El poeta, traductor y promotor revisa, a sus 70 años, sus cuatro décadas de trayectoria creativa.
Agencia Excélsior
Convencido de que existe una “poesía de lento desarrollo”, que no sólo nace durante la juventud del poeta, que no tiene prisa, que debe estar bien construida para esperar al lector posible, Eduardo Langagne aguarda todos los días la llegada del “momento poético”, permanece alerta al llamado.
Los poemas van saliendo. No son parte de un proyecto. No puedes decir ‘voy a escribir 30 textos sobre los árboles. Van saliendo a partir de la necesidad expresiva y bajo la idea de que tratas
de no perder día a día la alerta poética.
Los momentos poéticos aparecen cuando ellos quieren, por su cuenta. Y tú tienes la opción de escribir esa sensación inmediatamente o redactarla ya como un recuerdo”, comenta en entrevista con Excélsior.
En la antesala de sus 70 años, que cumplirá el próximo 21 de diciembre, el poeta, traductor y promotor cultural revisa su trayectoria de cuatro décadas de explorar estas tres áreas de manera simultánea.
Cuenta que llegó a la poesía a través de las canciones. “Empecé haciendo canciones antes de escribir poemas. Leía poesía desde niño. Empecé a trabajar antes de ser escritor, así que nunca sentí que el trabajo de promotor me quitara tiempo creativo”.
Quien arrancó su carrera literaria en 1980, con la publicación de Donde habita el cangrejo (Premio Casa de las Américas de Cuba), admite que el género lírico es lo que más le interesa.
Cuando llega el momento poético, hay una sensación física y también una emoción intelectual. Sientes que en esa idea, visión o imagen habría algo por decir o por desarrollar. Se escribe de inmediato, cuando se puede, pero también está el valor del recuerdo de la emoción”, agrega.
El poema tiene que esperar a su lector. Tiene que estar construido lo mejor posible, para que pueda durar y permanezca para cuando llegue ese lector”, advierte.
Para el ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, por Cantos para una exposición (1994), los temas de la poesía son los mismos en todas las épocas y países: el amor, el sueño, la muerte, la vida.
Todo va sobre eso. Se van mezclando todos los tópicos. A mí me interesa mucho la reflexión sobre la memoria, porque es algo que se transforma con el paso del tiempo. Por eso creo que el poeta también puede escribir durante su vejez. Hay quien puede decir todo a sus 19 años; pero hay quien necesita más tiempo, porque tiene pausas distintas”, añade.
El director de la Fundación para las Letras Mexicanas detalla que lo que más le interesa es “el decir del poema, qué es lo que canta y cómo se hace para que pueda cantar; pero, también, cómo decirlo para que el posible lector tenga una percepción poética de
la realidad.
El trabajo sería cómo se hace un poema para que pueda interesar a un lector posible. Todo el tiempo ves qué es el poema, cómo es, cómo esta estructura literaria puede contener una sensación para llevar”, indica quien acaba de ganar el Premio Nacional Letras de Sinaloa 2022.
El traductor al portugués explica que este ejercicio ha nutrido su poesía. “En la traducción desentrañas mecanismos. Deshilvanas, deshuesas, las palabras, los sentidos, los conceptos del poema y de la prosa; esto te permite un gran aprendizaje.
La lectura que tienes al principio es una primera recepción; pero el trabajo meticuloso de buscar la palabra que quedará, cómo pones en una sintaxis diferente algo y que no pierda su sentido, eso es un mecanismo que te marca”, considera.
El maestro en Letras Latinoamericanas por la UNAM destaca que acaba de terminar un nuevo poemario, que reúne textos escritos en los últimos dos años, y planea publicar en 2023. “Son reflexiones sobre el quehacer poético, cómo expresar en un poema el amor, el sueño o la muerte; qué pensamos del poema y la poesía”.
Dice que llega a sus 70 años “estimulado, satisfecho y con muchas ganas de escribir”. Pero aclara que no se siente un escritor consolidado. “Creo que todo el tiempo estamos escribiendo, siempre sigue faltando algo, uno quiere tener más tiempo; el trabajo literario está en proceso hasta el final, hasta la muerte del escritor”.