Pese a las críticas por la sede mundialista, la pasión futbolera centrará la mirada de miles de aficionados
Agencia Excélsior
El futbol es la forma de entretenimiento mejor organizada y repartida del mundo, para lo cual baste pensar en que la FIFA tiene más agremiados que la ONU”, dice a Excélsior el escritor y cronista mexicano Juan Villoro, en el marco del Mundial de Futbol, en Qatar.
De modo que el planeta se unifica cada cuatro años con el pretexto del futbol, pese a que la actual sede ha sido muy cuestionada.
Primero, “porque es un país sin tradición futbolística, con un clima terrible y que tendrá estadios con aire acondicionado, algo que nunca se ha visto y que obligó a cambiar las fechas del mundial”, explica.
Además, “se celebra en un país que viola sistemáticamente los derechos humanos y su único mérito para ser sede… es el dinero”, apunta, así que el cuestionamiento a los intereses oscuros de la FIFA es legítimo y se suma al conocido FIFA Gate.
Pese a todo, el autor de Dios es redondo y La tierra de la gran promesa considera que los plazos, la expectativa, el gusto por el deporte y la pasión acumulada harán que el mundo se vuelque a la cancha para olvidar un poco nuestro contexto.
Así que lo más destacable, como en todos los mundiales, afirma Villoro, será la afición y en especial la afición mexicana.
Hay que decir que a los mexicanos nos gusta echar relajo, como lo exploró el filósofo Jorge Portilla en su maravilloso libro Fenomenología del relajo, donde trata de investigar el sentido de la colectividad mexicana”, explica.
Y una de las cosas que a él le pareció más importante es que los mexicanos necesitamos un pretexto para congregarnos y, una vez que estamos juntos, ese pretexto pasa a segundo plano y lo importante es la dinámica de estar juntos.
Entonces, cuando el mexicano asiste a una festividad patronal, cívica o deportiva, como el día de la Virgen de Guadalupe o la Independencia de México, más allá del motivo, lo significativo para nosotros es la fiesta, apunta.
Esto explica por qué no importa tanto el resultado en el caso de la Selección Mexicana, “porque, si en verdad nos importara, viviríamos frustrados, ya que México no es de los peores equipos, pero tampoco de los mejores, lo que significa que no podemos estar esperanzados de lo que pase en la cancha de futbol”.
Lo cierto es que la afición se la pasa muy bien porque arma su propio espectáculo en las calles y en las tribunas —como se ha visto en los últimos días—, donde la camiseta de la Selección Mexicana es como un talismán para la diversión.
Y esa afición tan entregada que para llegar a Qatar vendió su coche, hipotecó la casa y se peleó con su mujer, sabe que, muy probablemente, no pasará a la siguiente ronda.
Por eso sostengo que, en México, el público hace más esfuerzo que los jugadores, y que la entrega en las tribunas siempre ha sido superior que en la cancha”, expone.
¿Cuál es su pronóstico para la Selección Mexicana? “La selección ha tenido un rendimiento regular y ha sido consistente a nivel mediano. Ha aprobado los exámenes elementales, pero el Mundial es una prueba de doctorado y, ahí, la selección del Tata Martino no ha dado ese salto necesario. La selección está para un rendimiento medio y nada más, veo difícil que pase a la siguiente ronda porque tenemos tres equipos fuertes: Polonia, Argentina y Arabia Saudita. Pero una vez que dije lo peor, espero lo mejor y, como buen aficionado, diría que los milagros siempre se agradecen”, concluye.