En su cuarta edición, del 6 al 9 febrero, en INAH-TV, 46 especialistas conversarán sobre los avances y los retos en la investigación, conservación, protección y gestión de sitios con gráfica rupestre, principalmente pintura y petrograbado.
Agencia Excélsior
La profusión del arte rupestre en México queda clara en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas, con 4 mil 194 sitios con este tipo de testimonios gráficos. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene un espacio dedicado a la reflexión sobre este patrimonio: el Coloquio Boca de Potrerillos.
En su cuarta edición, del 6 al 9 febrero, en INAH-TV, 46 especialistas conversarán sobre los avances y los retos en la investigación, conservación, protección y gestión de sitios con gráfica rupestre, principalmente pintura y petrograbado. Se presentarán diversos ejemplos de México, Estados Unidos, Argentina y España.
El encuentro académico, cuyo programa integra 27 ponencias que se dictarán entre las 10:00 y las 14:00 horas del centro de México, se enmarca en el 84 aniversario del INAH y las cuatro décadas del Centro INAH Nuevo León; entidad que, en 1995, abrió a la visita pública la primera zona arqueológica de arte rupestre en el país: Boca de Potrerillos.
A 28 años de distancia, comenta el coordinador del coloquio, Moisés Valadez, el panorama se ha ampliado; y, además de dicha zona, se han habilitado la Sierra de San Francisco, en Baja California Sur; Las Labradas, en Sinaloa; El Vallecito, en Baja California; Palma Sola, en Guerrero, y Arroyo Seco, en Guanajuato.
Para dimensionar, el arqueólogo refiere que sólo Coahuila y Nuevo León ostentan la mayor cantidad de sitios rupestres con grabados en América: en Boca de Potrerillos hay más de 4 mil rocas con más de 15 mil imágenes; y en el sitio Icamole, en Garza García, en la entidad neolonense, se hallan alrededor de 20 mil improntas.