El escritor estadunidense de origen vietnamita cerrará su famosa trilogía en Nicaragua, El Salvador y Guatemala
Agencia Excélsior/CIUDAD DE MÉXICO.
A siete años de su debut literario, con la publicación de la novela El simpatizante en 2015, por la que ganó el Pulitzer de Ficción, el escritor estadunidense de ascendencia vietnamita Viet Thanh Nguyen (1971) trabaja ya en lo que será la tercera historia de la saga que continuó con El idealista (2021).
Sucede durante la segunda mitad de los años 80 del siglo XX. Y empezará en un país de Centroamérica, porque creo que la guerra de Vietnam está relacionada con lo que Estados Unidos estaba haciendo en esa región en esa época. Hasta aquí sé”, comenta en entrevista con Excélsior.
En su reciente visita a México, para promover El idealista, el egresado de Letras de la Universidad de Berkeley admite que nunca imaginó el éxito que han alcanzado sus dos primeras obras.
El simpatizante es una trama de espías, y El idealista es una novela criminal. Quería escribir obras que entretuvieran a la gente y decidí explorar estos géneros, que me gustan mucho. Creo que las mejores novelas de acción son las que hablan de grandes crímenes y de la política de un país”, afirma.
En El idealista hay mucho sobre drogas y violencia, pandillas, lo que encuentro divertido. Esta novela, que continúa la historia con la llegada del protagonista de El simpatizante a París, hace que te preguntes cuál es el crimen más grande: el narcomenudeo o el colonialismo y el capitalismo”, agrega.
El catedrático de la Universidad del Sur de California ha dado vida a un personaje anónimo, que es un agente doble del Viet Cong, quien busca su identidad.
Rechazada en 13 editoriales antes de ser editada por Grove Press, El simpatizante, ahora un bestseller, narra la historia del doble agente que, a través de su labor como espía de la comunidad survietnamita exiliada, describe su situación como expatriado en Estados Unidos.
La obra resultó pionera por recrear la guerra de Vietnam desde el punto de vista de un vietnamita, así como por mezclar elementos de espionaje, metaficción, comedia y suspenso”, dice.
Quiero que mis novelas sean entretenidas, pero que también tengan elementos filosóficos. El que tengan un narrador anónimo, ayuda a que sea como una lucha por su identidad y su filosofía.
Es una persona que ha sido forzada a escribir estos dos libros, donde vienen sus confesiones religiosas y políticas. Puede nombrar a todas las criaturas del mundo. Es la forma en que el narrador se rehúsa a darnos su nombre y con esto podemos determinar que hay una crisis de identidad. Pero también es una señal de poder”, añade.
El ensayista, quien nació en Vietnam, pero dejó el país cuando tenía cuatro años, considera que esa guerra fue “profundamente divisoria” para Estados Unidos. “A los estadunidenses les gusta pensar que fue una guerra civil dentro del espíritu norteamericano. Fue una derrota que los frenó en sus ambiciones imperialistas. Les agrada pensar que son inocentes, y éste fue el fin de la inocencia”.
El narrador indica que, en las décadas posteriores a la guerra de Vietnam, los estadunidenses han tratado de olvidar que existió, pero no lo han logrado del todo. “Los conflictos de Irán y Afganistán repiten lo que sucedió en Vietnam. Esa es la razón por la que no pueden olvidarse de esta nación, ambos son un resultado directo de la primera”.
Concluye que “los americanos aún sienten mucha culpa y confusión sobre la guerra de Vietnam. Lo demuestra el hecho de que, a pesar de que estas novelas se publicaron 40 años después, el conflicto sigue estando en el subconsciente”.
Adelanta que El simpatizante está siendo recreada como una serie de televisión y que está escribiendo un libro de no ficción, una autobiografía, después de la cual se concentrará en la novela que cierra su famosa trilogía.