Con 100 años de historia, el Archivo Nacional de Arqueología, único en su tipo en todo el mundo, será depositado en el sótano del MNA
Agencia Excélsior
Esta semana iniciará el traslado del Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología a su sede definitiva en el Museo Nacional de Antropología (MNA), revela a Excélsior la arqueóloga Martha López Mestas Camberos, coordinadora Nacional de Arqueología.
Dicho acervo —también conocido como Archivo Nacional de Arqueología o Archivo Pepe— resguarda la memoria arqueológica de México con cientos de fotografías, planos e informes históricos que dan cuenta de los trabajos realizados en todos los sitios arqueológicos del país.
Este volumen documental fue extraído del Palacio del Marqués del Apartado en 2018 para crear el fallido Museo de museos, por lo que fue depositado, de manera temporal, en un espacio acondicionado en Avenida Revolución 1900, donde investigadores del INAH denunciaron que no contaba con las condiciones adecuadas para su resguardo y alertaron sobre la extracción de documentos sobre sitios arqueológicos de Teotihuacan, Ek Balam y El Tajín (Excélsior, 28/06/2021), ante la negativa de las autoridades del INAH.
“Desde hace un par de años se planteó su traslado al que será su espacio definitivo en el área de bodegas del Museo Nacional de Antropología. Obviamente es un edificio que se creó con la idea de albergar distintas colecciones, no sólo piezas etnográficas o arqueológicas, sino también documentos y, en ese sentido, se adecuó un espacio con infraestructura para manejar el archivo”, explica Martha López Mestas.
Este nuevo espacio, abunda, contará con muebles compactadores que eficientarán el espacio y facilitarán la consulta de sus materiales.
Además, se siguieron todos los lineamientos para cumplir con las disposiciones que marca la Ley General de Archivos, en el sentido de prevenir incendios e inundaciones, por lo que este espacio es el adecuado para conservar esta memoria”.
Para comprender el valor de este volumen, la coordinadora detalla que éste resguarda, por ejemplo, la documentación originada por el arqueólogo Leopoldo Batres —activo a finales del porfiriato en Teotihuacan—, así como los documentos de Manuel Gamio, uno de los fundadores de la escuela de arqueología en México entre 1910 y 1925, y la documentación generada por expertos como Román Piña Chan, Jorge Acosta, Enrique Nalda y Alejandro Martínez Muriel.
Tenemos documentos con una considerable antigüedad y que forman parte de la memoria arqueológica de México. Así que es fundamental para cualquier arqueólogo que quiera trabajar en México, ya que cualquier trabajo de campo no puede realizarse sin tener un conocimiento previo de lo que se ha hecho en distintas regiones del país”, detalla.
En números, este archivo —que buscará la categoría de Memoria del Mundo de Unesco— se compone de 11 mil tomos de informes técnicos, cerca de 15,200 discos compactos y de 1,051 metros lineales de documentos; y registra un crecimiento anual de 200 metros lineales por año con los nuevos proyectos, dictámenes e informes que generan los expertos, para lo cual el espacio del MNA tendrá una capacidad para albergar 2,044 metros lineales de archivo.
Además, reúne cientos de mapas y planos de zonas arqueológicas, tesis vinculadas a la disciplina, una colección de 1,400 libros y de 1,510 publicaciones periódicas.
¿Existe algún comparativo con otros archivos en todo el mundo?, se le pregunta a Martha López. “Me atrevería a decir que es único en su especie. En Francia hay muy buenos archivos donde uno puede encontrar reportes de arqueología sobre México y otras partes del mundo, pero como éste, en el que se ha compilado la arqueología del país, creo que nadie lo tiene.
Sí me atrevo a decir que es único, porque finalmente en otros países europeos hay buenos documentos sobre la arqueología, las investigaciones y los viajes que empezaron varios siglos atrás en otras regiones. Pero aquí tenemos un acervo sobre nuestro propio patrimonio, mostrando cómo hemos desarrollado la disciplina y qué medidas hemos tomado para proteger los sitios y resguardar los registros de las excavaciones durante más de una centuria”, indica.
Finalmente, apunta que el archivo ya fue embalado, por lo que pronto fijarán el día de su traslado y volverá a estar disponible a finales de mayo.
“Documentos sólo estaban en otro sitio”
Sobre los reportes extraviados del Archivo Nacional de Arqueología, Martha López Mestas es enfática: “Hasta el momento no hay faltantes. En algún momento se habló de expedientes que, por algún motivo, no se habían podido encontrar, pero era más bien, como suele suceder en bibliotecas y archivos, documentos que por algún error se ubicaron en una posición que no era la que originalmente tenían asignados”, asevera.
Sin embargo, “aprovechando ahora el movimiento, mucho de esto se ha revisado y no hay tales faltantes”, afirma.
Por otro lado, lo que sí reconoce es que en el futuro será necesario plantear un proyecto de digitalización.
Sí tenemos que generar un proyecto dedicado a esta actividad, porque los escáneres comerciales no son para acervos históricos.
Así que nos vamos a acercar a nuestra Coordinación Nacional de Archivos, que ya cuenta con un proyecto que fue financiado por Conacyt, para pedir su apoyo, pero lo iniciaremos una vez que esté en su sede definitiva para que no haya cuestiones de que no se encuentre algún expediente o de que esté fuera de lugar”.