La tercera etapa de los trabajos iniciará este mes y deberá ser concluida en diciembre próximo
Agencia Excélsior
A 67 meses de los sismos de 2017, y pese a los casi 11 millones de pesos invertidos para su recuperación, aún persisten las cicatrices del colapso en el Templo de Nuestra Señora de los Ángeles, ubicada en la colonia Guerrero de la Ciudad de México.
Se trata de uno de los inmuebles más afectados en la capital, donde los arquitectos mantienen un vistoso apuntalamiento para sostener el hueco que dejó el 40% de su cúpula desplomada, la cual ha dado lugar a crecientes grietas y fisuras que se han ido ampliando en los últimos años.
Así lo detalló a Excélsior Antonio Mondragón, director de Apoyo Técnico de la Coordinación de Monumentos Históricos del INAH, durante un recorrido por el inmueble, en el que mostró los trabajos realizados en las dos primeras etapas, llevadas a cabo en 2020 y 2022.
Y adelantó que en este mes podría iniciar la tercera etapa. “Tenemos previsto iniciar en mayo, si es que el proceso de licitación (resulta favorable) y los trabajos se puedan adjudicar a una empresa”, con lo cual esperarían concluir en diciembre próximo.
A veces sucede que se abre el concurso, las empresas se inscriben, presentan sus propuestas, pero si no hay alguna empresa que aporte la documentación completa dentro de los parámetros del presupuesto asignado, (la licitación) se tiene que declarar desierta.
Esto implica que no se pueda adjudicar y, entonces, se tiene que hacer un siguiente proceso, pero eso lleva tiempo. Por ahora, lo que estamos trabajando es para iniciar en este mes y (ejecutar los trabajos) de aquí a diciembre, es decir, tendríamos seis meses y medio de obra”, explica Mondragón.
¿En qué consistirán los trabajos de la tercera etapa?, se le pregunta a Mondragón. “La primera fue el apuntalamiento del inmueble (con la colocación de armaduras y de un hiperboloide con forma cónica que sostiene la cúpula que se mantiene en pie) y la colocación de una protección para evitar que le entrara agua; el año pasado se realizó la segunda etapa, que incluyó la intervención del camarín en la sacristía.
Apuntalamiento. En 2020, se diseñó una nueva estructura temporal de apoyo para la cúpula, consistente en una armadura de acero que soporta la parte no colapsada.
En la tercera etapa se consolidará la parte baja de la estructura (la cimentación), los apoyos de la estructura y la restitución de la cúpula. Será la parte más compleja, para lo cual vamos a ir haciendo la reproducción de cada pieza (perdida).
En arquitectura, este trabajo se llama estereotomía, es decir, se trata de darle una forma geométrica muy determinada a cada una de las piezas y ése es un trabajo para el que hay que elaborar una serie de plantillas y un trabajo especializado con cantereros que permitan reproducir cada una de estas piezas”, apunta.
¿Se considerará algún elemento adicional de soporte en la cúpula? “Se colocarán algunos tensores dentro de la tercera etapa. Esos tensores complementarán el trabajo y evitarán que en un futuro sismo tienda a abrirse”.
¿Requerirán una cuarta etapa? “Con la tercera etapa tendremos un avance importante en la rehabilitación, pero haría falta una siguiente etapa para cumplir con el objetivo.
Hablar de la terminación de los trabajos necesarios en un edificio de esta naturaleza, son interminables, pero el compromiso del INAH es devolverle las condiciones de uso para el culto público”.
¿Se retirarán las estructuras de acero al final de los trabajos? “Sí, exactamente. Todo está diseñado para que, en el momento en que se termine la restitución y la consolidación de lo que fue afectado, todo esto se retire; es una estructura temporal”.
¿Cuál es la condición general del inmueble? “El edificio está en buenas condiciones. Evidentemente tuvo este problema en la cúpula, que es el cuerpo más alto y pesado, aunado a que tenía una linternilla que la remataba, la cual era muy pesada, y ése fue también un factor por el cual se dio este colapso, el gran peso de la linternilla.
En realidad uno de los grandes problemas que enfrentó el inmueble fue la falta de mantenimiento oportuno, dado que ya se habían dado algunos agrietamientos en los sismos de 1985 y 1999, que hicieron que la cúpula se agrietara, no se pudieron atender a profundidad… por falta de recursos”.
¿Cuál era el peso de la linternilla? “Hemos calculado que tenía un peso de 24 a 25 toneladas. Sin embargo, en este caso, sí será necesario aligerar la estructura, es decir, aunque mantenga la misma forma, se utilizará otro material pétreo para reducir su peso en dos terceras partes”, concluye.
BUSCARÁN CANTERA EN NAUCALPAN
Antonio Mondragón indica que las piezas de cantera que se deberán reponer para reconstruir la cúpula tendrán que ser extraídas de un banco de cantera ubicado en Naucalpan.
Las piezas vendrán de un lugar conocido como Cantera de los Remedios, ubicado muy cerca de donde nacía el Río de los Remedios.
Sin embargo, también se utilizarán piezas que sobrevivieron al desplome.
Mucho material se rompió, pero hay también algunas piezas de cantera que no se dañaron y se recuperaron casi completas, por lo que vamos a reutilizarlas por razones de economía y por el valor que tiene el propio material, ya que no es escombro, sino material constructivo que debe permanecer en el lugar”, comenta.
También será necesario completar el casquete de la cúpula, formado por unas nervaduras, que son las costillas de ésta, que deberán ser elaboradas por un material más ligero: tezontle.
Finalmente, confirmó que sí se mandarán a elaborar los vitrales del inmueble a Alemania, aunque su financiamiento aún no se ha detallado.