los que ha escrito. Por eso me centro en los libros que leí, en los escritores que conocí, primero, a través de sus libros y luego en presencia viva.
“La palabra clave es ‘conversación’, con los maestros, los condiscípulos, los mentores y con los libros. Es un libro de libros. La historia de cómo un joven comienza a leer y a animar su vida a través de esa lectura. Todo el libro es una conversación sobre conversaciones”, explica.
En su departamento de Lomas de Chapultepec, rodeado de libreros, pinturas, fotografías y plantas, el ingeniero industrial por la UNAM admite que en este volumen de 733 páginas deja entrever un poco de su vida privada, la historia de su familia y de su colonia, la Hipódromo Condesa.
“Son apenas unas pinceladas de esa infancia dichosa, en el seno de una familia judía en el México de los años 50, estudiando en el Colegio Israelita; pero, sobre todo, enmarcada en un país muy distinto al actual, que sólo puede entreverse en las películas de Pedro Infante y Jorge Negrete.
“El México del cine y la radio todavía, de los boleros y las canciones rancheras, de Joaquín Pardavé y Cri-Cri. Y, sí, mi sueño era vestirme de charro. Fue mi primer acercamiento a esta nación, antes de conocer su historia.
“Además de mi convivencia con diversas personas, como los obreros en la fábrica de mi padre, donde yo trabajaba desde niño, que me invitaban al box y a la lucha libre, y me volví fanático de Blue Demon”, añade sonriendo.
“Y, 40 años después, en las oficinas de la editorial Clío, la secretaria me anuncia que me busca un señor con máscara. Salgo y era Blue Demon, quien iba porque yo publicaba biografías de luchadores. Le dije que, por supuesto, le publicaba su biografía, pero que quería decirle que él era mi ídolo”, recuerda.
El empresario cultural aclara que “todo esto no está en el libro porque no es una biografía integral, personal, íntima, sino una autobiografía intelectual. Pero, en la medida en que me enamoré de la historia de México, estos elementos han sido importantes; algún día los recogeré de otro modo, porque definieron mis temas de interés para hacer libros y documentales. Así que pagué esa deuda de infancia en una edad adulta”.
El autor de La presidencia imperial indica que el volumen es un viaje por los libros escritos por los pensadores que han defendido la libertad, como el filósofo neerlandés Baruch Spinoza (1632-1677), de quien siempre le hablaba su abuelo Saúl mientras caminaban por el Parque México, entre otros pensadores que escribieron desde la heterodoxia.
Habla de los amigos que lo marcaron, como Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Héctor Aguilar Camín y Hugo Hiriart; de sus maestros como Daniel Cosío Villegas y Octavio Paz. Y de escritores de Iberoamérica.
“Pero la verdadera razón de este libro es comprender el siglo XX, qué pasó y por qué pasó la Primera y la Segunda guerras mundiales, el Holocausto, la Revolución rusa, el régimen soviético, qué paso con el sueño del socialismo, cómo explicar el surgimiento de Hitler en Alemania.
“Son temas no académicos para mí, sino en los que se me iba la vida en entenderlos, porque costaron la vida de millones de personas en el siglo XX y tocaron también las vidas de mi familia. Es una historia que me correspondía rescatar”, señala.
El escritor destaca que Spinoza en el Parque México termina en 1983. “Aquí finaliza la historia de una formación y empieza la historia de la acción; comienzo a escribir Biografía del poder y a vislumbrar la idea de empresas culturales que fructificarían en los años 90. Pero esa es otra historia, no sé si la voy a contar. Pensaré si vale la pena un segundo volumen sobre los últimos 40 años”, concluye.
TÍTULO: Spinoza en el Parque México
AUTOR: Enrique Krauze
EDITORIAL: Tusquets, México, 2022; 733 páginas.