Vendedores de Úrsulo Galván, Gutiérrez Zamora y Tecolutla, en Veracruz, se han visto afectados, debido a que este fenómeno ha sido ocasionado por los últimos tres frentes fríos
Agencia Excélsior
Las marejadas derivadas de los tres últimos frentes fríos han dejado daños considerables en la región costera, en el centro y norte de Veracruz, principalmente en establecimientos comerciales y palapas.
Los comerciantes de Úrsulo Galván, Gutiérrez Zamora y Tecolutla colocan costales de arena porque sus endebles construcciones fueron arrasadas por las olas y el viento. No pudieron hacer mucho por frenar las afectaciones.
Recordaron que hace tres años, en Villa Rica, hubo daños por las marejadas que le ganaron territorio a las playas, por lo que tuvieron que subir sus palapas. En el caso de Chachalacas, en Úrsulo Galván y Costa Esmeralda, podría estar ocurriendo un fenómeno similar y los daños son aún incuantificables.
Nos ganamos la vida prestando servicios en la playa: comida, descanso, paseos en lancha o en cuatrimotos, pero esto nos rebasa”, señaló Polo Bautista, uno de los afectados.
Isidro Cano, veterano meteorólogo de la región de Veracruz, explicó que las fuertes marejadas son producto del “mar de viento” que han tardado más de una semana y se prolongarán porque es producto de la temporada otoño-invierno.
Aquí el problema es que el mar de viento se está encontrando con la contracorriente por rozamiento por la costa no tan sólo de Veracruz, sino de Tabasco, Campeche y Tamaulipas”, explicó.
Aseguró que por este efecto hay una contracorriente que está muy pegada a la zona de playa y esto viene a generar un “mar revuelto, caótico” y genera la condición de alta marejada que durante la madrugada de ayer arrasó con lanchas, palapas y mobiliario.
No dormimos, tuvimos que venir a rescatar lo que pudimos”, explicó Nora, vendedora de la zona de playa.
Otro de los efectos es que en Chachalacas desemboca el río Actopan y al tener el fenómeno del mar de viento, el río creció y las construcciones a un costado del río también resultaron afectadas.
Por otra parte, en la zona de Tecolutla y Gutiérrez Zamora, los comerciantes también resultaron afectados: 80% de las palapas terminaron derribadas por el oleaje que entró a la zona de playa e invadió construcciones.
Cano advirtió que la temporada invernal se avizora severa, por lo que este sería el preámbulo de lo que pasará en la región costera, pero también advirtió que para la región montañosa habrá un descenso de temperaturas muy marcado.
Evidentemente, la población está alarmada, preguntando si esto va a continuar, y les tengo que decir que sí, va a continuar (…) éstos son los primeros eventos de norte con rachas violentas, porque el desprendimiento de masas de aire polar continental que se estarán presentando sobre todo a finales de diciembre y principalmente durante el enero y febrero, nos va a traer esta condición con constantes eventos de norte, podríamos tener hasta tres frentes fríos por semana”, aseguró.
En el caso de playa Casitas, el panorama es desolador, porque lo que antes eran palapas ahora son palos, palmas tiradas, mesas y sillas que aún tratan de ser salvadas por los comerciantes.
Durante el sábado y domingo, los palaperos recibieron autobuses turísticos provenientes de Hidalgo, Toluca, Estado de México y Puebla; el lunes aún era un día de asueto y esperaban una afluencia turística, la cual se frenó por las condiciones del clima.
Aunque algunos turistas bajaron a la zona de playa para degustar platillos a base de mariscos, ya no pudieron continuar en el sitio porque repentinamente el mar comenzó a crecer y tuvieron que ser retirados.
En Tamaulipas, el fuerte oleaje de hasta siete metros destrozó por completo las palapas de la franja litoral de la playa Miramar, lo que también asustó a turistas.