lunes, noviembre 25, 2024

Convierten lucha y dolor en belleza

El bordado ha permitido construir redes donde se generan otros relatos

Agencia Excélsior

Ante la violencia extrema que vive América Latina, la precarización social y la ausencia de protección estatal, diversos grupos de la sociedad civil se han constituido en una alternativa de cuidado y acompañamiento de las víctimas.

Estas luchas representan vías de politización radicales, pero también de reconfiguración estética. El bordado ha sido reivindicado como una práctica excepcional, pues ha permitido construir redes donde diversos agentes, atravesados por las violencias, pueden generar otros relatos”, comenta en entrevista Alejandra Moreno.

La investigadora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) participará en Punto de Cruce. Encuentro Latinoamericano de Bordadorxs que, hoy y mañana, reunirá a colectivos de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Nicaragua, El Salvador y México para “reflexionar sobre la producción colectiva del bordado desde una perspectiva estética y política”.

Comenta que “el bordado toma hoy un lugar importante desde el punto de vista de la reivindicación de esos quehaceres que han sido denostados. La aguja siempre ha sido una aliada para las mujeres. La pienso como una suerte de pluma a la que no tuvimos acceso durante muchos años. Y ahora también los hombres están bordando”.

Agrega que “una de las partes más importantes es que el bordado nos permite tener otro ritmo. Vamos muy rápido, en este sistema capitalista, y también en la lucha hay mucha efervescencia”.

Así, grupos como Tejedoras de Mampuján (Colombia), Padres y Madres de Ayotzinapa y Las Siemprevivas (México), Linhas do Horizonte (Brasil) y Bordamos por la Paz Córdoba (Argentina) plasman en la tela los rostros de sus familiares desaparecidos o asesinados. “En la lucha y el dolor también hay belleza. Es como renovar el sostenimiento de la vida”.