Por Jorge Ceballos
Uriel Estrada Martínez, titular de la Auditoria Superior del Estado, es desde hace un buen tiempo víctima de fuego “amigo” y de críticas infundadas surgidas a través de redes sociales, con el único afán de dinamitar el trabajo que en materia de transparencia y rendición de cuentas realiza ese ente técnico en la entidad.
Para nadie es un secreto que, de los procesos en torno a las auditorias que se realizan a los ayuntamientos y todos los organismos públicos que tienen la responsabilidad de manejar recursos públicos se tienen que agotar instancias y, sobre todo, respetar el debido proceso.
Las acciones que la ASE llevan a cabo, provocan ciertas incomodidades a alcaldes y todo servidor público que tiene a su cargo el manejo de recursos que emanan de los impuestos de los chiapanecos, de allí que muchos intenten dinamitar la labor del organismo encargado de la revisión de las cuentas públicas.
En el pasado, el ASE sirvió como una agencia de colocaciones y tapadera de actos de corrupción, desde esa instancia se tapaba la podredumbre que se cometía con los recursos de todos los chiapanecos.
Durante el régimen gubernamental que encabezó Manuel Velasco Coello, el ASE fue usado como una instancia mediante la cual se mantenía a raya a los alcaldes, aquellos que eran incomodos o bien que no les entraban a los negocios que se implementaban desde el despacho principal de ese organismo, simplemente sufrían las consecuencias y enfrentaban denuncias penales, las cuales por cierto no prosperaban, porque solo era una farsa mediática para hacer como que se combatía la corrupción.
En los señalamientos en contra de la ASE y su titular en el actual régimen, simplemente se utiliza información carente de veracidad, porque los críticos de Estrada Martínez no presentan ninguna prueba para sustentar las acusaciones que hacen circular a través de redes sociales.
Actualmente los alcaldes deben entender que es su responsabilidad atender todas las auditorias que se impulsan desde la ASE, y es allí precisamente en donde comienza el dolor de cabeza de las autoridades municipales, porque a la mayoría de quienes despachan en las presidencias municipales quisieran tener un manejo discrecional e irracional de los recursos del erario.
Las campañas mediáticas en contra del titular de la ASE surgen precisamente de algunos municipios en los que sus presidentes quisieran operar en libertad y sin tener que rendir cuentas en torno al manejo del presupuesto que manejan, son esas autoridades quienes ocupan a sus amanuenses y aplaudidores para detonar campañas intestinas en redes sociales, piensan que con el golpeteo mediático evitarán que se les practiquen auditorias.
No entienden
Hay muchos personajes que están actualmente enquistados en puestos de decisión que buscan a toda costa que nadie los vigile y audite, quisieran actuar como en el pasado reciente, ese en el que se mantenían acuerdos insanos con quien estaba al frente de la ASE y era como una patente de Corzo para dilapidar los recursos de la ciudadanía.
En el último tramo de la administración de Manuel Velasco Coello, se acusó al último titular de la ASE de tener un equipo de colaboradores muy cercanos que se dedicaban a extorsionar a los presidentes municipales, es más, se señaló hasta el cansancio que uno de sus incondicionales era aficionado a la compra de caballos de pura sangre con recursos que emanaban de las arcas municipales.
Con la llegada a la administración estatal de Rutilio Escandón Cadenas, los funcionarios fueron advertidos que las prácticas de corrupción que se fraguaban hasta el 7 de diciembre de 2018 simplemente no se permitirían más, de allí que el Congreso del Estado tras la salida de Alejandro Culebro Galván decidió nombrar a Uriel Estrada Martínez, una persona que comprendió los nuevos tiempos administrativos en Chiapas.
Sin violación
Con la llegada del actual régimen de gobierno en el Estado, se dejó de ver a la ASE como un ente de terror y se comenzó a aplicar las auditorias para que nadie hiciera mal uso de los recursos bajo su responsabilidad.
Es cierto que existen asuntos que se están atendiendo de manera coordinada entre la fiscalía general del Estado y la ASE, sin embargo, no se puede revelar la información en torno al estatus de cada caso para garantizar el debido proceso, pero, sobre todo, para no poner sobre aviso a aquellos personajes que han salido mal en las auditorias.
Tan solo basta recordar que 2018, el extitular del ASE, Alejandro Culebro Galván salió a declarar que había un grupo de exalcaldes no habían podido aclarar el destino de casi mil 500 millones de pesos, un tema por demás mediático, porque simplemente nadie fue castigado, esto no era más que una manera de mantener a raya a quienes se habían salido de la mano controladora del jefe del Ejecutivo de aquel entonces.
Tampoco se puede olvidar que de igual forma a Culebro Galván se le ocurrió la idea de presentar denuncias penales las cuales nunca prosperaron, esto porque simplemente obedecía ciegamente a las órdenes que se le dictaban desde el Poder Ejecutivo… Hasta la próxima.